Isabel Díaz Ayuso ya no se esconde y se ha colocado abiertamente en el lado de la extrema derecha. Por tanto, cuando afirmó que «cuando te llaman fascista es que lo estás haciendo bien» no se trataba de una declaración para la galería, sino que fue un reconocimiento expreso de su verdadera ideología política.
Hoy lo ha vuelto a demostrar en un acto electoral en Majadahonda, junto a Pablo Casado, cuando a acusado a la izquierda de tender más hacia la violencia y que se haya agredido a policías.
Según ha publicado hoy El Confidencial, la Policía Nacional detuvo el 15 de abril a dos empleados del área de seguridad de Podemos por esas presuntas agresiones a agentes de la Unidad de Intervención Policial durante los incidentes en el mitin de Vox en Vallecas.
Por su parte, Pablo Iglesias ha negado rotundamente que alguno de sus escoltas fuera detenido por agredir a policías y cree que esa acusación tiene intereses electoralistas.
Sin embargo, lo grave es que una representante de un partido que, hasta ahora, se había colocado del lado de la democracia, haya cambiado su discurso y la tradición de su formación política para hacer suyo el lenguaje del odio de la extrema derecha. No en vano, esta misma mañana, Santiago Abascal, el líder ultra, volvió a banalizar las cartas que amenazaban de muerte a varios representantes del Estado, Ayuso incluida, y ha utilizado la misma expresión que la candidata del PP: «matones».
En concreto, Abascal afirmó en Twitter que «Iglesias envió a Vallecas a sus matones a sueldo para atacar a la policía y a VOX . La policía detuvo a dos de los escoltas de Iglesias hace 15 días. Y Marlaska y Sánchez lo han ocultado… Mientras exigían condenas por unas cartas. Actúan como criminales».
Los matones de Pablo Iglesias revientan el miting de Vox, causan enfrentamientos y agreden a la policía, pero la responsable del odio es ¡¡¡¡Ayuso¡¡¡, que «Hace suyo el discurso de Vox»
Alucinante.
Que novedad, Calamidad Ayuso hace suyo el discurso de Vox; lo difícil sería lo contrario. Ayuso y Abascal son identidades semejantes, una juega al naciente nacionalismo madrileño-español, y el otro a matón de barrio. Pero son los cancerberos del gran capital, y por ello serán premiados en el futuro próximo.