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Videojuegos, enganchados a la fantasía

Esta semana se dio el primer caso de un joven que ha necesitado ser hospitalizado por su adicción a los videojuegos

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análisis

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Se ha convertido cada vez en algo más habitual que los adolescentes se atrincheren en sus habitaciones para jugar con el ordenador hasta el punto de costarles salir a saludar cuando reciben visitas. Esta semana saltó la alarma al salir a la luz el caso del primer joven que ha necesitado ser hospitalizado por su adicción a los videojuegos. El suceso ha destapado un problema muy serio que está interfiriendo en el desarrollo de los jóvenes de todo el mundo.

Adicción con mayúsculas

“Hay muchas personas que están atrapadas, no solo niños ni adolescentes, sino también adultos”, este es el alcance del problema según Consuelo Tomás, psicóloga y directora del Instituto valenciano de ludopatía y adicciones no tóxicas. “Hace más de 20 años que tratamos a personas con problemas de adicción a los videojuegos”, explica la psicóloga a Diario16 y es que el centro que dirige Consuelo Tomás fue el primero en tratar adicciones comportamentales como son el juego o el sexo.

Los riesgos

La tecnología ha traído mejoras considerables a nuestro día a día, pero la aparición de un mundo virtual en continúa expansión también trae riesgos. “Al principio los videojuegos eran muy rudimentarios y había que jugar en casa, pero es un mundo que se ha sofisticado al aparecer la posibilidad de jugar en red y en cualquier lugar gracias a los dispositivos móviles”, señala Tomás.

Perder el control

Hay un indicador principal que delata cuando una conducta se acaba convirtiendo en un problema adictivo: “La pérdida del control”, señala la profesional. “Es algo parecido a lo que pasa con las drogas: se da un fenómeno de tolerancia. La persona se plantea jugar una cantidad de tiempo, pero cuando se da cuenta lo ha superado con creces. Y cada vez necesita más”, señala y continúa describiendo en qué acaba este trastorno progresivo. “Al final están las 24 horas del día o bien jugando o bien pensando en que quieren jugar

Síntomas graves

Los adictos a los videojuegos acaban presentando una serie de síntomas comunes si interrumpen su adicción: “Entonces aparece el síndrome de abstinencia, que es un estado emocional desagradable. Aparece la ansiedad, el nerviosismo e inclusive pueden aparecer conductas violentas”, explica la psicóloga.

El factor dinero

Otro componente que hace peligroso a una industria que mueve cifras astronómicas es el dinero. El juego que causa furor entre los más jóvenes, el Fortnite, ha superado los 300 millones de dólares de beneficios el pasado mes de mayo, según un estudio realizado por la web Games Industry y publicado por la web especializada Xataka. Las ganancias vienen a través de los micropagos que hacen los jugadores para disfrutar de mejoras en el juego. “Los videojuegos todavía son más peligrosos cuando aparece el factor dinero”, indica Consúelo Tomás.

Válvula de escape

“Los videojuegos bien utilizados pueden ayudar a desarrollar la psicomotricidad, a mantener la atención en los reflejos, y a facilitar el aprendizaje”, señala la experta en adicciones no tóxicas, pero continúa advirtiendo de que “Los videojuegos tienen un potencial adictivo muy elevado”. Los “Factores predisponentes” influyen en el desarrollo de un patrón adictivo: “Hay jóvenes con déficit de habilidades sociales para quienes los videojuegos van a ser una válvula de escape. Y también hay quienes son muy impulsivos y necesitan buscar sensaciones nuevas e intensas, algo que en un principio encuentran en los videojuegos”, es la situación que describe la psicóloga.

La solución fácil

El factor familiar también juega un papel importante: “A veces los niños se sienten incómodos o aburridos. Sería bueno que los padres nos planteáramos que no siempre es bueno acercarles el móvil para que se distraigan”, denuncia la psicóloga y advierte de que cuando la comunicación en el seño familiar no es buena puede facilitar que los niños se refugien en los videojuegos.

Un mundo de fantasía

“Otro problema de los videojuegos es que los chavales se mueven en el mundo de la fantasía. Al igual que la droga se desconectan de la realidad y empiezan a pensar que son esos héroes, esos guerreros que pueden con todo”, advierte Tomás y continúa animando a tocar el suelo con los pies. “Puedo ser un crack construyendo castillos en un videojuego, pero eso no significa que sea un buen arquitecto en la vida real”.

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