Un grupo de saharauis enarbola su bandera.
Un grupo de saharauis enarbola su bandera nacional.

Desde que en noviembre de 1975 se firmaran los Acuerdos de Madrid, que fueron declarados ilegales por Naciones Unidas, el pueblo saharaui ha sufrido la represión, la persecución, las torturas y la vulneración de los derechos humanos por parte del Reino de Marruecos.

La situación no ha cambiado y las acciones bélicas se han reiniciado.  Diario16 apoya al pueblo saharaui porque la defensa de sus reivindicaciones está dentro de la línea editorial de este medio de comunicación, una línea editorial basada en el respeto de los derechos humanos, de la igualdad real, del diálogo, de los valores de libertad que alumbran a la democracia y del derecho de autodeterminación de los pueblos que han sido ilegítimamente invadidos por una fuerza extranjera.

Hubo un momento en el que el Frente Polisario decidió que, para conseguir la autodeterminación prometida por España y aceptada por la ONU, la vía diplomática con el reino alauita era el camino algo que culminó con el alto el fuego de 1991. Sin embargo, Marruecos no ha dado ningún paso hacia la paz y, a través de una estrategia basada en el incumplimiento sistemático del derecho internacional que sólo es posible gracias a la connivencia de España, Estados Unidos y la Unión Europea, vulnerando los derechos de los saharauis. Lo mismo que ocurre con Israel y el pueblo palestino.

Marruecos ha despreciado la vía diplomática y ha provocado hasta tal punto a los legítimos representantes de la República Árabe Saharaui Democrática que han decidido retomar las armas por las violaciones de los acuerdos de paz de 1991 que se sustanciaron con el envío de tropas marroquíes a la región de Guerguerat para reprimir con fuego real a ciudadanos y ciudadanas que se manifestaban legítimamente contra la construcción de una carretera en una zona que está bajo la supervisión de Naciones Unidas.

En el año 2016 fui invitado a la toma de posesión del actual presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, Brahim Ghali. Por circunstancias ajenas a mi voluntad  no pude acudir personalmente, no obstante Diario16 envió a la entonces directora de este medio, hecho que demuestra el compromiso histórico de esta cabecera con la causa del pueblo saharaui, al igual que varios medios han venido demostrando a largo del tiempo.

La delegación del Frente Polisario en España publicó un comunicado en el día de ayer en el que anunciaba lo siguiente:

«Hoy viernes 13 de noviembre, las Fuerzas Armadas marroquíes han violado deliberadamente el acuerdo del Alto el Fuego firmado entre las dos partes del conflicto en el Sáhara Occidental (Frente Polisario y Marruecos) al enviar fuerzas militares a través de tres rutas al este de la brecha ilegal de Guerguerat hacia los civiles saharauis que se manifestaban pacíficamente en la zona desde el 21 de octubre.

» El operativo, que se considera un incumplimiento flagrante del acuerdo, constituye una agresión directa contra el pueblo saharaui, y sitúa a éste y a su movimiento de liberación nacional, el Frente Polisario, en la posición de legítima defensa de la soberanía e integridad territorial de la RASD. El Ejército Popular de Liberación Saharaui ha comenzado a responder con la firmeza requerida a este incumplimiento y a la marcha hostil marroquí que asesta un duro revés al Acuerdo de Alto el Fuego desde sus raíces.

» El Frente Polisario y el Gobierno saharaui responsabilizan plenamente al Reino de Marruecos de todas las peligrosas consecuencias de este ataque sobre la seguridad y estabilidad de la región, y el futuro del Acuerdo de Paz que se ha estancado durante años debido al incumplimiento referéndum de autodeterminación, que es el único pacto y acuerdo firmado entre las partes bajo la doble supervisión de Naciones Unidas y la Unión Africana».

Por su parte, Brahim Ghali, presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, remitió a Antonio Guterres, secretario general de la Organización de Naciones Unidas, la siguiente carta:

«Le escribo con gran urgencia y preocupación para informarle que las fuerzas militares marroquíes llevaron a cabo hoy un brutal ataque contra civiles saharauis desarmados que se manifestaban pacíficamente en la región de Guerguerat, en el suroeste del Sahara Occidental.

La operación militar lanzada por las fuerzas marroquíes contra civiles saharauis es un acto de agresión y una flagrante violación del alto el fuego, que Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad deben condenar en los más enérgicos términos de condena.

Para hacer frente a este acto de agresión, las fuerzas militares del Polisario se vieron obligadas a responder a las fuerzas marroquíes en autodefensa y proteger a los civiles. Responsabilizamos plenamente al estado de ocupación marroquí de las consecuencias de su operación militar, y hacemos un llamamiento a las Naciones Unidas para una intervención urgentemente para poner fin a esta agresión contra nuestro pueblo y nuestra tierra.

El hecho de que esta acción militar se produzca en vísperas del contacto programado para hoy entre el Secretario General de las Naciones Unidas y el Frente Polisario indica claramente que la operación es un acto deliberado de agresión por parte de la potencia ocupante para obstaculizar sus esfuerzos destinados a aliviar la tensión y calmar la situación en Guerguerat.

Con el lanzamiento de esta operación militar hoy, la potencia ocupante marroquí ha socavado gravemente, no solo el alto el fuego y los acuerdos militares conexos, sino también cualquier oportunidad de encontrar una solución pacífica y duradera al problema de la descolonización en el Sáhara Occidental.

Quisiera que esta carta llamara la atención de los miembros del Consejo de Seguridad».

La inacción de las potencias democráticas y el dejar hacer por parte de la ONU y de la Unión Europea han provocado que Marruecos se enroque en unas reivindicaciones ajenas al derecho internacional.

Ahora le toca el turno a esas potencias de tomar las decisiones que se debieron tomar hace tiempo y no dejar que el chantaje marroquí con la inmigración ilegal se convierta en una muralla para frenar la escalada bélica y, sobre todo, para devolver el Sáhara Occidental a sus legítimos dueños.

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