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Violencia machista

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análisis

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Desgraciadamente, los medios de comunicación nos dijeron la semana pasada que había habido solo en Catalunya seis mujeres asesinadas por violencia machista. Es este un tema muy preocupante.  Y no parece que los ministerios por la Igualdad  y las manifestaciones feministas nos aporten mucha cosa en este sentido.

Por otro lado, hemos visto continuamente que los jueces menosprecian en sus sentencias a las mujeres violadas y que sus dictámenes son fruto, no solo de una insensibilidad soberbia, sino claramente de una subjetividad machista.

Contemplando esas manifestaciones femeninas  masivas del Día de la Mujer, nos preguntamos: ¿Qué hacemos con todo eso? ¿Realmente, solucionamos algo? ¿Esas multitudes de mujeres están ahí cuando hay una violación en grupo a una pobre chica sola? ¿Están ahí cuando un maldito borracho pega a su mujer porque esta necesita el dinero para comprar comida para sus hijos y este cochino se lo ha gastado en bebida? ¿Dónde están los policías que han de vigilar a esos individuos que han sido denunciados y que han de respetar la distancia ordenada y van y matan a su pareja? ¿Alguien puede responder a esas preguntas que solo son del ámbito práctico.

No me sirven los ministerios de la Igualdad y esas chorradas. Ese dinero que lo empleen en poner más policías que hagan el trabajo que tienen que hacer para proteger a las víctimas.

En segundo lugar, que se actúe como hay que hacerlo en la educación de los adolescentes. Y si hay que poner más medios, se hace. Pero yo opino que no es un problema de medios económicos, sino de formación de los profesores que se dedican a ello. Porque hoy en día se tiene muy poco en cuenta la bioquímica humana y esta está presente en cualquier actitud humana.

Y por último, hay que distinguir entre educación que la proporcionan los padres y la familia y el entorno de los muchachos, y la formación que es algo que confiere a las escuelas y sus profesores. Tengamos en cuenta que la educación es algo que transcurre por el inconsciente. Mientras que la formación es cognitiva y lo hace por el consciente. Y los modelos familiares son determinantes porque transmiten a través de las vivencias, los modelos a los que aspiran los jóvenes. Y poco hace la formación si la educación es patriarcal o machista.

Pero, además de todo esto, me inquieta que no leo en ninguna parte que los neurotransmisores  o secreciones necesarias para que se dé un acto violento son los mismos que los que son imprescindibles para el acto sexual. Y para mí, mientras no se contemple esta biología humana, no habrá solución. Porque esta es la causa de toda esta horrible escenografía.

Me explicaré con detenimiento:

Cualquier actuación humana precisa que unas neuronas específicas segreguen unas substancias que van a ser las impulsoras de esta acción. Sin ellas, hay parálisis.

Bien, pues en el caso de una acción agresiva, son imprescindibles: la serotonina segregada por la hipófisis y la testosterona, como hormona, segregada por las glándulas supra-renales. Aunque puede que cada acción cuente con otros, como la adrenalina y la noradrenalina, en función del esfuerzo y para reparar el desgaste de energía.

Pero hay que tener en cuenta que como agresividad también se cuenta la competitividad, porque de hecho, es una forma culturizada de agresividad. Y también cualquier acción que implique un reto está en este paralelo, porque, de hecho, un reto no es más que una competitividad consigo mismo. En el caso del deporte, por ejemplo, también hay reto y por ello, son necesarias estas mismas secreciones.

Entonces, cualquier acto violento o agresivo precisa de estas secreciones para llegar a buen fin.

Dicho esto, ¿cuáles son las secreciones indispensables para que se pueda llevar a cabo el acto sexual?

La respuesta es chocante, porque son las mismas. Aunque es evidente que se añaden otras, como la adrenalina y la noradrenalina que actúan reforzando la resistencia cardíaca al desgaste de energía. Y tanto en el hombre como en la mujer. Porque, aunque la testosterona sea considerada una hormona masculina y la progesterona femenina, ambos géneros tenemos las dos; aunque en mayor o en menor grado. Y justamente, ya que hemos mencionado el deporte, nos sirve la anécdota de que todos hemos observado que realmente las mujeres que son más competitivas, como suelen solicitar más testosterona, por sus retos, suelen tener una apariencia más masculina.

La testosterona procede de las glándulas supra-renales y en el acto sexual va de las glándulas al pene y a los testículos causando una vasoconstricción que es la responsable de que la zona adquiera la rigidez propia de la erección. Y lo mismo en la mujer hacia su clítoris.

Testosterona y autoestima

La cantidad de testosterona propia de cada individuo se creyó durante mucho tiempo que era una cuestión genética como predisposición natural. Y por ello, unos individuos eran más prolíficos sexualmente que otros. Pero,  se descubrió que eso no es así.

Se observó a un grupo de monos y de chimpancés y se vio que realmente el que era el jefe de la tribu era el que tenía más relaciones sexuales. Los análisis demostraron que tenía y producía más cantidad de testosterona, que la media del grupo.  Pero, cuando dos individuos de la tribu se pelearon y cambió el liderazgo porque ganó el segundo, resultó que ese era ahora el que tenía más relaciones sexuales y mayor secreción de testosterona. No era entonces, una cuestión genética, sino ambiental. Y había que encontrar la causa. Se hizo la experiencia con mariners  encerrados en una barcaza un tiempo para que se pelearan entre ellos y hubiera un cambio de liderazgo, aunque sin relaciones sexuales. Se les analizaba la producción de testosterona de cada uno. Se comprobó de nuevo que siempre, indiscutiblemente, el líder era el mayor productor de testosterona. Así que la conclusión no podía ser otra que la producción de testosterona está íntimamente ligada a la autoestima.

  • Y aquí es donde radica el problema como veremos.

¿Porque qué pasa cuando un varón ha estado educado para dominar, porque ha vivido en un entorno machista, en el que su padre dominaba a su madre y él cree que ha de hacer lo mismo, pero resulta que su mujer no se deja dominar, o tiene más valía que él o gana más dinero?

La respuesta es sencillamente que disminuye su autoestima y con ella baja su secreción de testosterona. Y ello repercute en su sexualidad que ya no funciona como antes.

  • Y aquí entra de lleno el plano intelectual y social de este varón.

Porque en función de su preparación intelectual y de su estatus social, obrará de una o de otra forma:

  • Acudirá a su sexólogo que le dará viagra o le mandará al psicólogo o a terapia de pareja.
  • Puede que se busque otra mujer para ver si con ella funciona mejor. Y si es así, la otra tiene la partida perdida. 
  • O puede que se emborrache para curar su autoestima y con el alcohol suba su autoestima y se enfrente a su mujer con borrachera o con violencia.

Y con alcohol o sin él, un día se da cuenta de que agrediendo a su mujer, su pene se yergue porque ha solicitado testosterona para un acto de violencia y esta le tiene una doble utilidad. Porque hace la demanda inconsciente con una intención. Pero se conciencia de que esta demanda le sirve para la otra utilización.

Entonces… ya estamos perdidos. Porque entenderá que su ritual sexual empieza con una paliza a su mujer y acaba con el acto sexual quiera ella o no.

Violación y disfunción eréctil

Los individuos violadores son en realidad personajes oscuros con muy poca valía en su mayoría y ellos lo saben. De manera que su autoestima es nula. Y si atendemos a la biología, esta nos dice que sin autoestima no hay posibilidad de secreción de testosterona. Y sin ella, no hay posibilidad de erección. Y ellos lo saben. Y son conscientes de su disfunción eréctil. Así que un día descubren que su única forma de copular es a través de la violencia como ritual necesario. Porque, como hemos analizado y comentado anteriormente, con la violencia hacen inconscientemente un requerimiento de testosterona y una vez esta ha acudido, la utilizan con otra intención, porque la presencia de testosterona les proporciona la erección de su pene que sin violencia nunca obtienen.

Y al llegar aquí, no podemos dejar de mirar a las violaciones en grupo. Porque la competitividad entre ellos y sus fanfarronerías explican muy bien que activan así su autoestima, y con ella, sus secreciones de testosterona. De manera que estos impotentes sexuales en su normalidad, así se sienten super-potentes sexualmente.

Hay que ser muy conscientes socialmente de esta bioquímica, porque ella nos da la clave de los comportamientos. Y por ello, asimismo, es necesario enseñarla y divulgarla a los jóvenes para que sepan comprenderse y autoanalizarse y encontrar por ellos mismos sus mejores recursos.

Y desde luego, una cosa es encontrar la explicación científica a unos comportamientos, y otra querer justificar estas actuaciones indecentes con ella. Por lo que aquí intentamos dos cosas: poner al descubierto que estos violadores no son más que personajes despreciables hasta para ellos mismos. Y que es imprescindible actuar en la educación de los adolescentes con conocimientos de bioquímica.

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