Pedro Sánchez y Giuseppe Conte. Foto: Flickr Moncloa

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en una de esas frases tan suyas y que la convierten en candidata número 1 a monopolizar los Premios Darwin, dijo que no se iba a confinar a toda la población para salvar la salud de un 1% porque lo prioritario era la preservación de la economía. Además de que las cifras de contagios no se corresponden a lo afirmado por Ayuso, ese planteamiento dejaba entender que era necesario el sacrificio de unos pocos para que la economía no sufriera. Todo muy naif.

Por otro lado, el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, se ha congratulado de que la Justicia haya tumbado las medidas adoptadas por el Gobierno para, precisamente, preservar la salud de la ciudadanía. En el PP llevan desde el inicio del estado de alarma clamando para que se adopten decisiones que protejan el tejido productivo, cueste lo que cueste. La frase de «hay que aprender a convivir con el virus», tan de Casado, no es otra cosa de un eufemismo que esconde la peligrosa protección de la economía por encima de la salud, un derecho que está recogido en la Constitución, ese texto que el Partido Popular sólo utiliza cuando desde la derecha y los ultras se puede convertir en un método de controversia y enfrentamiento.

La realidad es que, en medio de esta lucha entre los intereses de las élites económicas y la salud de la ciudadanía que pretende plantear el Partido Popular, Italia está dando una lección de la que deberían aprender en la calle Génova.

El primer ministro italiano, tras anunciar una serie de medidas restrictivas y de prevención del virus, afirmó algo que debería servir de ejemplo de responsabilidad política: «Nuestra prioridad fundamental es proteger la salud de los ciudadanos en condiciones de seguridad en los lugares de trabajo y allá donde se desarrolle la vida social». La prioridad, la salud porque, como bien reflejó después Giuseppe Conte, es el mejor modo de garantizar que no se frene la economía ni el tejido productivo, porque sin salud no hay empleos, ni empresas, ni beneficios, sólo pérdidas.

Por otro lado, no es sólo lo que ha dicho Conte tras aplicar medidas más restrictivas, sino el momento en que lo hace, dado que Italia tiene una incidencia del coronavirus de, aproximadamente, 100 contagios por cada 100.000 habitantes, mientras que la Comunidad de Madrid llegó a superar los 730 la semana pasada, precisamente cuando se implementaron las medidas que ahora a tumbado el Tribunal Superior de Justicia.  

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