martes, 19marzo, 2024
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Uno de los principales accionistas del Santander gasta millones de euros en controlar la política económica de la UE

Un informe revela cómo BlackRock es el centro de una red de grupos de presión con acceso privilegiado a las instituciones europeas

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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Tal y como hemos publicado en Diario16, la Unión Europea ha publicado recientemente su estrategia de financiación sostenible que, en primer lugar, ha sacado de las restricciones a la industria gasística y a la nuclear y, en segundo término, ha contado con la dura oposición de los grupos de presión que intentan favorecer los intereses de las grandes empresas y de los bancos.

El problema está en que políticas que son fundamentales ya en el corto plazo quedan condicionadas por la presión ejercida por los lobbies y, finalmente, dicha oposición a los primeros borradores queda plasmada en medidas incompletas e insuficientes para resolver los problemas que afectan directamente a la ciudadanía. Sin embargo, la resolución de esos problemas también es un lastre para las élites económicas, empresariales y financieras. Por ello, el dinero se opone a la efectividad y, por desgracia, siempre termina imponiéndose.

Un informe publicado recientemente, titulado «Secuestrado: exponiendo el control de BlackRock sobre los planes de financiación climática de la UE», al que Diario16 ha tenido acceso, muestra cómo el mayor gestor de cartera del mundo y uno de los máximos accionistas del Santander (además de las principales empresas del IBEX35) se encuentra en el corazón de una red de grupos de presión con acceso privilegiado a las instituciones europeas.

Este análisis profundo de la agenda política de BlackRock genera una verdadera alarma sobre los peligros de tal influencia, tanto para el clima como para la buena gobernanza. Es tal el dominio que tienen estos grupos de presión liderados por BlackRock que, según publicó el Financial Times, Bruselas recibió importantes críticas por conceder un contrato sobre regulaciones bancarias ambientales a este gigante del mundo financiero.

La red de lobby de BlackRock al descubierto

Con 30 millones de euros gastados al año en presionar a las instituciones de la UE, BlackRock y los 23 grupos a los que pertenece tienen los medios para hacer oír su voz.Han respondido colectivamente a 22 consultas públicas de la UE relacionadas con las finanzas sostenibles. El análisis de estas consultas muestra una clara resistencia a los estrictos requisitos y a la regulación de las finanzas sostenibles en general. Hay que tener en cuenta que los grandes bancos, entre los que se encuentra el Santander, que han financiado o invertido billones de euros en los sectores más contaminantes, cuentan en su mayoría con BlackRock como uno de sus principales accionistas.

Con múltiples reuniones privadas celebradas con agencias clave de la UE, esta red de grupos de presión «liderados» por BlackRock también se ha asegurado un lugar destacado para sí misma en los grupos de trabajo o de expertos de la Comisión, incluidos los grupos que trabajan en finanzas verdes. El informe también profundiza en las relaciones y las contrataciones que tienen lugar entre BlackRock y el gobierno, lo que ayuda a engrasar la maquinaria en Bruselas y más allá.

Empezando a pagar dividendos

Con la Estrategia de Financiación Sostenible Renovada de la UE hay mucho en juego sobre si la presión ejercida por múltiples administradores de activos terminará en una ambición debilitada. 

La red de lobby de BlackRock, que incluye 4 de los 6 grupos en los que tiene un papel principal, se opuso activamente a la creación de una taxonomía sobre actividades nocivas y presionó para retrasar la implementación de estrictas reglas de divulgación, dos herramientas destinadas a en la reducción del blanqueo verde.

Pero, en cualquier caso, parece que BlackRock ya tiene un pie en la puerta, tanto al presionar con éxito por los Estándares de Bonos Verdes voluntarios (en lugar de obligatorios) como gracias al contrato que firmó para ayudar a la Comisión Europea a diseñar las reglas bancarias ESG, uno de los nueve firmado con instituciones o agencias de la UE desde 2016.

La cosmovisión de BlackRock aplicada a las finanzas sostenibles

El informe, además, da la alarma sobre las reglas climáticas defendidas por BlackRock y sus asociados. Si bien se oponen a cualquier tipo de restricción climática (incluso mínima) que se imponga a los actores financieros y sus opciones de inversión, la alternativa que impulsan es muy problemática. 

El enfoque de BlackRock, centrado en más datos y divulgaciones, pero rechazando la introducción de definiciones científicas de lo que es sostenible, tiene como objetivo difuminar las líneas

En concreto, ofrece una visión retrospectiva la financiación climática. Además, BlackRock tiene un profundo interés en la supervivencia de la industria de los combustibles fósiles, con múltiples vínculos con el sector, lo que podría explicar su rechazo a las ambiciosas reglas climáticas que afectarían sus resultados finales. Según se indica en el informe, en realidad está tratando de manipular el juego a su favor.

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