Los médicos de las residencias públicas de mayores y con discapacidad de la Comunidad de Madrid han roto su silencio y ha acusado a la presidenta, Isabel Díaz Ayuso de no haber contado con ellos.
En una carta han relatado su duro trabajo realizado durante toda la crisis sanitaria en la Covid-19. 45 de ellos han enviado una carta, firmada también por el secretario general de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid AMYTS, Julián Ezquerra, en la que piden a los responsables de la Comunidad de Madrid más coordinación entre Servicios Sociales y Sanidad de la región.
Las residencias han pasado en los últimos años de ser centros sociosanitarios a ser centros sanitario-sociales
“Iniciamos el tratamiento de nuestros mayores sin apenas Equipos de Protección Individual (EPIS), de forma empírica, viendo cómo se desarrollaban los acontecimientos y estudiando día a día como dar un mejor tratamiento a nuestros usuarios”, se puede leer en la carta enviada junto a Julián Ezquerra, secretario general de AMYTS, a la presidenta de la Comunidad de Madrid, al consejero de Sanidad, al consejero de Políticas Sociales y Familia, al director general de Coordinación Sociosanitaria y al gerente de la AMAS.
En la carta reclaman a los responsables de la Comunidad de Madrid más coordinación entre Servicios Sociales y Sanidad de la región, pasar a formar parte del servicio de Salud y que se reconozca su labor durante la pandemia y su autoridad como médicos para tomar decisiones que afecten a sus pacientes. Además, piden que se revisen sus condiciones laborales, ya que tienen retribuciones mucho menos elevadas que otros profesionales sanitarios de igual formación.
Diario16 ha tenido acceso a la carta en la que entre otras cosas exponen que “si esta tragedia vuelve a producirse como apuntan, los médicos de las residencias nos encontraremos de nuevo con los mismos problemas para atender a nuestros pacientes, problemas que no son derivados de nuestra falta de capacitación sino de la falta de medios”, han denunciado en su escrito.
Actuación ante la pandemia
En la misiva explican como la pandemia del coronavirus ha golpeado especialmente fuerte a las residencias de mayores y personas con discapacidad intelectual y las públicas no han sido una excepción. “Iniciamos el tratamiento de nuestros mayores sin apenas EPIS, viendo cómo se desarrollaban los acontecimientos y estudiando día a día como dar un mejor tratamiento a nuestros usuarios.
Hemos tenido fallecimientos, pero también hemos salvado a muchos de nuestros residentes que han estado al borde de la muerte, con jornadas maratonianas.
En las residencias hubo que implantar zonas de aislamiento lo que ha implicado cambios de habitaciones de los residentes y un sin fin de tareas organizativas en las que ha sido imprescindible la participación del médico quién además debía ocuparse de los enfermos con COVID 19 y del todo el trabajo habitual (patologías crónicas y agudas no COVID) con medios mucho menores que en los hospitales (algunas veces sin oxigenoterapia) y sin la posibilidad muchas veces de derivación a hospital por diferentes motivos: pacientes en cuidados paliativos, saturación de los servicios de urgencias hospitalarios y de las camas hospitalarias, saturación del SUMMA 112.
Origen de esta crisis
El origen del problema no es reciente: La primera desmembración de la asistencia sanitaria en dos Consejerías diferentes se produjo cuando la antigua Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales a la que pertenecían dichas residencias se separó en dos, la Consejería de Sanidad y La Consejería de Asuntos Sociales, la cual ha ido cambiando su denominación hasta la actual, consejería de políticas sociales familia igualdad y natalidad. Posteriormente, en el año 2001 se produjeron las transferencias de Sanidad a la Comunidad de Madrid desde el extinto INSALUD, lo que agravó más todavía la coordinación entre ambas y el aislamiento de la Atención Sanitaria que ofrece la segunda, por no pertenecer ni siquiera al Sistema Nacional de Salud, todo ello durante los gobierno del partido Popular.
El personal sanitario de estas residencias como consecuencia de dicha escisión fue derivado a una consejería no sanitaria. Esto ha supuesto que dicho personal no está sujeto a las mismas garantías y condiciones laborales que el personal de los servicios públicos de Salud; y lo que es peor, la atención sanitaria de las personas más frágiles de la Comunidad de Madrid depende de la coordinación -con frecuencia ineficiente-entre dos consejerías, lo que retrasa, la mayoría de las veces, decisiones importantes que influyen de manera extraordinaria en la salud de estas personas.
Covid-19
En la crisis sanitaria por la COVID-19 esta situación ha sido especialmente dramática; las medidas han llegado tarde. Pongamos como ejemplo que, a los trabajadores de las residencias, en algunas de las cuales es imposible que utilicen mascarillas los usuarios, no se les entregaban ni mascarillas quirúrgicas. La medicación y el oxígeno llegó tarde en la mayoría de las residencias, así como determinadas órdenes sobre aislamiento, etc.
No se ha contado con los médicos de las residencias
Para la elaboración de los protocolos que se debían aplicar en la residencias de mayores y de personas con discapacidad, no se ha contado con la colaboración de los médicos que trabajan en ellas y se les ha dado más valor a las decisiones sobre la salud de los pacientes que podían tomar otros médicos externos que a la opinión de los profesionales que trabajan habitualmente con ellos y los conocen.
Esto es consecuencia de la falta de reconocimiento del trabajo de los médicos de la Agencia Madrileña de Atención Social, a los que no se nos considera ni siquiera merecedores de pertenecer al Sistema Madrileño de Salud, lo que no deja de ser curioso, dado que como se ha dicho ya, atendemos posiblemente a la población más frágil de la Comunidad de Madrid.
Las residencias para personas mayores y personas con discapacidad han pasado en los últimos años de ser centros sociosanitarios a ser centros sanitario-sociales.
La Consejería de Sanidad de cara a poder dar mejor respuesta en caso de rebrote o nueva pandemia, ha iniciado una campaña de contratación de Geriatras, y dado que las condiciones laborales de los profesionales sanitarios de Asuntos Sociales es claramente peor que la de los profesionales del SERMAS, se está produciendo un éxodo de estos profesionales hacia sanidad con lo cual todavía queda más en precario la asistencia de estos centros.
Sería bueno preguntar a quien votaron tanto los familiares como los internos de las residencias. Seguro que la mayoría de ellos entregaron el voto a su verduga. En la vida se es responsable de sus actos y solo se llora en un lugar: en el cementerio.