Aunque el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, ya ha dejado claro el sentido de su voto y mantiene que no votará a favor de la moción de censura de Santiago Abascal, parece no tener claro cuál de las otras dos opciones será por la que se decante: No, o abstención.
Lo cierto es que lo tiene complicado ya que, además de nombres que desde sus mismas filas consideran que el PP debería apoyar la moción de censura de Vox, aún a sabiendas de que no prosperará, el lobby Hazte Oír ha lanzado una campaña de recolección de firmas para presionar a Pablo Casado, le advierten que una abstención sería beneficiar a Sánchez y exigen que respalde la iniciativa de Santiago Abascal.
Además, y por si fuera poco, Juan Chicharro, presidente de la Fundación Francisco Franco, en un artículo escrito en El Correo de España compara a Abascal con un “halcón” y a Casado con una “paloma”, el halcón siempre directo y sin complejos, la paloma, Casado “templando gaitas y contemporizador con la situación, muy al contrario que muchos de sus votantes”.
Parece que en la moción de censura, que en principio se enfoca para desbancar a PSOE y Podemos del Gobierno de España, se ha convertido como muy bien dijo ayer el ministro de de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, en “un ajuste de cuentas entre la ultra derecha y la derecha”.
Lo cierto es que desde hace tiempo el Partido Popular y Vox luchan por convertirse en la formación política hegemónica de la derecha y, entre sus votantes ya comienza a haber dudas de quién los representa mejor.
La situación, para Casado, se plantea complicada y, difícil será que contente a su todo su electorado tome la decisión que tome. Si alguien gana en esta batalla, sobre quién es “mas facha”, será Vox.
Mientras, a Sánchez le resbala esta guerra y sigue centrado en buscar soluciones para frenar la pandemia en España; preocupado, posiblemente poco, sobre la decisión del Tribunal Supremo ante la petición del juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón de imputar a Iglesias.