Hoy, tras ver la comparecencia de Pablo Iglesias en su alusión a la tropa del Ejército y la deuda que el Estado y el Gobierno tienen con los soldados, se me han puesto los pelos de punta. Pero al mismo tiempo se me queda un sabor agridulce con todo esto. Porque la deuda contraída con los Soldados por parte del Estado asciende ya a 14 años: hemos patrullado tras el atentado del 11 de Marzo las redes ferroviarias, hemos limpiado de chapapote las playas gallegas, no hemos alzado la voz en ningún momento, porque es nuestro sueño, nuestra vocación, servir a los ciudadanos, y lo único que pedimos es poder seguir haciéndolo.
Pero en cuanto cumplimos los 45 años nos despiden del Ejército, del mismo Ejército por el que lo hemos dado todo.
Con marcialidad y la cabeza alta, acudimos a la llamada desesperada siempre que se nos necesita, sin equipos de protección individual y sin pedirlos porque sabemos que no hay para todos, exponiendo a nuestras familias cuando volvemos a casa, sin cobrar horas extras porque nuestra labor es de 24 horas al día, los 365 días al año. Estamos siempre.
Pandemia
Puede que nuestra labor sea ignorada, y hasta ninguneada y señalada, pero ahora, en medio de una Pandemia Mundial, volvemos a ser los mismos los que estamos en primera línea de fuego.
El choque de trenes entre un partido –PSOE-, enrocado en seguir poniendo parches a algo que está claro que no funciona, enrocado a olvidar a los HEROES que nunca falla, y el partido de Unidad Podemos, solo puede tener un desenlace.
Ese desenlace no puede ser otro que el pleno reconocimiento de lo que somos, Soldados, funcionarios Públicos al servicio del ciudadano, al servicio de la gente, pero de por vida, y no temporalmente.
No podemos ver como se está luchando por lo público, mientras nuestras Fuerzas Armadas son privatizadas a marchas forzadas, olvidando en el más absoluto fracaso laboral a quienes no dudan un segundo en plantarse a pecho descubierto delante de un virus mortal.
“Expertos”
No podemos seguir haciendo caso a esos “expertos” que tanto nombran algunas diputadas, expertos que forman parte de la CEOE, expertos del círculo de empresarios del IBEX35, expertos que comenzaron metiendo la patita en las Fuerzas Armadas y que lo único que hacen es chuparse el presupuesto de Defensa , precarizando empleados mediante la subcontratación y precarizando a los HEROES que cuando cumplen 45 años terminan en el paro.
Corría 1998 cuando yo mismo, destinado en Ceuta hacia labores de vigilancia de frontera. Un servicio que privatizaron pasándose el artículo 8 de la Constitución Española por el arco del triunfo. Hoy, ¿saben a quién se vuelve a recurrir?, a los HEROES que nunca fallan y no a esas empresas privadas que poco a poco nos quitan nuestro sueño, que no es otro que servir a los ciudadanos.
¿Defendemos lo público ya y nos dejamos de tonterías, o por el contrario la deuda con los soldados tiene que seguir creciendo?
