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El Defensor del Pueblo reclama a los poderes públicos catalanes el respeto al principio de neutralidad ideológica

Francisco Fernández Marugán muestra su preocupación por el deterioro de convivencia de los espacios públicos

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análisis

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“El principio de neutralidad ideológica propio de una sociedad pluralista es incompatible con la presencia en los edificios públicos de símbolos de una ideología”. Así lo ha expresado Francisco Fernández Marugán a través de una declaración institucional que ha hecho pública en la que reclama a los poderes públicos catalanes el respeto al principio de neutralidad ideológica que aparentemente no se practica en Cataluña.

Propone que en la próxima Junta de Seguridad Estado-Generalitat aborde la situación derivada del uso y retirada de símbolos de contenido ideológico en los espacios públicos

La practica de este principio escasea al convivir con la presencia de símbolos de una ideología determinada en los edificios públicos. El principio de neutralidad ideológica debe regir cualquier sociedad libre, abierta, democrática y tolerante. Por ello, el Defensor del Pueblo expresa su preocupación por el deterioro de la convivencia en los espacios públicos.

Las agresiones sufridas por una ciudadana que retiraba lazos amarillos en Barcelona han sido uno de los puntos de inflexión. La Institución ya ha comenzado a tramitar quejas sobre estos asuntos con el fin de verificar el respeto a los derechos fundamentales de todas las personas y el correcto funcionamiento de las Administraciones Públicas competentes.

En este sentido, proponeque en la próxima Junta de Seguridad Estado-Generalitat aborde la situación derivada del uso y retirada de símbolos de contenido ideológico en los espacios públicos.

La instalación de lazos amarillos en la fachada del Hospital de Santa Creu i Sant Pau de Barcelona fue motivo de queja para un ciudadano catalán. Un hecho que muchos podrán defender como libertad de expresión por parte de dicho espacio público. Sin embargo, un espacio público, lejos de ser un partido político, ha de respetar la pluralidad “sin que nadie pueda sentirse molesto o ajeno a la institución pública de que se trate, que es de todos y para todos”.

Es por ello, que Marugán se dirigió a la Consejera de Salud de la Generalitat de Catalunya para recordarle que “la libertad de expresión de las personas en instalaciones públicas tiene un límite en el principio de neutralidad ideológica de los poderes públicos”.

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