En estos primeros días del curso político hemos celebrado en la Asamblea de Extremadura un acto de homenaje a las víctimas del terrorismo. Al margen de emotividades, sentimientos profundo, dolor por el recuerdo y sobre todo por la ineficacia de las causas que promovieron estos asesinatos, estaba la Memoria.
En efecto, casi como si una excepción se tratase, la clase política en la región se convirtió en una sola voz. Se escuchó, una y otra vez, que era imprescindible mantener vivos a los ausentes gracias a la perpetuación de su Memoria. Mientras les recordemos seguirán estando con nosotros.
Es la Memoria Democrática la que hemos utilizado otras veces un elemento fundamental para educar en convivencia. Por esa razón, algunos discursos fueron en esa dirección. Es necesario que en nuestras escuelas, institutos y universidades se implanten materias que enseñen al alumnado lo que significó en la Historia reciente de España el terrorismo.
Es preciso que conozcan la diferencia entre el vivir con ideología, respetando que otros piensen de otra manera, frente a aquellos que convierten en una obsesión totalitaria la consecución de sus ideales.
Es, en definitiva, muy importante, que se sepa que con o sin compromiso político, la violencia nunca puede ser el camino para la obtención de cualquier fin. Para eso están las instituciones, donde cuando no hay acuerdos ganan las mayorías y cuando éstas no son suficientes, se buscan la manera, dentro del sistema, para que sea posible o finalmente si tampoco se pueden llevar a cabo las propuestas, se quedan sin los cambios previstos.
Así pues, la Educación y el conocimiento de lo que sucedió, es el principal método para prevenir nuevos atentados. La Memoria Democrática será el instrumento fundamental para evitar que todo lo que sucedió quede en el olvido.
Mantengámonos unidos siempre en esta senda. Tengamos claro que es lo que necesitan las víctimas. Honremos lo que han significado para nuestro país. Viviremos mejor pero, ante todo, seremos mucho más buenas personas y ejemplares ciudadanos.
Afirmas equilibradamente «para evitar que todo lo que sucedió quede en el olvido», para honrar a la verdad. Bien, todos los gobiernos y todos los intelectuales (y todos los que dicen que ayudan a algo bueno) deberían haber dicho también «evitar que no quede en el olvido», pero jamás lo dijeron, antes. He ahí el gran mal estremecedor, pero lo vetan más y más como tapando a la Luz.
¡Eso es lo que ha ocurrido en toda la historia», que se NIEGA A LA VERDAD, y se apalea con recursos de hipócrita buenismo. Sí, a cualquier verdad la han vetado y la han apaleado. Ante esto, solo hay objetivamente una espera: ¿cuándo se moverán para que eso no sea así? Lo que sí sé seguro es que, silenciando al que muestra razón, eso solo garantiza maldad. Así es. https://concienciaesreconocer.blogspot.com/