El alcalde de la capital de España, José Luis Martínez-Almeida, ha pasado en pocos meses de animar en plena pandemia a los madrileños a ir de cañas y a los toros, a prohibir ahora su presencia en los plenos de distrito.
Madrid pierde así cada día derechos democráticos mientras los populares en sus instituciones justifican todas sus actuaciones en nombre de una libertad que, al final, ha quedado en permitir que se aglutine la ciudadanía en torno a la hostelería para tener contento al sector.
Un decreto municipal normaliza ya la presencia de los políticos en los plenos de distrito, mientras limita la participación ciudadana a través de escritos.
El grupo municipal de Podemos ha criticado abiertamente esta decisión del alcalde de Madrid y destaca que «una democracia sana avanza en participación ciudadana, pero está claro que al equipo de gobierno de Almeida no le preocupa la salud democrática de Madrid».
Protesta de los vecinos
Por su parte, la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) se ha dirigido al Ayuntamiento de la capital para que rectifique cuanto antes la prohibición de asistencia vecinal a los plenos de las juntas municipales de distrito.
La organización reconoce, a través de un comunicado, que ha recibido «con sorpresa y estupefacción una norma que, literalmente, cierra la puerta de las juntas a los vecinos y vecinas y relega su participación al envío, por escrito, de sus peticiones, quejas y propuestas.
Ante la reacción vecinal y de la oposiócin, el Ayuntamiento reconoce que está estudiando adaptar las salas de los plenos de distrito para que puedan volver los ciudadanos «en condiciones de seguridad».
La excusa para estas medidas es el Covid. Sin embargo, cuando más alta era la incidencia de afectados por el virus en Madrid, el propio alcalde animaba a participar en eventos públicos como los toros.
Claro, es que depende del contexto la grafía del texto. Qué poco nivel de todo, verdad? No sé trata de tener una u otra opción política.
Criterio, cretino, criterio.
Que no es lo mismo pero es igual, cantaba Silvio.