El pacto de rentas se convertirá a partir del próximo otoño en el principal caballo de batalla de la política económica del Gobierno. Yolanda Díaz cree posible una nueva subida del Salario Mínimo Interprofesional para compensar la inflación disparada en los últimos meses por la crisis de los combustibles y la guerra en Ucrania. Sin embargo, la patronal CEOE y el PP consideran que es un error subir los salarios en este contexto internacional diabólico. ¿Hay margen para mejorar las condiciones de vida de las clases trabajadoras? ¿Es posible llegar a un gran acuerdo entre los diferentes agentes sociales para volver a incrementar el SMI y mejorar el poder adquisitivo de las rentas más bajas? Septiembre, una vez superadas las vacaciones e iniciado el nuevo curso político, va a ser un mes de dura batalla entre patronal y sindicatos, una lucha en la que el Gobierno no quiere perder parte de su credibilidad ante los votantes de izquierdas.
La mayoría de expertos y analistas financieros consideran que hay margen de mejora para llegar a un gran acuerdo social sobre salarios. Así, la Fundación de Estudios de Economía Aplicada defiende un pacto de rentas «lo más amplio posible», que vaya más allá de un acuerdo entre los agentes sociales y sume, también, al Gobierno y a los partidos políticos. El pacto de rentas «podría ser muy útil» para evitar que el impacto de los precios energéticos, consecuencia de la guerra en Ucrania, «se convierta en un proceso inflacionario sostenido».
Obviamente los sindicatos van a presionar al Ministerio de Trabajo de Díaz para lograr nuevos avances. El secretario general de CCOO cree que “es absolutamente imprescindible subir el Salario Mínimo Interprofesional”. En su opinión, si CEOE se opone a ese incremento “va a tener que dar muchas explicaciones a la sociedad”.
En una entrevista concedida al programa La hora de la 1 de TVE, Unai Sordo habló sobre la necesaria subida del Salario Mínimo Interprofesional para asegurar que no hay decisiones tomadas a ese respecto como se viene publicando durante las últimas jornadas. “Hasta ahora son solo rumores. A nosotros, oficialmente, nadie nos ha trasladado nada y creo que en el mes de septiembre celebraremos la reunión pertinente para abordar el último tramo de subida del SMI, tal y como el Gobierno tiene comprometido con los sindicatos y que tiene que situar ese índice en el 60% de la media salarial; es decir, que nadie en España trabaje a jornada completa por debajo de esa cifra”.
Eso sí, el secretario general fue muy tajante acerca de la necesidad de la subida y los motivos que deben impulsarla: “La inflación está haciendo mucho daño a los bolsillos de las personas con los sueldos más bajos. Hay que ofrecer certezas a la gente que peor lo está pasando en este momento”.
A priori, las expectativas no son buenas para un acuerdo tripartito sobre subidas en este índice porque ya en la última subida, la que se cerró el año pasado, CEOE se desmarcó después de haber apoyado las subidas hasta los 950 euros.
Sobre la coyuntura económica, Unai Sordo aseguró que “el otoño se define con una palabra y esa es incertidumbre”. En su opinión, la situación económica tiene una relación muy directa con la Guerra de Ucrania y como esto afecta a los precios de la energía, las materias primas y los alimentos. “Yo creo que a partir del mes de septiembre la inflación va a ir bajando paulatinamente hasta el final del año, pero en todo caso hablamos de incrementos de precios brutales que erosionan mucho los salarios de la gente. Hacen falta acciones y políticas. Los salarios no pueden volver a pagar la crisis de precios”.
Aunque la inflación está básicamente constituida por el traslado del aumento de márgenes empresariales y el oportunismo de los mercados que aprovechando la reducción de suministro de los hidrocarburos ganan el doble de lo que ganaban vendiendo la mitad, el traslado a través su aumento de valor a la producción del resto de los productos como forma de recaudación del dinero previamente expoliado en el control de los precios y dichos productos ante los que ciudadanos y Estados no tienen capacidad de reacción; el relato hegemónico que nos venden los medios de comunicación a su servicio es que, la doctrina del mismo mercado que crea estas condiciones, se pude permitir hablar de defender a los trabajadores y sus salarios, despues no solo la creación de la inflación sino cargarla sobre ellos y asegurarse de que son los que sufren el destrozo de una entendederas que siempre aspiran a hacerse con todo.
Lo mismo que crearon la deuda que exploto en 2008 (el sistema financiero con la financiarización, de la que responsabilizo a los ciudadanos con aquello del no se puede gastar más de lo que se debe, cuando aquella consistía en regar de créditos a los ciudadanos convenciéndolos de que era el éxito de la hegemonía dominante), y lo mismo que cargaron en los Estados, en la deuda pública, lo que era una deuda privada de los bancos (trasladaron a los Estados, todos los estado, el agujero que el sistema financiero había creado para expoliar la sistema) vendiéndonos que nos estábamos recuperando mientras se rescataban a sí mismos y restablecían la economía de las diferencias; ahora ahí los tenemos multiplicando los beneficios de los más privilegiados, los más ricos y las empresas más fuertes, en los procesos más rentistas de dichos mercados, mientras nos venden, otra vez, que el caos vendrá luego que ellos lo han introducido en el sistema y lo defienden como un método de expropiación, con la colaboración de muchos medios y profesionales dedicados a subvertir el relato (leed los medios reaccionarios dominantes en España y lo comprobareis: “un ejército de profesionales dedicados a repetir las notas de prensa listas para usar” como explica Susan George en Pensamiento secuestrado.