El consumo de carne en general desciende paulatinamente, al margen de el impacto que pueda haber causado, aún pronto para valorar, los efectos de la listeriosis.
Así las cosas, el consumo de carne en general desciende paulatinamente.
Datos oficiales de 2018, facilitados por el Ministerio, ponen de manifiesto, en el caso de las carnes y productos cárnicos y su consumo en hogares, la reducción en un 2,6% con respecto al año anterior y se situó en 2,11 millones de toneladas y su valor bajó un 0,5% hasta los 14.145,12 millones de euros.
El consumo per capita en hogares bajó también en un 2,9% hasta los 46,19 kg/persona durante 2018 y el gasto per cápita bajo en un 0,8% (308,98 euros/años), según publica Eurocarne.
En cuanto a la carne fresca, su demanda alcanzó los 1,53 millones de toneladas (-3,8%) por un valor de 9.305 millones de euros (-1,7%). Analizando los consumos per cápita de carnes frescas por especies, casi todas ellas bajan y en el caso del vacuno, este descenso hace que caiga por debajo de los 5 kg/año.
Crisis
Estos datos se hacen públicos en un momento en que la industria de la carne afronta una crisis sin precedentes. A la recomendación de la ONU de consumir menos carne para mitigar el calentamiento global, que ha causado pánico entre los empresarios del sector ante un previsible cambio de dieta en los consumidores, se suma la pérdida de reputación del sector por la comercialización de carne mechada en malas condiciones.
Las víctimas causadas por la listeriosis planearon sobre el X Congreso Mundial del Jamón, que se ha celebrado esta semana en Madrid hasta el 19 de septiembre.
A este Congreso organizado por la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (ANICE), se suman la Federación Empresarial de Carnes e Industrias Cárnica (FECIC), el Consorcio del Jamón Serrano Español, la Interprofesional Agroalimentaria del Porcino de Capa Blanca (Interporc) y la Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico (ASICI).
