Cuando recuperamos la costumbre de viajar se redoblan ofertas y propuestas. La hostelería hace caja con mesas y barras, mientras los hoteles llenan las habitaciones de turistas. También, se reinventan algunas fórmulas y actualizan otras. Plataformas de transportes y alojamientos, ciber-buscadores, viajes colaborativos y hasta la cuestionable sostenibilidad aplicada al turismo asaltan los sentidos y los ojos de cualquiera.
En cuanto a guías viajeras vemos que se añade oferta en libros, webs y contenidos multimedia. La prestigiosa Lonely Planet-LP, que publica en España Geoplaneta, reedita recomendable guía sobre Andalucía que merece comentarios. La comunidad más extensa, poblada y contribuyente al estado español es abordada para el viajero inteligente por tres autores angloparlantes.
Se sigue así la ruta literaria de los viajeros románticos del siglo XIX (Irving, Gautier, Picod, Roberts, Merimee…). Gregor Clark, Duncan Garwood e Isabelle Noble se reparten el mapa andaluz para guiar al lector por la más nutritiva Andalucía para sus visitantes. Clark aborda las provincias de Málaga, Jaén y Almería. Garwood se ocupa de Córdoba y Sevilla y Noble se desliza por Cádiz, Granada y Gibraltar. Deducimos pues que para LP la Roca de soberanía británica es andaluza. ¡Noticia!
Como otras entregas de LP, el trabajo da pautas genéricas sobre Andalucía que denominan ‘puesta a punto’ antes de iniciarse las rutas viajeras. Ahí se avisa al lector de dónde va, qué encontrará, dónde experimentará, que hay de nuevo, lo que debe buscar y por dónde ir. Más las sugerencias de curtidos viajeros que siempre vienen bien al viajero más intrépido.
Las rutas que propone el libro comienzan en Sevilla. Se centran en la capital, su campiña y Santiponce, donde la Hispania romana parió dos emperadores (Adriano y Trajano) y quedan muchos secretos por descubrir en una Itálica de la que los expertos establecen que sólo un 30% afloró. El Aljarafe que corona la metrópolis se descarta. El esplendor de antaño se pobló de pueblos-dormitorio que, no obstante, ejercen de mirador sobre el desaparecido templo fenicio donde se halló el Tesoro del Carambolo.
Carmona, Osuna y Écija más la Sierra Norte (El Pedroso, Cazalla y Constantina) recomiendan traslado, según un libro que olvida un sur (Utrera, Lebrija, Las Cabezas) que deben existir para el mejor viajero.
Una guía LP del 2020, firmada por Margot Molina (Sevilla de cerca, Geoplaneta), se antoja recomendable para completar el cuadro sevillano que escriben unos autores anglos. Indefectiblemente, quienes usan la lengua de Shakespeare frecuentan tópicos y lugares comunes para el turista que compra LP. No para el viajero que escapa de rutinas y quiere experimentar los activos de nuevos espacios, paraísos y hogares.
Las rutas que propone el libro comienzan en Sevilla, centradas en la capital, su campiña y Santiponce, donde la Hispania romana parió dos emperadores (Adriano y Trajano) y quedan muchos secretos por descubrir
La provincia de Huelva recoge los imprescindibles lugares colombinos, la sugerente Costa de la Luz, Isla Cristina y Ayamonte. El inmenso Parque Doñana y el norte serrano completan el itinerario choquero. Cádiz y el triángulo Puerto-Jerez-Sanlúcar siguen en la obra que comentamos. Las playas de Chipiona y Rota faltan en ese triángulo que merece el viajero. Y resaltar los gastro-historicos atributos sanluqueños y roteños. Pueblos blancos, Grazalema, Vejer, Zahara, Bolonia, Tarifa y Parque Alcornocales siguen redondeando una provincia cuya parada final está en Gibraltar.
Málaga se retrata en su inmensidad. Su excelso litoral, pleno de hoteles, restaurantes y propuestas para que viajero se quede a vivir e interior fascinan a cualquiera. Ronda, El Chorro, Antequera y sus paraísos naturales (Torcal), históricos (Dólmenes) y artísticos (palacios, iglesias y conventos) atrapan la lectura. Como el parque de Laguna de Piedra, la recóndita Axarquía y Nerja, donde hay más foráneos viviendo que lugareños.
La joya de Al Andalus, Córdoba, con sus pueblos blancos de la subbética, el sur, Baena y el parque de Hornachuelos advierten de nuevas carencias en esta guía. El norte cordobés, Valle de Los Pedroches, tiene encantos dignos de ser visitados. Ya reseñamos en Diario16 los atributos para el viajero, por ejemplo, de Añora.
Jaén entraña para LP visitas por la profundidad de su capital y provincia. El límite castellano de Despeñaperros, Andújar y su sierra más las imprescindibles Baeza, Úbeda y sierra de Cazorla se rematan con el parque del nacimiento del Guadalquivir, Segura y Las Villas. Historia, cultura, gastronomía, arte y gentes de bien nutren una capital que exige andarse (imprescindible el Parador, catedral, museos) y una provincia donde hay capitales que igualan al mismo Jaén en grandezas, historia y arte sumo.
Granada la recorre LP con acierto. Sierra Nevada, Alpujarras, La Vega (Guadix) y la provechosa costa tropical introducen al lector en el paraíso de ver una de las maravillas del mundo (Alhambra, Albaicín, Generalife…) y disfrutar de montañas, única estación de esquí sureña española, senderismo y las delicias de pescados, marisco, frutas y huerta de la costa.
Almería es la última parada viajera andaluza que propone LP. El Norte, desierto de Tabernas y el Níjar de los campos que recreó el inolvidable Goytisolo son un regalo inesperado para el viajero. Las Alpujarras almerienses, la comarca de Los Vélez y las Cuevas de Almanzora al límite murciano completan la ruta sin obviar unas playas cuyo Cabo de Gata es otro paraíso por disfrutar, incluyendo la nutrida playa de Mojácar.
La guía andaluza de LP termina con páginas para comprenderla mejor. La historia, arquitectura, sus paisajes y arte concluyen con apuntes prácticos sobre cómo moverse por territorio andaluz. Encontramos también numerosos mapas y un desplegable sobre Sevilla, capital sólo administrativa de la comunidad.
Margot Molina, la viajera total
Nacida en Málaga pero curtida en Sevilla la periodista-escritora ya nos deleitó sobre su estancia hispalense firmando un libro ya mencionado. Molina conoce bien el mundo del viaje. Sabe, inclusive, lo que precisa quien opta por ir de independiente, sin pulseritas hoteleras, tarjetas o guías con palos o paraguas. Sus crónicas culturales y viajeras de trotamundos en El País le añadieron experiencia para abordar libros con sumo oficio.
Desde Madrid, donde se afincó Margot Molina como freelancer, estuvo meses reconociendo su Málaga natal. Ese arduo trabajo ha tenido consecuencias con la obra Málaga de cerca (Geoplaneta, 2022). La obra, presentada en el Centre Pompidou ubicado en el puerto malacitano con lleno y acompañada de Salvador Moreno (Urbanista) y Guillermo Busutil (Periodista) bucea la capital andaluza en 144 páginas.
El único Nóbel de Literatura sevillano, Vicente Aleixandre, bautizó a Málaga como la ciudad del paraíso. Molina explica en su libro el por qué. Desde la Alcazaba andalusí, la que otea el puerto y protege la ciudad, hasta el reciente Museo de la Ciudad, la capital de los museos, como últimamente se la conoce, merece ser explorada con la ayuda literaria de Molina. Ella sabe de lo que escribe.
Málaga de cerca recorre la capital española conectada con varios continentes y con las mejores frecuencias con toda Europa por su aeropuerto. Su nombre tributa a su pintor más universal, Pablo Picasso. Como la estación ferroviaria –AVE a Madrid incluido- homenajea a su escritora más sobresaliente, María Zambrano.
La obra de Molina incluye un desplegable a todo color de la metrópolis. Está singularizado por barrios, puntos de interés e ilustra el destino viajero. Tiendas, restaurantes, rutas urbanas, museos, miradores y lugares donde pasar ratos inolvidables no escapan a la pluma de Molina. No se le escapa nada recomendable.
Los itinerarios y propuestas del libro son originales y poco vistas en obras similares. Otros libros y guías cacarean al turista más desacomplejado hasta dónde debe disfrutar los boquerones fritos o los caldos malagueños. Molina saca provecho y tajada al viajero que desea navegar Málaga por las mejores sendas.
Leemos con gozo que Margot Molina no practica el individualismo que cerca el ego de la escritora. Aloja en su trabajo consejos de expertos locales que amplían el horizonte lector. Málaga tiene muchos prismas. Durante los últimos años amplió su planta hotelera, reforzó la oferta residencial, multiplicó tiendas y centros comerciales y puso en valor museos (Thyssen, Picasso, Ruso, Automóvil, Pompidou, Revello del Toro, Málaga, Vidrio, Música, Unicaja, Municipal…) que elevan el valor del destino.
No vale cualquier cosa, ni cualquier escritor, para explicar Málaga ya. Molina hace muy bien en aconsejarnos dónde, cómo y por cuánto debemos revisitar Málaga, pues la capital exige viaje, desde su apuesta cultural, hasta visitarla en familia, casarse, disfrutar lo gastro y lo lúdico. Todo allí nace del puerto, con cruceros, charters o ferrys a Melilla y llega hasta los montes que la guardan del calor continental en un alargado litoral plagado de excelencias.
