Fernando Alonso no habría podido salir mejor en Paul Ricard 2019que Carlos Sainz. Maravilloso y espectacular; si no le hubiese taponado Charles Lecler se habría colocado por delante de Max Verstappen.
Un comienzo deslumbrante y digno de aplauso. Y se ha mantenido hasta el final, cuando el hocico del tigre sentía ya el olor podium: las ampollas asfixiando los neumáticos de los Mercedes y el cansancio de las ruedas de Verstappen. Si se hubiesen visto forzados a parar los tres… y no era imposible, porque los neumáticos de Sainz iban a aguantar sin ningún problema.
Y ahí ha estado la máxima grandeza de Carlos Sainz, más de hielo que el mismísimo Kimi Raikkonen. Ahora y hoy se ha ganado el título del español de hielo.
En McLaren han parado antes, e inadecuadamente (pienso que de modo injusto), a Lando Norris, su compañero, dándole la posibilidad de un undercut. Y ahí ha aparecido el español de hielo. No ha protestado, no se ha cabreado ni lloriqueado. No se ha puesto nervioso como hacen prácticamente todos, desde Hamilton a Vettel, pasando por casi cualquier piloto de la parrilla.
El español de hielo se ha limitado a hacer las cosas bien. A ir más rápido y evitar el undercut. Y del mismo modo ha reaccionado ante las ansiedades de Norris, de sus “necesito que Carlos vaya más rápido”. Era flipante: le decían a Sainz, necesitamos que vayas medio segundo más deprisa, y Carlos Sainz iba medio segundo más deprisa. Hacía su carrera, la que a él le convenía.
Ha gestionado su carrera como un maestro, como un campeón, porque lo es y lo será. Conseguirá podiums. Cómo nos gustaría verlo en la Mercedes, ocupando el lugar de Bottas. Esa frialdad magnífica que ha mostrado hoy es el único modo de derrotar a la gran fiera nerviosa que es el ahora imparable Lewis Hamilton.
En LAS ALMAS Y LA F1 le damos el título de piloto del día en el Gran Premio de Francia 2019 a Carlos Sainz, el español de hielo.
Has conducido maravillosamente, chaval.
Tigre Tigre.
El español de hielo. Se le va a quedar el apodo para siempre