Tibia defensa de Casado a Cospedal

Por fin el Presidente del Partido Popular, Pablo Casado, después de varios días sin pronunciarse sobre el escándalo de los audios de Villarejo con Cospedal, se despacha con una tibia defensa de su compañera con un “Cospedal no ha mentido”.

Esta semana salieron a la luz las últimas grabaciones que Villarejo, desde la cárcel, filtra a través de Moncloa.com en las que esta vez los protagonistas son María Dolores de Cospedal y su marido, reunidos con el excomisario Villarejo en Génova, de las que se desprende que la entonces secretaria general del PP encargaba “trabajos puntuales” al policía además de evidenciar que los populares conocían de primera mano detalles de las investigaciones a altos cargos de sus filas y que facilitaron la destrucción de pruebas y por tanto la obstaculizaron a la justicia.

Pablo Casado, que ganó las primarias del PP con el apoyo incondicional de Cospedal, no es capaz de defender a su valedora con argumentos de peso. Así, el líder popular ha afirmado: “He hablado con Cospedal, que en todo momento ha dado explicaciones y no ha mentido cono otras personas” que se reunieron con el excomisario, ha señalado Casado quien ya no ha querido dar más detalles sobre este asunto y ha rechazado contestar a más preguntas sobre si Cospedal debe o no dejar su escaño como diputada.

Estos días la estrategia en torno al caso Cospedal se basaban en atacar a la ministra de Justicia, Dolores Delgado, y los de Casado afirmaban, todos a una, que su compañera de filas no había mentido, cosa que a su juicio sí había hecho la titular de Justicia.

Parece que el Partido Popular no quiere profundizar en lo más grave del asunto que es el contenido de los audios y sí en el reconocimiento por parte de la exsecretaria general del PP de haberse reunido con el excomisario.

Además, haciendo alarde del lema “no hay mejor defensa que un buen ataque”, los populares, paradójicamente, echan la culpa de lo ocurrido al ejecutivo socialista de entonces y concretamente al socialista Alfredo Pérez Rubalcaba.