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Los aliados valoran enviar sus cazas contra Rusia

Tras la decisión de suministrar los tanques Leopard, la OTAN y Estados Unidos se plantean poner en juego sus modernos cazas F-16

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análisis

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Tras su decisión de enviar tanques Leopard a Ucrania para combatir a Putin, Occidente se plantea trasladar cazas de combate al teatro de operaciones para auxiliar a los ucranianos. La guerra se gana desde el aire, dice la máxima militar, y Estados Unidos, la OTAN, la UE empiezan a sopesar la posibilidad de ganar este conflicto con sus modernos aviones de los que carece Rusia. El Kremlin aseguró este viernes que las discusiones sobre el envío de aviones de combate F-16 a Ucrania, tras la decisión sobre el suministro de tanques, “aumentan el grado de tensión” en la zona.

“Estamos ante una escalada de tensiones, incluido por el suministro de tanques y las continuas discusiones sobre el componente aéreo”, aseguró el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en rueda de prensa. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, abogó esta semana por aumentar la cooperación de Kiev con la OTAN para conseguir “suministros de aviones para Ucrania”. “Es un sueño y una tarea. Una tarea muy importante para todos nosotros”, dijo en declaraciones recogidas por su oficina de prensa. También el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, afirmó que Ucrania necesita ahora “aviones de combate de tipo occidental”.

El plan que hace temblar a Rusia podría ser mucho más que una posibilidad o declaración de intenciones y podría estar muy avanzado. Mientras tanto Ucrania está muy cerca de contar con un nuevo tipo de caza turco con el que podría llegar a atacar territorio ruso, pero también a sus tropas de tierra y vehículos blindados en las provincias ocupadas del Dombás. El aparato en cuestión es el Kizilelma, un modelo de caza con el que Kiev podría contar el próximo año, según informa El Confidencial. Se trata de una aeronave producida por Baykar, una empresa privada de defensa con sede en Turquía, lo que da una idea clara del grado de internacionalización que ha adquirido en las últimas semanas la guerra de Ucrania. El Kizilelma –“manzana roja”, en turco– es un avión a reacción casi supersónico, es decir, puede volar tan rápido como la velocidad del sonido (casi porque en los primeros testeos del motor todavía no ha alcanzado la primera marca de la velocidad match, pero el objetivo es lograrlo en la siguiente actualización).

Mientras tanto, Holanda está en conversaciones con sus socios para entregar cazas F-16 a Ucrania. Se trata de aviones con décadas de antigüedad, pero que están siendo adaptados y modernizados para mejorar su eficiencia en el aire. Los holandeses quieren deshacerse de su material obsoleto porque pretende modernizarse con modernos F-35A de Estados Unidos. Obviamente, el gobierno de Kiev no va a rechazar la remesa, ya que necesita mejorar la capacidad operativa de su ejército de cara a la ofensiva que se prepara en las próximas semanas. Todo material que le llega es bien recibido por Kiev.

El enigma de la aviación rusa

De momento la empresa Lockheed Martin ha anunciado que aumentará la producción de cazas F-16 ante el posible suministro de aviones de combate a Kiev en el marco de la próxima reunión militar del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania (UDCG), conocida como «formato Ramstein», que se celebrará en febrero. Tras convencer a Alemania y a Estados Unidos para la transferencia de tanques Leopard y Abrams, Zelenski redobla la presión sobre Occidente para que le envíe material aéreo que podría ser un antes y un después y decantar la balanza en este conflicto bélico. El fracaso de la aviación rusa es uno de los grandes enigmas de la guerra de Ucrania. Con una superioridad numérica de casi 10 a 1 y aviones sobre el enemigo y misiles más avanzados, la aviación rusa debería haber dominado ya el cielo de Ucrania y haber conseguido que el avance de sus blindados fuera un paseo militar. Sin embargo, eso no ha ocurrido.

Joaquín Armada, experto en armamento, asegura a La Sexta que el hecho de que apenas esté combatiendo la aviación rusa es un misterio. Apenas estamos viendo imágenes de aviones rusos atacando. Tan solo se ha visto a algún que otro SU25 pero ni rastro de los SU 35, los cazas más avanzados de las fuerzas áreas de Moscú. Rusia ha heredado una enorme cantidad de aviones de combate de la Unión Soviética pero ha tenido que jubilar muchas de estas aeronaves por obsoletas, como los MiG-23, MiG-25, Su-15, Su-17, MiG-27, Tu-16, y otros. Según datos oficiales que es preciso valorar con todas las reservas, las Fuerzas Aéreas de Rusia dispone de unas 3.000 aeronaves de todo tipo, entre cazas, bombarderos, cisternas y helicópteros de todo tipo. En teoría, pero solo sobre el papel, sería la segunda mayor Fuerza Aérea del mundo detrás de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y por delante de la Fuerza Aérea de la República Popular China. Algo que está por demostrar. ¿Tienen problemas los aparatos rusos para entrar en combate? ¿Ha perdido Putin la fe en ellos? Esa debilidad es la que está siendo analizada por Washington y la OTAN antes de dar el paso decisivo de enviar las aeronaves aliadas al cielo ucraniano.

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