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Votos en blanco

David Almorza Gomar
David Almorza Gomar
Profesor Titular de Universidad de la Universidad de Cádiz, en el Departamento de Estadística e Investigación Operativa, adscrito a la Facultad de Ciencias del Trabajo. Ha sido Vicerrector de Alumnos de la Universidad de Cádiz (desde el año 2003 hasta el 2013) y Vicerrector de Responsabilidad Social y Servicios Universitarios de la Universidad de Cádiz (desde 2013 hasta 2015). Durante estos doce años, ininterrumpidamente, ha tenido entre sus competencias el Área de Deportes de la Universidad de Cádiz. Ha promovido la creación del Aula Universitaria de Fútbol de la Universidad de Cádiz, y en estos momentos ocupa el cargo de Director del Aula de Fútbol. Tiene el título de Entrenador Nacional de Fútbol con Licencia UEFA-PRO. Ha entrenado en las categorías Infantil y Cadete del Cádiz C.F. desde el año 2010 hasta la actualidad. Además, en el Cádiz C.F. ocupa el cargo de Coordinador de Delegados y Auxiliares de Fútbol Base desde el año 2014.
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análisis

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Con la proximidad de unas elecciones, Boris Pérez comenzó a reflexionar sobre el voto en blanco. El procedimiento para votar en blanco, y ya que no hay una papeleta blanca que lo indique, consiste en no meter ninguna papeleta en el sobre de las elecciones, o en su caso no marcar ninguna casilla si la hubiera. El sobre vacío o dejar todas las casillas sin marcar, se considera un voto en blanco.

Como se trata de un voto válido se contabiliza entre los votos emitidos y se le aplica la ley d’Hont. Por ejemplo, en las elecciones municipales los partidos que no alcancen el 5% de los votos válidos no participan en la distribución de puestos a cubrir. Por tanto en cualquier elección al considerarse un voto válido, votar en blanco perjudica a los partidos minoritarios y, en consecuencia, beneficia a los demás.

Boris está en desacuerdo con esta forma de contabilizar los votos en blanco, porque lo que se quiere indicar con el voto en blanco es que el votante no se identifica con ninguno de los partidos ya que ninguno representa su posición política. Se participa en el proceso electoral pero sin pretender que esa participación perjudique a nadie.

Por este motivo Boris propone que reflejaría mejor la intención de este voto el considerarlo como un partido más. Es decir, que se le asignaran escaños en blanco si se consiguieran. Serían escaños que no ocuparía nadie. Quedarían tan vacíos como el sobre electoral. Nadie cobraría sueldos ni dietas de diputado en estos escaños, lo que ya sería un ahorro, y afectaría a la aprobación de medidas al contarse como diputados que están pero que no votan, incluyendo aquellas decisiones para las que hiciera falta mayoría absoluta.

Cuando se habla de pactos entre partidos para el gobierno, se trata del interés de esos partidos y de quienes les hayan votado. Quizás con esta medida de contabilizar los votos en blanco en la distribución de diputados, concejales y demás, los partidos se esfuercen en convencer de verdad a los electores buscando una identificación que evite el voto en blanco. Quizás sea el momento de darle importancia a este voto, y que el interés político no sea el desinterés de los ciudadanos.

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1 COMENTARIO

  1. Buenas tardes, nos alegra ver a ciudadanos preocupados por el sentido del voto de aquellos que no se sienten representados en los partidos que se presentan a las elecciones. Nosotros desde hace 10 años presentamos candidaturas a los distintos parlamentos o congresos donde se celebran elecciones con esta misma finalidad, dejar vacíos los escaños que se consigan para reflejar el voto de castigo o de descontento del votante. Si quiere más información puede contactar con nosotros en [email protected]

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