El 26 de enero, un mes antes de la invasión militar de Rusia en Ucrania, publiqué la columna «Otro Putin SOStenible es posible», donde las hipótesis que planteé, tristemente se están cumpliendo.
Como escribí, el único enemigo si tenía que haber alguno, es China, al mecer la cuna de Putin, al igual que USA lo hace de una analógica Unión Europea, mientras luchan en «la guerra de quinta generación» entre Tik Tok e Instagram, para ver quién hackea mejor nuestras mentes.
Hablando de hackear mentes, me pregunto si es posible otro modelo de sociedad, donde no haya que luchar y vender, contando medias verdades a los demás para conseguir algo que tienen y deseamos arrebatarselo. ¿Se puede regenerar la economía, la sociedad y la geopolítica sobre el valor de compartir en vez de competir? ¿Podemos dejar de ensalzar lo negativo de los demás, para ensalzar sus virtudes?
Al consultar a mi ágora, los más tecnólogos esperan que el metaverso sirva para evadirnos de la realidad y ser felices. Pero de los 2 años de pandemia de Gripe China que llevamos, lo único que he aprendido es que lo digital no sustituye a lo presencial. Desde hace dos años hago una videollamada diaria con mis padres, pero nada cambia un abrazo de corazón a corazón. Sí, abraza alzando el brazo izquierdo, fliparas como a los veinte segundos los corazones se sincronizan y laten a la vez.
Creo que el motor para ese cambio vital es la información sobre nosotros que asumimos como individuos y comunidad. Dejando de contarnos medias verdades, para con respeto, atrevernos a contarnos verdades propias completas. Lo cual, concreto en lenguaje, autoconocimiento, educación, atención plena, prensa, y pensamiento crítico.
Lenguaje
El titular no está bien escrito, pero si lo lees en voz alta, tu cerebro entenderá otra cosa. Para algo, dos idiomas antagónicos como son el inglés y el español coinciden en la palabra “presente” y “present”, cual regalo vital que es el ahora. Por eso, es clave que usemos la amplitud de lenguaje español para expresarnos, como me recordaba el profesor Felipe Debasa sin necesidad de usar palabras como “aprendientes”, que al parecer es cómo debo llamar a las personas que asisten a mis clases. ¿Será que al apretar los dientes son más resolutivos?
Autoconocimiento
Me contaba Jimmy Pons el pasado domingo 20 de marzo, día mundial de la felicidad a colación del Festival de la felicidad que se celebró en Zaragoza y el movimiento mundial que lo promovió, que las generaciones de nuestros abuelos fueron las del tener, es decir, ellos dejaron el campo para tener trabajos e hipotecas que proporcionaron a nuestros padres estudios; los cuales al tener estudios, fueron las del Ser, ser director general, ser funcionario; y nuestras generaciones somos los del sentir, de saber cómo gestionar nuestras emociones, para atreverse a autoconocerse, a leer nuestra información interna, única, constatar quién eres y cuál es tu cometido en la vida, que casi seguro está ligado con hacer el bien a tu persona y a los demás, a través de tus talentos.
Educación
Pregunté al madrileño y explorador cultural Jorge Mañes, que hace unos años colaboró con la Agencia Espacial Europea (esa) para investigar cómo podría ser el arte fuera de la tierra. Jorge me recordó su charla TED con 1’5 millones de visualizaciones, donde citaba al Centro de Artes Indígenas de México, cuyo modelo educativo es opuesto al eurocéntrico. Al localizar la estrella que cada niño tiene, su don, y fortalecerlo a través de diversas escuelas especializadas, como la cerámica, la cocina, talla de madera, la palabra florida (el totonaca), plantas medicinales, medicina tradicional, etc…
Atención Plena
A su vez, los resultados de María Molero de Aulas en Calma, avalan que a pesar de que el cerebro de cada persona es el primero en mentir, así como dejarse llevar por la primera emoción para ahorrar energía. Cada persona puede darse un tiempo para decidir cómo quiere sentirse frente a una sensación que le surge o le causa otro ser. Para ello, puede practicar la atención plena, al estar conectada a su presente, ser consciente del ahora, escuchando, observando sin juzgar (como me sugirió Joaquina Fernández hace dos décadas), dándonos tiempo, analizando las experiencias pasadas ligadas a esa emoción. Rompiendo con el mantra artificial de la inmediatez, al que nos han acostumbrado las notificaciones del móvil.
Prensa
Los medios de comunicación libres más que informar, desviamos tu atención plena a los asuntos que a otros poderes les interesan. ¿Pasó ya la Gripe China? ¿Sabías que en Reino Unido, Bélgica, Suecia, Países Bajos, Noruega, Dinamarca, Finlandia y Francia ya no es obligatorio llevar la mascarilla en interiores? ¿Por qué no supiste que la guerra de Afganistán fue un desastre durante dos décadas? La guerra en Yugoslavia de 1991 a 2001 ¿no fue en plena Europa? ¿En qué se diferencia un niño ucraniano de un niño etiope que huyó de la guerra de su país y ahora se encarama a la valla de Melilla? ¿Qué hace que una guerra parezca legal? Quizás, la importancia de El Relato que diría Javier Recuenco.
Pensamiento crítico
Al final, toca asumir que somos responsables de las acciones que creamos al reaccionar a los mensajes que recibimos, y como el valor, se espera que seamos capaces de discernir si tiene sentido dejarnos arrastrar por las emociones que nos surgen, en vez de parar, intuir y resolver que en vez de solución, vamos a ser parte del problema. Como reflexionaba mi socio Jaime Sanz, mientras hacíamos un impass en la producción de los nuevos Xaudable de guacamole, hoy todo el mundo tiene una opinión, pero carecemos de herramientas para evaluar cuál aporta y cuál no.
Gracias
Gracias a Pancho, Celes y Otto por ser cómo fueron en su paso por esta vida, siempre con una sonriente mirada, que les llevó a regalarnos felicidad con su existencia, quizás, con un lema: “amar y ya”.
GO!
