Un documento interno de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), al que ha tenido acceso Diario16, correspondiente al briefing diario con el que se despertó el 7 de febrero de 1975 el presidente de los Estados Unidos, Gerald Ford, dedicaba en exclusiva un capítulo entero a un hecho que podría cambiar los equilibrios en la política de defensa norteamericana: la dimisión de Franco.

En concreto, el informe señala lo siguiente: «El general Franco está haciendo planes para ceder su puesto de jefe de Estado al príncipe Juan Carlos. Franco conservaría únicamente su puesto de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas. Desde que volvió al poder el pasado mes de septiembre tras una enfermedad a mediados de verano, en Madrid llevan circulando rumores de que Franco dimitirá. La mayoría de las fuentes sostienen que Franco no está gravemente enfermo, pero aparentemente su estado es complicado. Si Juan Carlos asume el poder, su problema más inmediato, aparte del resentimiento al que enfrentará por parte de la extrema derecha, será establecer su independencia de su mentor».

Esta información de la CIA, aunque no se llevó a efecto, tenía su importancia. Por un lado, hace referencia a la enfermedad de Franco que le llevó a ceder provisionalmente la Jefatura del Estado a Juan Carlos de Borbón. En ese periodo de tiempo, verano de 1974, se produjeron movimientos en una parte de los centros de poder del Régimen que encaminados a suprimir la Secretaría General del Movimiento Nacional y repartirse sus funciones entre diferentes ministerios. Es decir, que desde el interior del franquismo había un sector con capacidad de poder que apostaba por una leve apertura.

Franco, una vez que salió del hospital, se marchó a reposar al Pazo de Meirás. Recordemos que nos encontramos en el mes de agosto de 1974. El entonces ministro del Movimiento, José Utrera Molina (suegro de Alberto Ruiz Gallardón), viajó a Galicia para despachar con Franco. El médico había recomendado al dictador que diera largos paseos. En una de esas caminatas fue donde se produjo la reunión en la que Utrera Molina le descubrió el plan de desmantelamiento del Movimiento Nacional. Franco, evidentemente, montó en cólera y, días después, tras un Consejo de Ministros celebrado en el Pazo de Meirás y que fue presidido por Juan Carlos de Borbón, Franco llamó por teléfono al presidente del Gobierno, Carlos Arias Navarro, y al entonces príncipe, para informarles de que volvía a la actividad.

A partir de ese momento el franquismo se cerró aún más en sus estructuras más reaccionarias, cerrando definitivamente cualquier posibilidad de una apertura, y dando más acceso a Franco a personas como José Antonio Girón de Velasco. Dos meses después de la vuelta del dictador a la Jefatura del Estado, se produjo un golpe muy duro a la apertura con el cese de Pío Cabanillas y la dimisión del ministro de Hacienda, Antonio Barrera de Irimo.

Franco comenzó a sospechar que ya se estaban realizando movimientos para desmantelar su obra una vez se produjera su muerte. Un ex ministro de aquel gobierno, que dimitiría en fechas cercanas al informe de la CIA, explicó a quien firma este artículo que Franco estaba más informado de lo que muchos pensaban acerca de los contactos que miembros del Régimen estaban realizando con la oposición. «Franco conocía, incluso, que su sobrino había viajado a París a hablar con Santiago Carrillo por orden del príncipe», me dijo. Se refiere a la reunión que, en agosto de 1974, Nicolás Franco Pascual de Pobil mantuvo con el secretario general del PCE en el restaurante Le Vert Galant de París. Un encuentro que se produjo gracias a la intermediación de José Mario Armero.

El hecho de que Franco conociera todos esos movimientos indica que el dictador pretendiera frenar cualquier movimiento de apertura o de democratización de España. Por esta razón, la dimisión y la cesión de la Jefatura del Estado a Juan Carlos de Borbón no era otra cosa que una estrategia para que el propio aparato franquista paralizara y controlara al entonces príncipe para evitar lo que ocurrió a partir de noviembre de 1975. Hay que tener en cuenta que, como afirma el informe, Franco mantendría la categoría de Comandante en Jefe del Ejército, es decir, el control absoluto del país.  

2 COMENTARIOS

  1. Artículo interesante sobre aquella etapa del final del franquismo. Solo matizar que el presidente de los Estados Unidos en 1975 era Gerald Ford, después de la dimisión de Richard Nixon en 1974 a raiz del escándalo Watergate.
    Saludos.

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