Pedro Sánchez pasó a la historia como el primer presidente del Gobierno en llegar a la Moncloa a través de una moción de censura y hoy, 28 de diciembre, se convertirá en el segundo presidente en presentar su dimisión al Jefe del Estado.

La decisión, que Sánchez lleva meditando desde el verano, se circunscribe dentro de la lucha interna entre la coherencia ideológica y las presiones recibidas desde el mismo día en que se formó la coalición de gobierno por parte de las élites económicas, financieras y empresariales para que aplicara unas políticas contrarias a lo que significa el socialismo.

Sánchez no quería ser otro presidente socialista que traspasa la línea de convertirse en un cómplice de los intereses de las dictaduras privadas de este país a través de la coartada de la «razón de Estado». Él se presentó ante sus militantes como el defensor de las esencias del partido y con la misión de devolver al PSOE a la senda ideológica de la izquierda. «Somos la izquierda» fue el lema del 39 Congreso Federal en el que fue nombrado, por segunda vez, secretario general del partido.

Sin embargo, una vez que alcanzó la Presidencia del Gobierno se encontró con la imposición de ministras y ministros que, bajo la etiqueta de «técnicos», demostraron ser los infiltrados de los postulados más conservadores, sobre todo en el ámbito económico. Las diferencias ideológicas se han incrementado tras la formación del gobierno de coalición, donde se está demostrando que personajes como Nadia Calviño o José Luis Escrivá defienden e imponen políticas más propias del Partido Popular o de Vox.

Ante esta situación, Pedro Sánchez ha decidido dar un paso al lado y se centrará en el partido. A partir de que se haga efectiva su dimisión retornará a su despacho de Ferraz para ejercer de secretario general del PSOE.

Sin embargo, Sánchez no se irá solo. También presentarán su dimisión los ministros y ministras socialistas más políticos, vicepresidenta primera incluida para, desde sus puestos en la Ejecutiva, iniciar un proyecto de fortalecimiento ideológico del PSOE de cara a los nuevos tiempos para, de cara a las próximas elecciones generales, presentar a la ciudadanía un programa adaptado a las verdaderas necesidades del país.

Quienes permanecerán en sus sillones serán los representantes neoliberales porque ellos y ella sí que son coherentes y no pueden dejar su misión de frenar las políticas de justicia social pactadas en el acuerdo de gobierno por Sánchez e Iglesias.

La dimisión en bloque del sector más político de ministros y ministras socialistas provocará que Pablo Iglesias Turrión se convierta en el nuevo presidente del Gobierno y jurará su cargo en el Palacio de la Zarzuela antes de final de año, previsiblemente mañana día 29 de diciembre.

Una dimisión como la de Pedro Sánchez para dedicarse a potenciar la coherencia ideológica de su partido es un hecho histórico. En primer lugar, porque después de muchos años un socialista prefiere abandonar el más alto cargo político de España antes de traicionar sus principios como ya ocurrió anteriormente y, en segundo término, porque estas cosas no suelen suceder en España. Esta, evidentemente, tampoco pasará, así que, INOCENTE, INOCENTE.

1 COMENTARIO

  1. El año pasado dimitió Ana P. Botin y este año Pedro Sánchez, los dos son tal para cual a los dos les gusta el poder como sea y al coste que sea. A la una le regalan bancos y al otro sus socios no le dejan dormir, juas juas juas.

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