“Estamos haciendo el ridículo” es la frase que ha utilizado un alto cargo del PP para referirse a la baja participación que está demostrando el partido conservador en sus recién estrenadas primarias. ¿El ridículo? Diario 16 ya advirtió que el censo, poniendo como ejemplo el de Madrid, estaba inflado y que realmente la afiliación rondaría la cifra de inscritos para los procesos congresuales. El partido del casi millón de afiliados parece que no lo es tanto. Y lo saben y desean corregir los dirigentes regionales. Pero que sea desde la calle Génova donde se dé el primer paso.

Fuentes internas del Partido Popular reconocen que el censo se encuentra inflado, que no es real el dato de afiliación oficial. Los diversos procesos congresuales demuestran, bien al contrario, que el Partido Popular tendría una militancia cercana al 15% de la cifra total. Los inscritos para los distintos procesos no han superado en ningún caso esas cifras. Por lo que, contando con la pereza de un 3-4%, se podría decir que el censo popular sería de unos 150.000 afiliados realmente. Pero nadie, hasta el momento, se ha atrevido a poner el cascabel al gato para no salir perjudicado como nos confirman dirigentes de distintas regiones.

 

La cláusula Maíllo y su efecto perverso

Se ha preguntado en varias ocasiones, más con motivo de los casos que atañen a la financiación ilegal del PP, cuántos afiliados pagan sus cuotas y están al corriente de pago. Hasta el momento no ha habido respuesta oficial salvo la cantidad que dicen que tienen. Extraoficialmente reconocen no conocer los datos exactos. Si no se solicita, no se produce la baja ni de los muertos. No sería de extrañar que hasta Jorge Verstrynge siguiese siendo afiliado del AP/PP.

Hasta la llegada de las primarias conservadoras, cualquiera que lo solicitase era admitido en el PP sin más. Se le pedía de vez en cuando que abonase su cuota de 20 euros en la sede. Si no la abonaba tampoco se le daba de baja. Por tanto, el censo está inflado porque nadie se ha preocupado en todos estos años de ajustarlo. Quedaba muy bien decir que eran casi un millón de afiliados, así fuese mentira. Y ayudaba a las guerras internas en ayuntamientos y comunidades autónomas. Personas que daban de alta a toda su familia o empresarios que daban de alta a sus empleados para que apoyasen a su persona o su candidato han ido inflando el censo hasta el absurdo. En el momento en que se pide poner el dinero, la afiliación baja y desaparece. Quedan los verdaderos militantes del partido.

el censo está inflado porque nadie se ha preocupado en todos estos años de ajustarlo

Ahora la cláusula Maíllo, el tener que inscribirse y estar al corriente de pago para poder participar en los procesos congresuales ha provocado que se destape el engaño. Ni son tantos como dicen, ni el propio vicesecretario de organización sabe los que son. Desde el aznarismo, el aguirrismo o, en general, desde las fuerzas del mal han protestado por el nuevo modelo de partido. Salen todos perjudicados porque son los que han venido inflando el censo en sus luchas particulares. Lo mismo sucedió hace años en el PSOE pero lo solventaron mediante el pago de la cuota mediante domiciliación bancaria.

 

Cifuentes apunta y espera que los demás se acaben mojando

Hace unas fechas decía Cristina Cifuentes, reconociendo el error, que “Tenemos que ser conscientes de que la realidad es que tenemos una afiliación notablemente inferior. Una de las primeras cosas que tiene que hacer la nueva dirección que salga elegida es hacer una depuración seria de los censos. Estoy convencida de que es muy inferior a 94.000”. Pero Madrid no es el caso más asombroso, los hay que hacen dudar más de la veracidad del censo.

En Madrid se han inscrito 11.088 afiliados de un total de 94.200 que dicen tener, pero en Valencia sólo se han inscrito 8.600 de los 150.000 oficiales. En Andalucía la inscripción llegó a los 13.998 de 160.000 oficiales. En Canarias fueron 2.000 los inscritos para 42.000 que dicen ser. En Castilla La Mancha se inscribieron 3.401, en Castilla y León 6.300 y unos 3.000 en Murcia. Algún millar pueden ser más, pero no mucho más.

Nadie se atreve a ajustar el censo. Como reconocen fuentes populares a Diario 16 desde Madrid y Castilla La Mancha, por ellos no habría problema en depurar el censo, pero que lo hagan todos y se haga desde Génova. Llevar a cabo esta acción, de la que es responsable Martínez Maíllo, podría trastocar algún poder regional y ahí entramos en el juego de familias dentro del PP. Tomando como ejemplo los inscritos en primarias, la sección madrileña tendría tanto peso como la andaluza, por ejemplo. Y eso puede no gustar en la vicepresidencia del Gobierno.

En otras regiones, como Murcia, tampoco pondrían pegas a llevar a cabo esa depuración. Sin embargo, en Valencia tampoco quieren ni oír hablar del tema. Pasarían de ser la segunda fuerza en número a estar por debajo de otras regiones. En la próxima reunión del Comité Ejecutivo Nacional, tras la celebración de todos los congresos, los barones piensan apretar a Martínez Maíllo en este sentido, incluida María Dolores Cospedal. Caiga quien caiga en el ranking popular, la depuración del censo es necesaria y se llevará a cabo. Le guste o no al vicesecretario de Organización conservador. Ninguno de los nuevos barones y baronesas quieren sorpresas que vengan del pasado. Al menos respecto a la afiliación porque sobre la corrupción nunca se sabe.

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