Cuando Isabel Díaz Ayuso afirmó en la Convención del Partido Popular que tenía «meridianamente claro dónde está mi sitio» hubo quien, dentro del PP, pensó que las aspiraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid daban un paso atrás. A esto había que unir la sentencia de Ayuso de que «mi proyecto siempre ha sido el tuyo». Sin embargo, también hubo dirigentes que no se quedaron tranquilos y vieron ese paso atrás como una manera de coger impulso para seguir dando la batalla al actual presidente del Partido Popular.
La «Casadus Pax» se ha venido absolutamente abajo gracias a un artículo del New York Times que ha destrozado absolutamente el afianzamiento del liderazgo de Casado que, teóricamente, logró hace dos semanas.
El diario neoyorquino ha definido a la presidenta de la Comunidad de Madrid del siguiente modo: «Es tal vez la figura más poderosa en ascenso del Partido Popular, conocida por sus comentarios polémicos».
Además, el New York Times ha recordado que el PP lleva años defendiéndose de los casos de corrupción «involucrando a un extesorero y anteriores presidentes del Gobierno».
Esto es un golpe en la línea de flotación de la estrategia de Pablo Casado de cara a las próximas elecciones. Si en Estados Unidos ven a Ayuso como una figura clave, esto se trasladará a los votantes conservadores españoles que están desconcertados por cómo el líder del PP está implementando su labor de oposición.
Hay dirigentes populares, en conversaciones privadas, que no salen de su asombro a cómo se está llegando a poner en riesgo la estabilidad económica de España, desconcierto que se traslada a los votantes que ven cómo el patriotismo que pregona Casado se termina en el momento en que entran los intereses partidistas.
Por eso, la figura de Ayuso, a día de hoy, es una especie de elemento durmiente a la espera de que Casado cometa el error definitivo por forzar la situación. Ella lo tiene fácil: continuar con su oposición a Pedro Sánchez como elemento de promoción política de cara al votante que, finalmente, será el que decida y el que está más ilusionado en que Ayuso sea la candidata a las próximas generales en lugar de Pablo Casado. Y, de momento, la presidenta de la Comunidad de Madrid va ganando.
Sería muy favorable para interés de la izquierda, pero tal información no es acertada, ni conincide con los análisis del Post, tampoco es fiable con los datos internos, tanto nacionales como del PP. Pero es cierto que Casado fía su liderazgo a la simple opinión de los dinosaurios del partido y eso significa que duda y no sabe hacia donde mirar. Ayusita, la pobre… Es una inútil.