La empresa israelí de ciberseguridad NSO Group, la empresa creadora del software espía Pegasus, está realizando una amplia campaña en los Estados Unidos para salir de la lista negra del gobierno estadounidense.
Pegasus es una aplicación de espionaje que accede al contenido de un teléfono de forma remota sin que el objetivo tenga que caer en una trampa de phishing al hacer clic en un enlace engañoso. El spyware puede incluso usar el teléfono para rastrear y registrar de forma remota a su usuario.
La administración Biden agregó a NSO a una lista de empresas restringidas del Departamento de Comercio en noviembre de 2021 después de que una serie de investigaciones revelaran que gobiernos extranjeros habían utilizado Pegasus contra periodistas y activistas de derechos humanos.
Según publicó el Washington Post, un análisis forense reveló que dos personas cercanas al periodista Jamal Khashoggi fueron atacadas por el spyware antes y después de su asesinato en octubre de 2018. El Grupo NSO replicó, a pesar de las evidencias, que no estaba asociada de «ninguna manera con el atroz asesinato de Jamal Khashoggi».
NSO ha invertido mucho dinero en 2021 en pagos a lobistas, empresas de relaciones públicas y caros bufetes de abogados en Estados Unidos para revertir la decisión de noviembre de la administración Biden, según registros y documentos a los que ha tenido acceso Diario16.
Estas firmas se han acercado a los miembros del Congreso y el Senado de los Estados Unidos, así como a varios medios de comunicación y grupos de expertos, para blanquear a NSO, además de hacer campaña en su nombre. Por suerte para la humanidad, esta estrategia no está teniendo mucho éxito.
Las empresas en la lista negra del Departamento de Comercio no tienen completamente prohibido hacer negocios pero están sujetas a restricciones comerciales, lo que dificulta la realización de negocios en el país o con estadounidenses.
NSO trató, incluso, que el asunto se planteara durante la reunión entre el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro israelí, Yair Lapid, de la semana pasada. Además, los lobistas de NSO intentaron sin éxito organizar una reunión entre los representantes de la empresa y Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional estadounidense, pero fracasaron y el encuentro no se llevó a efecto.
Los documentos muestran que NSO Group comenzó a contratar a varios consultores norteamericanos incluso antes de que la incluyeran en la lista negra. Por ejemplo, en julio de 2021 contrató al bufete de abogados Pillsbury Winthrop Shaw Pittman para asesorarlo sobre licitaciones y diversos requisitos de cumplimiento en Estados Unidos.
Pillsbury, por su parte, contrató a una importante empresa lobista, al grupo de asesoría estratégica Chartwell quien se reunió con los representantes del Comité de Inteligencia del Congreso que pidieron el año pasado sanciones más duras contra. La firma lobista también se acercó, entre otros, los senadores Mitt Romney y Mike Rounds, así como los congresistas Tom Malinowski y Mike Turner.
En 2022, NSO contrató los servicios del bufete de abogados Paul Hastings y de la consultora de medios y relaciones públicas Bluelight Strategies, con sede en Washington, que tiene fuertes lazos con el Partido Demócrata.
Uno de los socios del despacho de abogados Pillsbury escribió una carta al congresista Malinowsky, a la que Diario16 ha tenido acceso, en la que se dicen cosas como: «Las herramientas de NSO brindan capacidades de inteligencia limitadas y específicamente dirigidas que se han utilizado repetidamente, por ejemplo, para ayudar a rescatar a decenas de niños del tráfico de personas y detener numerosos ataques terroristas. Los clientes de Pegasus de NSO son únicamente agencias de aplicación de la ley y de inteligencia y, con mucho, son principalmente aliados democráticos de EE. UU. e Israel en Europa occidental […] [A NSO Group] le preocupa el uso inapropiado o abusivo de sus herramientas contra periodistas, defensores de los derechos humanos y otros […] NSO cuenta con protocolos estrictos para evitar el uso indebido de sus productos y cancelar el acceso a dichos productos en los casos en que se demuestre el uso indebido […] NSO está lista y dispuesta a trabajar con el gobierno de los Estados Unidos para identificar y desarrollar estándares globales que reflejen valores compartidos: proteger a los ciudadanos de los Estados Unidos y salvaguardar los derechos humanos y las preocupaciones sobre la privacidad».
Los representantes legales y lobistas de la empresa creadora del software espía Pegasus han llegado a amenazar con que si NSO tuviera que cerrar su actividad empresas rusas y chinas iban a ocupar el lugar que ahora ostenta la corporación israelí. Todo ello con el único fin de utilizar el miedo como arma para seguir operando y vendiendo un software que, evidentemente, ha vulnerado la privacidad de dirigentes mundiales.
En otra carta diferente, NSO afirma que ha «desarrollado un software de cumplimiento de la aplicación de los derechos humanos», confirmando que realizará una revisión de todos sus clientes para ver si habrían utilizado para «violar los derechos humanos», algo que ya se ha demostrado que así ha sido. ¿Va a denunciar NSO a uno de sus mejores clientes, Marruecos, por los presuntos espionajes a Pedro Sánchez y Emmanuel Macron? Evidentemente, el respeto de los derechos humanos en Israel tiene un tamiz diferente que en el resto del mundo occidental.
