CCOO y UGT han manifestado su desacuerdo con el anuncio del ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luís Escrivá sobre la reforma del reglamento de la Ley de Extranjería para regularizar a los migrantes sin papeles en los sectores donde faltan trabajadores.
Política migratoria laboral
La política migratoria laboral de este país “es una materia* de Diálogo Social desde que, en el año 2004, el Gobierno, organizaciones sindicales y organizaciones empresariales más representativas de este país, la incluyeran en la Declaración para el Diálogo Social: competitividad, empleo estable y cohesión social”, le recuerdan en un comunicado conjunto.
Un acuerdo en torno a la idea de que la migración de trabajadores y trabajadoras debía ser tratada como el resto de materias del ámbito laboral, y por lo tanto en el marco del diálogo tripartito.
Logros del Diálogo Social
Fue una decisión pionera en el ámbito de la Unión Europea, que dio lugar, entre otros, a los reglamentos del 2004. Gracias al cual, se inició un proceso de normalización subsiguiente. También al reglamento del 2011, que facilitó la gestión colectiva de contrataciones en origen y las autorizaciones excepcionales (arraigos).
El Diálogo Social dio origen a la determinación de la situación nacional de empleo, la flexibilización de la renovación de las autorizaciones de trabajo cuando estábamos en plena crisis económica y las posteriores medidas adoptadas durante la pandemia del Covid-19 para evitar la caída en la irregularidad.
También, por primera vez, se aprobó la existencia de un órgano tripartito, la Comisión Laboral Tripartita de Inmigración.
UGT y CCOO eran conscientes de que el Reglamento y particularmente algunos de sus elementos precisaban una reforma, mucho antes de la pandemia del año 2020, y así se lo ha venido reclamando al ministro Escrivá. Y la verdad es que lo esperaban.
Escrivá sin diálogo
Lo que no podían esperar desde CCOO y UGT, era que “el Gobierno, y particularmente el Ministerio competente, decidiera prescindir de este bagaje”.
UGT y CCOO lamentan que “el Gobierno haya ido en los últimos meses rompiendo, no solo el equilibrio y el consenso en torno a la política de migración laboral, sino también acentuando la segmentación de la misma, hasta convertirla en un traje a medida, no de los trabajadores y trabajadoras migrantes, sino de las supuestas necesidades de determinados sectores, sin más consideraciones ni exigencias”.
Intereses económicos
El anuncio de la reforma del reglamento, “es la última de una serie de decisiones que, a juicio de los sindicatos, “tienen como objetivo atender exclusivamente intereses económicos y evitar, no ya la participación, sino incluso la opinión de las organizaciones sindicales más representativas de este país”. “Algo que ni siquiera los anteriores Gobiernos se plantearon”, recuerdan.
No a los trabajadores de primera clase y de segunda
Lamentan que el Gobierno “esté dispuesto a dinamitar el Diálogo social y la propia idea de una política migratoria laboral integral. Disgregando decisiones y competencias en distintos ministerios, con el resultado, de que hay trabajadores migrantes de primera clase y trabajadores migrantes de segunda”.
Escrivá entiende que la precariedad la pueden asumir los migrantes
CCOO y UGT lamentan que, por una parte, “se llegue a la conclusión de que hay puestos de trabajo que no se cubren porque deben mejorar sus precarias condiciones. Por otra, se asuma que estas condiciones sí son aceptables para los trabajadores migrantes”.
Los sindicatos no pueden “entender que un Ministerio cuyas políticas deben construirse sobre la base del Diálogo Social, reniegue del mismo y por lo tanto de una política migratoria laboral integral de consenso”.
Acusan a José Luís Escrivá de clasista
UGT y CCOO acusan al ministro de ningunear a las organizaciones sindicales más representativas de este país. De actuar “de una forma clasista con respecto a las trabajadoras y trabajadores migrantes”.
Para Los sindicatos es clasista, “la forma en que se han venido tomando decisiones”. Acusan al ministro Escrivá de transmitir a la sociedad española “la idea de que hay unos migrantes más aceptables que otros. Y de que, en cualquier caso, sólo son aceptables si podemos extraer un beneficio económico de ellos”.
uy!! que reverdes. Con lo bien que han acuchillado las pensiones. Claro que se llevan la sangre y su negocio. Cipayos, mercenarios. No sólo no tienen inguna credibilidad (eso es mero paripé para mantener la zanahoria y engañar a la pobre gente), es que son la herramienta de contención del capital. Si tras 40 años de sueldos reales (no los nominales) congelados, es decir, perdiendo poder adquisitivo y con la guinda de lo de las pensiones (habías visto algo parecedo en la historia del movimiento obrero), no lo tienes claro, es que …