Pablo Iglesias, candidato de Podemos a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, ha participado en un mitin celebrado este mediodía en Móstoles, donde detrás de una imagen ampliada del famoso cuadro de Francisco de Goya sobre los Fusilamientos del 3 de Mayo, ha querido tener un guiño con este acontecimiento histórico, cuando los dos alcaldes de Móstoles firmaron el mismo día de 1808 el denominado Bando de Independencia con motivo del levantamiento del pueblo de Madrid contra las tropas francesas acantonadas en la ciudad.

Iglesias no perdido la oportunidad de referirse al micrófono abierto en el que se ha escuchado a Ayuso, dirigiéndose al alcalde de Arganda del Rey, Guillermo Hita, decir que «no puedo tener más ganas de que esto pase porque es un plomo increíble».

«Esto me recuerda a cuando a Rajoy le pillaron diciendo que vaya coñazo de desfile del 12 de octubre que tenía que aguantar. Lo llamativo es que no se creen su patriotismo de cartón piedra y eso expresa una continuidad histórica del país. Hace casi un año fallecía Miguel Artola, especializado en los orígenes de la España contemporánea. En esa crisis de 1808 los monarcas abandonaron la soberanía. El 2 de mayo se escribió la historia de la soberanía y retrató la cobardía de la monarquía y de las élites miserables», ha apuntado el líder de Podemos.

El líder de Podemos ha recordado a quienes han ido al acto institucional el nombre de la bordadora Manuela Malasaña, del esquilador Antonio Romero o a los simples capitanes Daoíz y Velarde. «Solo unos artilleros dieron apoyo al pueblo madrileños frente a un capital militar que ordenaban al resto de las tropas permanecer acuarteladas. Siempre la gente sencilla dando la cara mientras los de arriba se escondían», ha señalado.

Por otro lado, Iglesias ha justificado su ausencia en los actos institucionales del Día de la Comunidad porque «no son convidados de piedra en un mitin en el que han privatizado la señal de la televisión e instrumentalizando las instituciones para homenajear el Madrid de las élites, de las oligarquías, de los grandes apellidos, de los traidores al pueblo y quienes en el fondo están deseando que se acabe de una vez ese plomo de acto institucional, como ha dicho la presidenta».

Además, ha indicado que, en los momentos difíciles, siempre es el pueblo «quien da la cara por todos, frente al os que se esconden. Mientras la gente del pueblo lo pagaron con su vida, la monarquía seguía negociando por sus privilegios de élite», ha señalado sobre la Guerra de la Independencia.

«Al final siempre es la gente humilde y trabajadora. De ahí mi agradecimiento a todos los bancos de alimentos, a todo el tejido social que se puso en la vanguardia del apoyo mutuo en los momentos más difíciles. Ese es el Madrid que tiene que ganar el día 4», ha señalado.

Para Iglesias ese Madrid se enfrenta al que gobernaba Ayuso que «daba órdenes para no hospitalizar a los enfermos de residencias, que daba de comer Telepizza a los niños más desfavorecidos y que organizaban pelotazos urbanísticos desde el Zendal en un piso de lujo que le puso Sarasola y del que no ha enseñado la factura. Al final los subvencionados no van a ser esa gente que está en una cola del hambre, sino los empresarios sátrapas que ponen de piso gratis a gobiernos de la derecha para que luego les unten con concesiones administrativas».

Esta proclama de Iglesias a favor del pueblo, de los de abajo, sorprende con su incapacidad durante el año en que formó parte del Gobierno, cuando no tuvo la capacidad para influenciar determinadas políticas que, finalmente, también favorecen a las élites.

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