Entrega de credenciales de Juan Bolívar, nuevo embajador de República Dominicana en España, a Felipe VI. Foto: Casa Real

Las relaciones internacionales son fundamentales en el mundo actual por la globalización y la globalidad de los nacionales de los diferentes países. En España, por ejemplo, la comunidad dominicana es una de las más numerosas y la llegada de un hombre como Juan Bolívar al frente de la Embajada coloca su función diplomática en un escenario de humanidad a la hora de abordar las necesidades del pueblo dominicano en España, la Unión Europea y muestra el camino a seguir en otros territorios de ultramar.

Como ocurre a todas las comunidades de migrantes, los dominicanos y dominicanas que residen en España pueden aportar mucho al país y ese es un trabajo basado en la humanidad que Juan Bolívar puede llevar a cabo, sobre todo porque es necesario visibilizar los aspectos positivos para desterrar la mala imagen que se pueda tener de una minoría que, finalmente, termina provocando la identificación de la comunidad dominicana en España con las bandas latinas, el tráfico de drogas, la delincuencia o la prostitución. Para ello, un perfil como el del nuevo embajador será muy importante de cara a apoyar iniciativas o de relanzar los objetivos de asociaciones como ADU, que tan importantes fueron para ayudar a los dominicanos y dominicanas a fortalecer su libertad a través de la ética y la dignidad.  

El nuevo gobierno emanado de las urnas el pasado mes de julio llegó con una obligación moral de no fallar a quienes les reclamaron con su voto el cambio que preconizaba su eslogan electoral. Por eso, no sólo es fundamental haber enviado a España a un humanista como Juan Bolívar, sino que está obligado a ayudarle a hacer el trabajo social del que su sensibilidad de gran periodista y comunicador es capaz. Y, por supuesto, el nuevo gobierno jamás deberá ponerle traba alguna por salvaguardar los intereses espurios ni de aquí ni de allá. No sería justo abandonarlo al otro lado del Atlántico.

Foto: Casa Real

El embajador Bolívar debió llegar antes que los jóvenes asesores “pseudo socialistas bien pagados llegaron a Palacio” seleccionados por el “gran asesor”.

Nadie debe sentirse dominicano sino es recibido por el vendedor de agua de coco, mango, bananas o invitado a casa del camarero/mesonero que le atienda en el “Don Pepe” o similar. El valor de ser dominicano sólo lo otorga el pueblo dominicano sea del partido que sea.

Sin embargo, se comenzó a errar al no iniciar la acción de gobierno dando muestras evidentes y reales del cambio que pedía el pueblo dominicano. Se debió comenzar anteponiendo las estructuras de la humanidad antes que las de la economía.

Estamos legitimados para escribir y publicar estos conceptos porque desde la libertad e independencia hablamos y publicamos sobre el cambio que pedía el pueblo dominicano.

Sin duda, es un gran acierto el nombramiento de don Juan Bolívar como embajador de la República Dominicana en España. Este es el hombre del país y del pueblo dominicano. Así se le reconoce en el mundo, así se siente y lo sienten los dominicanos y dominicanas, no el de “La dominicana”. Ya sufrieron suficiente para conquistar la tiranía de un reinado ajeno, la Republica es más democrática y justa que un reinado impuesto por conquistadores. Mal comienza quien desea cambiar la identidad del pueblo y peor quien lo permite.

Bienvenido Excelentísimo Señor Embajador de la República Dominicana, la diáspora necesita de su bondad y humanidad. Que Dios le bendiga y su Gobierno no le abandone. El pueblo a usted le respetará y usted, a buen seguro, hará posible las recomendaciones o sugerencias que el Jefe del Estado español, el rey Felipe, le sugirió: “visibilice la dignidad real de los dominicanos y dominicanas en España”.

¡Viva la República Dominicana!

Bienvenido Embajador.

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