Banco Popular: Ana Patricia Botín podría salir imputada de la Audiencia Nacional

El juez Calama Teixeira, instructor de la causa por la resolución del Banco Popular en la Audiencia Nacional, citó a Ana Botín, como le gusta que le llamen, para que testifique hoy, 8 de octubre, una citación que, en principio, había sido prevista para el 28 de mayo, pero que tuvo que ser pospuesta debido al estado de alarma derivado de la crisis del Covid19.

Ana Patricia Botín se enfrentará a un interrogatorio exhaustivo. Le preguntarán el juez instructor, el fiscal, los abogados de las defensas y de las acusaciones. Las preguntas servirán para que la señora Botín nos instruya al respecto de la compra del Banco Popular por un euro.

Es muy importante el hecho de que Ana Patricia Botín se enfrente a este interrogatorio sola, sin la ayuda o protección de su guardia pretoriana de Uría y Menéndez o de los todopoderosos directores de las áreas contenciosa o de comunicación. Va a estar sola, se va a enfrentar a las preguntas de los abogados desde su conocida prepotencia…, y con el beneficio de haber podido preparar su interrogatorio desde hace meses. Veremos si será suficiente para no caer en culpables contradicciones.

Esa soledad debería hacer recapacitar a Ana Patricia Botín, acostumbrados como están en su familia a salir impunes de múltiples situaciones embarazosas, desde las cesiones de crédito que tan bien conoce Rodrigo Echenique, hasta los 2.000 millones de euros ocultos en Suiza, de los que les eximió el magistrado Fernando Andreu, para cuyo traslado a la Sala de lo Penal algo ayudaron en esta decisión las publicaciones, las preguntas que al magistrado le hiciera Diario16, así como el contenido del libro titulado Banco Popular: Una Operación Diabólica, para que, afortunadamente, se apartara del caso Popular, ya fuera por voluntad personal o por cargo de conciencia que, según pudimos saber, no le dejaba dormir por las noches. La señora Botín sabe que este no es un caso más.

Pese al omnímodo poder del Banco Santander –«manda más que las instituciones del Estado», según algún conocido político. ¿Es así señor presidente, vicepresidenta tercera? Señor vicepresidente primero y ministra de Igualdad, ¿ya han pasado a sonreírle Ana Patricia Botín por órdenes del presidente Sánchez, vía consejo del redondo asesor plenipotenciario que no es ni progresista, ni feminista, ni de izquierdas?-, el flagrante expolio al que se sometió a los accionistas del Banco Popular exige que Ana Patricia Botín responda, con la obligación de decir la verdad, al menos a tres grupos de cuestiones, que no parecen ser fruto de la casualidad:

1.- ¿En qué situación real estaba el Banco Santander en 2017? ¿Cómo explica las brutales diferencias entre las cuentas de ese ejercicio -depositadas por el banco en marzo de 2018 en la CNMV- y las publicadas por el propio Banco Santander sólo dos meses antes? Como ha reiterado Diario16 desde hace años, sin que el Santander lo haya desmentido, la diferencia entre lo que el Santander anunció en enero de 2018 y lo que comunicó a la CNMV en marzo de ese año, era de 7.000 millones de euros. No nos constan actuaciones de la CNMV en ese sentido, pero parece una violación de los más básicos principios de transparencia que el Santander publique primero un beneficio de 6.700 millones de euros, con todo lujo de detalles, con gran fanfarria y repercusión mediática y, que cuando llega marzo, oculto entre más de cuatrocientas páginas, por arte de birlibirloque la desaparición de 7.000 millones de la cuenta de resultados, por un ajuste en el negocio en diversas divisas, provocando que el Santander registrase pérdidas.

¿Nada hizo la CNMV ante tan brutal diferencia? ¿Nada tiene que decir el conspicuo Sebastián Albella sobre esto? ¿Nadie ha cuestionado al Banco Santander por qué su ampliación de capital de, ¡qué casualidad!, 7.000 millones de euros en 2017 no se destinó a comprar el Popular sino a tapar un agujero de tales dimensiones?

2.- ¿Por qué Santander tiene por asesor al despacho Uría y Menéndez, que se encargó de dar aparente cobertura legal a los desmanes de Saracho? La pregunta más correcta sería si a doña Ana Patricia Botín le parece coherente que el Popular de Saracho fichase como asesor al despacho de cabecera del Santander, en el que trabajan familiares cercanísimos a Rodrigo Echenique y a ella misma. En fin, el palmario conflicto de intereses en el que vivió Uría y Menéndez fue bien visto por el Santander, incluso haciéndole directamente efectivas por el Sr. Echenique las millonarias facturas por dicha intervención contratada por Emilio Saracho, el maestro de la Ana Botín. Los prestigiosos abogados son también los utilizados como defensores en la causa que se instruye en la Audiencia Nacional.

A la vez que asesoraba a Saracho en su gestión temeraria, ¿informaba Uría al Santander de lo que era más conveniente para sus intereses con relación al Popular?

3.- Es un hecho probado, que el Banco Popular Español era solvente. Lo han dichos los peritos del Banco de España, el ex Gobernador Linde, los auditores externos, el FROB, el Ministerio de Economía y hasta la JUR, que en su infumable informe censurado incluso se permite decir que tenía capacidad para cumplir con los requerimientos hasta al menos 2019. Tenía un patrimonio neto de 11.000 millones de euros y una capacidad de generar anualmente 1.150 millones de euros de beneficios ordinarios. Si el Santander tenía un desfase de más de siete mil millones de euros y le regalaron el Popular por un euro, más una dádiva de otros dos mil millones mediante la amortización de bonos, ¿qué beneficios ha obtenido el Santander por la compra del Popular?

Quizás resulte conveniente que los afectados y sus representaciones procesales pidan que se llame a declarar a algunos responsables del Banco Santander, quizás también puedan incluir a Andrea Orcel, para que les ilustren sobre los beneficios que el Santander ha ido aflorando subrepticiamente estos años por el expolio del Popular.

Es difícil que Ana Patricia Botín pueda dar una contestación coherente a estas preguntas, por lo que sólo caben dos conclusiones: que salgan ella y el Santander imputados después del interrogatorio o que ofrezcan una solución satisfactoria para todos los afectados. Ya veremos. Dado que no cabe esperar que la señora Botín haga lo que sea justo -no hay que pedir generosidad, sino Justicia-, esperemos que sea el Tribunal el que lo arregle y que el presidente y vicepresidente primero del Gobierno no lo eviten. Entre amigos, amigas e intereses está la «operación diabólica» que arruinó a 1,2 millones de ciudadanos y ciudadanas españoles y españolas con el fin de salvar a un banco, el Santander, que no es español.