La cúpula de Podemos ha dado el visto bueno a la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, para que vaya conformando su plataforma de izquierdas a la izquierda del PSOE que opte con garantías mínimas de éxito, pese a experiencias pasadas fallidas, sin ir más lejos las elecciones de 2016, en las que la confluencia de Podemos con Izquierda Unida se dejó un millón de votos por el camino y su ansiado sorpasso al PSOE se quedó sólo en una frustrada aspiración. El reto más inminente en el tiempo para dar visos de realidad a este proyecto de plataforma lo tendrá en el sur.
La próxima cita electoral en España llegará el próximo 2022 en Andalucía, más probable en primavera que en otoño, como está previsto a priori, y el panorama desolador que dejó la abrupta y convulsa ruptura de la anticapitalista Teresa Rodríguez con Podemos y su nula intención de confluir con la anunciada plataforma pilotada por la vicepresidenta comunista del ejecutivo de Sánchez vaticinan que Díaz tendrá que poner mucho más que buenas intenciones en este proyecto, al que también auguró futuro Iván Redondo en la entrevista que concedió al periodista Jordi Évole.
El que fuera gurú personal de Pedro Sánchez hasta la última crisis de gobierno vaticinó que el futuro de Podemos pasaba por una plataforma amplia de izquierdas y con Yolanda Díaz a la cabeza. El ejemplo del panorama político actual en Andalucía puede ser paradigmático de lo que posteriormente pueda extrapolarse a unos comicios generales. La izquierda a la izquierda del PSOE de Juan Espadas es, en estos momentos, un reino de taifas de imprevisibles consecuencias, al que todos los sondeos electorales publicados hasta el momento no le deparan nada bueno para sus intereses tras las autonómicas de 2022.
En la mente de Teresa Rodríguez no pasa ni por asomo probar de nuevo una confluencia donde las decisiones se tomen en Madrid y promueve un partido nacionalista andaluz
Mientras el PSOE se siente cómodo mirando más en el caladero electoral del centro e incluso de la derecha, ofreciendo un pacto de Presupuestos al PP de Juan Manuel Moreno Bonilla, pese a no estar visto con demasiados buenos ojos por una parte de su militancia, a su izquierda el panorama es laberíntico e incluso tortuoso para el votante de izquierdas nato.
Sólo en el caso del Parlamento de Andalucía, están por un lado los seis diputados de IU y Podemos bajo la denominación de Unidas Podemos por Andalucía, y por otro el resultante de la expulsión de la que fuera su máxima representante y portavoz parlamentaria Teresa Rodríguez, ahora en los escaños de los diputados no adscritos, diez en total. Fuera de la Cámara autonómica también deberá contar Yolanda Díaz con los seguidores del proyecto de Íñigo Errejón, que tiene a Esperanza Gómez como máxima representante de Más País Andalucía, también ex diputada autonómica de Podemos. Tampoco por esta vía ha encontrada receptividad la anunciada plataforma de la vicepresidenta segunda del Gobierno.
Teresa Rodríguez, que cuenta con el respaldo de Anticapitalistas, ha tomado la marca de Adelante Andalucía, que creara junto al otrora líder andaluz de IU, Antonio Maíllo, para conformar un nuevo partido de carácter nacionalista andaluz y de izquierdas, y en su mente no pasa ni por asomo probar de nuevo una confluencia donde las decisiones se tomen en Madrid. Su tempestuosa experiencia fallida con Pablo Iglesias es un claro ejemplo de que Rodríguez tampoco ve con buenos ojos la plataforma de Yolanda Díaz.
Por su parte, Más País Andalucía tampoco tiene entre sus planes más inminentes volver a oír los cantos de sirena de Podemos, aunque son conscientes de que el proyecto encabezado por Errejón apenas ha podido hacerse notar en el Congreso de los Diputados y en la Asamblea de Madrid en su corta existencia política.
Con este panorama nada alentador para una inminente confluencia de fuerzas de izquierdas que se constituya en una plataforma unitaria a la izquierda del PSOE, Yolanda Díaz tiene no poco trabajo por delante, y la experiencia de Andalucía será clave en sus aspiraciones a la Moncloa en las próximas generales.
