Las últimas declaraciones en la Audiencia Nacional, principalmente la de la presidenta del Santander y la de Luis de Guindos, han demostrado que se prefiere olvidar a mentir y la memoria frágil (o selectiva) que tiene la gente cuando se enfrenta a un juez con la obligación de decir la verdad.

Esto es lo que ha ocurrido durante una parte del interrogatorio a Ana Patricia Botín. En concreto, durante el turno asignado a uno de los abogados de la acusación.

Según fuentes consultadas por Diario16, la señora Botín ha dejado muy claro que no hubo por parte del Popular ningún incumplimiento regulatorio, ni déficit en las provisiones, algo en lo que, por cierto, ha insistido mucho el fiscal. El hecho de que el nivel de cobertura fuera inferior no conllevaba un incumplimiento y que, además, la ampliación de 2016 se hizo, precisamente, para incrementar dichas coberturas.

Respecto al estado de las cuentas y a la reexpresión de Saracho, Ana Patricia Botín no le ha dado ninguna importancia, algo lógico sobre todo teniendo en cuenta la contundencia del informe pericial del Banco de España.

La presidenta del Santander fue preguntada por su reunión con Ángel Ron. Según la señora Botín, el expresidente del Popular la llamó para venderle el banco pero que se desentendió de la oferta. Según confirman distintas fuentes a Diario16, en realidad fue el Santander quien realizó esa llamada y que la propia Ana Patricia Botín le ofreció una horquilla de 4.000 a 7.000 millones, pero le dijo que el Santander tendría que ampliar capital por 10.000 millones. Ron vio que aquello no tenía interés alguno para los accionistas del Popular.

En otro orden, la presidenta del Santander reconoció que ya estaban negociando con BlackStone para analizar el Proyecto Neptuno que fue aprobado el 23 de mayo de 2017. Al respecto los abogados preguntaron que cómo era posible que en el Santander ya hablasen de resolución ese día cuando el banco era solvente y tenía liquidez en ese momento y no se esperaba tal resolución por perdida de liquidez. Fue entonces cuando afirmó que era una «hipótesis» de trabajo. Poniendo en perspectiva esta afirmación de la señora Botín, llama mucho la atención que según consta en el acta de 18 de mayo de 2017, Saracho dijo al Consejo de Administración del Popular que el banco nunca va a pedir el ELA, porque tenía liquidez de sobra.

Ana Patricia Botín también fue preguntada sobre si las provisiones realizadas por el Banco Santander contra el patrimonio de los accionistas del Popular tenían que ver con la venta a BlackStone que se produjo en agosto. Contestó que no recordaba. Resulta interesante señalar que las provisiones que hace Santander al quedarse con el Popular -junio 2017- coinciden con las que incluyó en el Proyecto Neptuno -mayo 2017- y, además, con las que resultan del precio por el que vendió a precio de derribo los activos inmobiliarios a BlackStone -agosto 2017.

Por otro lado, respecto al proceso de venta, Ana Patricia Botín ha afirmado que el día 16 de mayo de 2017 había declinado entrar en el proceso de venta privada iniciado por Emilio Saracho. Ante una revelación de este calibre, la pregunta era obvia: ¿qué pasó entre el 16 al 23 de mayo para que cambiara de opinión y aprobara el Proyecto Neptuno en un escenario de resolución? En ese momento aún no se habían producido las grandes fugas de liquidez y el Consejo de Administración del Popular no estaba informado de tal cosa. ¿Quién le había dado la información para un cambio de criterio semejante? La señora Botín volvió a incidir en que se trataba de una hipótesis de trabajo.

La presidenta del Santander no recordó tampoco quién la había informado el día 3 de junio de 2017 de que el Popular iba a ser resuelto y que sobre este asunto no habló con Luis de Guindos, ni con Luis María Linde. Sin embargo, ¿no habían compartido reunión el actual vicepresidente del BCE y ella en el Club Bilderberg? ¿Cómo era posible que la invitaran a un proceso de resolución cuando el banco aún no había declarado la inviabilidad y el Consejo del Popular no estaba informado de que ese escenario estaba aprobado?

Pérdidas de memoria, contradicciones, explicaciones enigmáticas… la espada de Damocles del falso testimonio pende sobre el testigo que teme no decir la verdad cuando está obligado a ello, sobre todo cuando su verdad provocaría un reconocimiento con graves consecuencias legales.

4 COMENTARIOS

  1. esta gentuza solo pierde la memoria cuando les conviene,como al amigo Guindos en sus declaraciones,y lo mismo el Albella.En este pais no hay constitucion,no hay justicia,no hay legalidad,no hay nada ,solo corrupcion de las mas altas esferas.

  2. Ana Botín no recuerda quién le invitó a hacerse con el Popular… tres días antes del 6 de junio de 2017
    ¿Quién es la “X” del Popular o quién liquidó el Popu? Un banco solvente, que acababa de recibir liquidez del BCE… es intervenido por el BCE. Guindos no sabía nada, Botín no sabía nada, la CNMV no sabía nada…
    Eulogio López 08/10/20 19:55

    Ángel Ron y Ana Botín
    Ángel Ron y Ana Botín

    La presidenta del Santander, Ana Botín, entidad a la que le regalaron el Banco Popular por un euro, en las primeras horas de un 7 de junio de 2017, ha declarado ante el magistrado José Luis Calama, de la Audiencia Nacional, que lleva el caso Popular. Entre las grandes declaraciones, y tras la de Luis de Guindos, ya sólo queda la de Rodrigo Echenique, el directivo más importante del Santander y que presidió el Popular tras su intervención por la JUR, del Banco Central Europeo (BCE), un 7 de junio de 2017.

    Ana Botín ha desinflado la premisa principal de la acusación: que el Popular tenía razones para ser intervenido. Vamos, que iba mal. Ana Botín ha asegurado que no tenía déficit de provisiones y cumplía todos los requisitos regulatorios.

    Con ello, además, ponía en solfa las declaraciones de Luis de Guindos una semana atrás, porque el vicepresidente del BCE aseguró que en el Santander le habían dicho que el patrimonio neto del Popular era negativo, poco antes de la intervención.

    Por último, por lo que se refiere a la única razón por la que hay que intervenir o liquidar un banco -que no funciona- Botín aseguró que no otorgó ninguna importancia a la ‘re-expresión’ de cuentas decidida por Emilio Saracho, sucesor de Ángel Ron y último presidente del Popular. Con ello condenaba a Saracho, por cuanto la sospecha de muchos, y por las preguntas que le formuló, también del juez, todo indica que Saracho vino al Popular, no para reflotarlo (no tengo ni puta idea de cómo se gestiona este puto banco) sino para venderlo. Por eso, las sospechas de que él mismo depreció el producto con filtraciones a la prensa (algo sobre lo que insiste mucho el magistrado Calama) y que fuera él quien negociara la venta del Popular con el Santander, donde trabajó antes de marcharse a JP Morgan.

    Niega Botín que recibiera presiones del Gobierno para comprar el Popular. Por supuesto: a nadie se le presiona para que acepte un chollo
    Desde luego, a quien quería vender Saracho el Popular era al Santander.

    Dice Botín que apenas ha visto un par de veces a Ángel Ron y que no recuerda haberle hecho ninguna oferta por el Popular.

    De nuevo la mala memoria. Como adelantara Hispanidad y confirmara S&P, Ana Botín le ofreció a Ángel Ron entre 4.000 y 7.000 millones de euros, aunque le advirtió, con encomiable sinceridad, que luego tendría que hacer una ampliación de capital de 10.000 millones. Ron le respondió que la conversación acababa ahí por dos razones obvias:

    1.El abanico entre 4.000 y 7.000 no es un abanico, es una brecha oceánica.

    2.Lo lógico no es comprar para ampliar sino ampliar para comprar.

    Lo que no sabía Ron, ni tampoco Botín, a esas alturas, era que el BCE le iba a entregar el Popular al Santander por un euro. Es más, al final, el Santander no pagó un euro por el Popular sino que, además, le regalaron 2.000 millones de euros, porque si los accionistas perdieron su capital, al Santander le perdonaron los 2.000 millones de euros de los bonistas.

    Por cierto, para evitar dudas sobre el hecho, el directivo del Santander que, en nombre de Ana Botín, llevó la negociación técnica con el Popular fue José Luis de Mora, hombre discreto pero que goza -sigue gozando- de toda la confianza de la presidenta.

    Pero, con mucho corro, que dicen en el norte, lo más reseñable de la declaración de Ana Botín acerca del día “D” estaba por llegar. A preguntas de un letrado, Botín confiesa que cuando el 3 de junio, cuatro días antes de la adjudicación, le invitaron a participar en la resolución (o sea, a quedarse con el Popular), reparen en esto, no recuerda quién la invitó. La presidenta del Santander no miente… pero en ocasiones sufre una cierta amnesia. A lo mejor sí lo saben en el BBVA, porque a éste, que también había pujado por el Popular meses atrás, la JUR le dijo que se retirara de la puja. El Popular era para el Santander. Más que nada porque no hubo puja, sino entrega.

    Y así, nos quedamos sin saber quién es la “X” del caso Popular (no, no fue Felipe González).

    Emilio Saracho llegó a la Presidencia y encargó la Operación Noya (vender el Popular) a Uría y Menéndez, el bufete del Santander. Y luego introdujo a JP Morgan, su banco, en la ecuación
    Las declaraciones de Botín no tienen desperdicio. Porque claro, si Botín abandonó todo interés para hacerse con el Banco Popular -las uvas estaban verdes- por qué ya estaba negociando con el fondo Blackstone la compra de los activos inmobiliarios. Y por qué, ojo al dato, el bufete Uría Menéndez, donde trabaja un hijo de Rodrigo Echenique y la esposa de su hermano Javier Botín, llevaba a cabo, por encargo de Emilio Saracho, desde el 17 de febrero (Saracho fue nombrado presidente el día 20) el llamado Proyecto Noya, que no era otra cosa que la compra del Popular.

    Y por qué, el 27 de abril, cuando oficialmente Ana Botín había perdido todo interés por el Popu, Uría y Menéndez amplía la Operación Noya hasta JP Morgan… banco del que Saracho era vicepresidente hasta su llegada al Popular.

    Al tiempo, el Banco de España y el propio Banco Central Europeo concedían, apenas 48 hora antes de la intervención, liquidez por 9.500 millones de euros, nada menos, al Banco Popular. Recuerden que fue intervenido por falta de liquidez, lo que tiene su enjundia.

    Para entendernos, sobre la intervención del Popular, realizada en pocas horas, apartado el BBVA, por la fuerza, de cualquier tentación de entrar en ella y otorgado al Santander por un euro… el Banco de España no sabía nada, la CNMV no sabía nada, Luis de Guindos se enteró esa noche, Ana Botín no sabía nada, el miembro de la JUR (sí, de la JUR de Elke König), Antonio Carrascosa, amigo personal de Guindos con el que compartió despacho en PwC, luego presidente del FROB, no sabía nada… Entre todas la mataron y ella sola se murió. Lo malo es que nadie sabe por qué murió. Botín podría haber dado una pista crucial para conocer la “X” del caso Popular… pero anda fatal de memoria.

    En cualquier caso, niega Botín que recibiera órdenes del Gobierno para comprar el Popular. Por supuesto: a nadie se le presiona para que acepte un chollo.

    Aunque recuerden la frase favorita de Ana Botín: las operaciones hay que verlas “por el neto”. Es decir, al final.

    Eso sí, la presidenta del Santander ha defendido la solvencia del Popular. Y le hubiera resultado muy cómodo negarla
    A propósito, ¿debemos creer a la presidenta del Santander cuando asegura que no quiere absorber a nadie, ni tan siquiera al otro gran banco español, al BBVA?

    Pero una cosa sí sabemos: la intervención del Santander fue una merienda de negros con la que el BCE, fuera o no el iniciador de la conspiración, pretendía imponer en Europa el modelo de liquidación de bancos sin coste para el contribuyente, tras la crisis bancaria de 2008. Pero hombre, podían haberse ejercitado con un banco malo, por ejemplo italiano, no con un banco bueno, en este caso español. Por aquello de la justicia.

    Y por cierto, ¿qué hacía Jaime Pérez Renovales, secretario del Consejo del Santander, la mañana del jueves? Porque Botín no comparecía en condición de acusada sino de testigo, y los testigos acuden sin abogado.

    Sí, es Renovales el mismo que suena para sustituir al quemado jefe de la Casa Real, Jaime Alfonsín.

    Y seguimos sin saber quién dio la orden de intervención, la “X” del caso Banco Popular.

  3. Botin deja bien claro que el banco no tenia que ser resuelto.
    la estrategia es clara ,toda la culpa de la estafa ha sido de Europa y de De Guindos
    ella pasaba por ahi.
    pero lo que desmiente todo esto es el acuerdo entre blackstone y el santander sobre
    el inmobiliario del banco popular que se llevaba negociando mucho antes de que se pensara en la resolucion.
    el santander era el destinatario del regalito desde el principio.

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