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Vox, un peligro muy real que Casado ignora y desprecia

Santiago Abascal apunta a sorpasso en las elecciones catalanas

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análisis

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Pablo Casado dice que le preocupa «poco» un posible ‘sorpasso’ de Vox en Cataluña. Además, ha acusado al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, de querer hacer un «jovencito Frankenstein» en esta comunidad tras la cita con las urnas. Sin embargo, la amenaza de la extrema derecha es cada vez más real y debería inquietar al jefe de la oposición. A un día para las elecciones en Cataluña, analistas políticos como Josep Ramoneda advierten de la «posibilidad real de que Vox se sitúe por delante del PP» en estos comicios. En un programa de La Sexta, el periodista catalán avisa de que «sería un indicio extraordinariamente preocupante», ya que «podría ser el inicio de un cambio de relaciones de fuerzas dentro de la derecha española» con posibles «consecuencias muy graves».

«No es ninguna fantasía», insiste el también escritor y filósofo, que a su vez sostiene que Ciudadanos perderá la ventaja electoral que adquirió en los pasados comicios catalanes porque esta «fue artificial»: «Primero se hundió en España y ahora se acabará de hundir en Cataluña», vaticina. Por otra parte, durante la entrevista Ramoneda presagia que, al margen de cuál sea el partido con más votos este domingo, «el futuro Gobierno lo decidirá Esquerra Republicana».

Casado no debería mostrarse tan arrogante cuando se le pregunta por Vox porque le va en ello el futuro del PP. Negar que la formación verde sea el enemigo a batir es un ejercicio de irresponsabilidad política que puede costarle caro al presidente nacional de los populares. Con el Gobierno de coalición sólidamente asentado en el poder, acuciado como está su partido por un aluvión de gravísimos escándalos políticos como el asunto de la Caja B denunciado por el extesorero Luis Bárcenas, el votante de derechas empieza a ver el partido de Santiago Abascal como una alternativa seria al PP, que desde 1996 ha ostentado la primacía de la derecha española.

Es evidente que Cataluña es un banco de pruebas de primer orden para lo que puede llegar en los próximos meses y años y tratar de negarlo es tanto como esconder la cabeza debajo del ala. Conviene tomar nota sobre lo que pase mañana por aquellas tierras, ya que la cita electoral marcará un antes y un después, una clara tendencia en el cambio de rumbo que puede tomar el electorado conservador español en el futuro.

En las últimas horas Abascal ha dado muestras de que se ha tomado los comicios en Cataluña con la importancia que merecen, mientras Casado se ha dejado ir y hasta por momentos parece haber arrojado la toalla. Ese nicho, ese vacío de poder, será ocupado por los ultras de inmediato. Ayer, en Tortosa, el dirigiente ultraderechista lanzó un claro mensaje de advertencia al PP al asegurar que «frente al separatismo golpista, sólo queda Vox porque otros se han rendido». Es evidente que Abascal ya ejerce como gran líder conservador en cada mitin junto a su candidato al Parlament de Cataluña, Ignacio Garriga. En Tortosa dijo que el papel de su lugarteniente en el debate de TV3 fue «extraordinario» y que lo sorprendente es «el silencio del resto de partidos» ante los problemas reales de los catalanes.

También ha insistido en que «cualquier trabajo es esencial, porque sirve para llevar el pan a casa» y ha reclamado que «si se puede votar, se puede trabajar» porque Cataluña «debe protegerse pero no debe detenerse». Además, ha criticado que otros líderes políticos expresaran recientemente que no estaban de acuerdo con las cargas del 1-O, en clara alusión a las palabras de Casado, que en los últimos días ha tratado de desvincularse de la gestión de Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría en la gestión del «procés». Es evidente que el discurso de Abascal es muy peligroso para Casado, no solo porque promete pan y trabajo en la mejor tradición demagógico/populista de la extrema derecha, sino porque el PP guarda un silencio tan sonoro y elocuente como claudicante ante un personaje que ya va de ganador por la vida. El mayor error del líder de los populares ha sido pactar con los franquistas en Madrid, Andalucía y Murcia. Los trifachitos van camino de convertirse en la tumba definitiva del Partido Popular porque al asociarse con la extrema derecha, al aliarse y conchabarse con los nostálgicos del régimen anterior Casado les dio carta de naturaleza, los legitimó y los blanqueó de una forma infame. Ahora los tiene dentro de su casa, danzando de acá para allá, poniendo los pies encima de la mesa y tomando decisiones de Gobierno. De modo que el votante no los ve como una amenaza. Si son amigos y tales alianzas son legítimas, ¿por qué no votar a Abascal que me ofrece un plus de orgullo patriótico que no me da la derechita cobarde?, se pregunta el elector del PP de toda la vida. Y ahí es donde radica el origen del mal. Casado tiene un problema, pero quizá cuando termine de verlo ya habrá un señor con perilla ocupando su escaño en el Parlamento.

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2 COMENTARIOS

  1. No solo Casado ignora el peligro de vox,lo ignoran todos,lo ignorarais los periodistas,la prensa,las televisiones.Al fascismo no se le puede dar alas bajo ningun concepto,no se pueden sentar fascistas con pieles de corderos en los platós de televisiones para recavar las mentes de la poblacion,porque su discurso es el de siempre y las pobres mentes les votan.Hitler fue votado,Mussolini fue votado,Bolsonaro fue votado,Trump fue votado.
    Los periodistas,todos,hasta los mas conservadores,sereis «purgados»por vox y el fascismo,tiempo al tiempo.

  2. Antes salía en las televisiones gentes pacíficas del tiro en la nuca como Otegi, y demócrata de golpe de estado como Junqueras y Puigdemont. Ahora sale Abascal. No sé dónde vamos a llegar FRN.

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