«Tengo una bola de cristal y veo el futuro, pero si miro la bola media hora después el futuro a veces no es exactamente el mismo «, cómo cantaban Frederic Traum & The Nightmare en el Londres de los 90.
Cuando Nadal perdió en Roma contra Denis Shapovalov el mundo entero tubo la sensación de que ya había tirado demasiado de la cuerda, de que no iba a poder seguir jugando y mucho menos ganando grandes trofeos; impensable lo que consiguió luego: vencer en Roland Garros.
«El futuro no está escrito » como decía Peter O’Toole en Lawrence de Arabia.
Y en el caso de Nadal eso es cierto. Pero también es cierto que ÉL ES CAPAZ DE ESCRIBIR EL FUTURO. Lo que consiguió en Roland Garros fue admirable e inolvidable, fue un ejemplo para todas las personas del mundo, y también fue un regalo para todos los soñadores porque nos hacía creer en qué es posible realizar nuestros propios sueños.
En teoría la hierba no es el fuerte del GRAN Y PODEROSO MAESTRO, pero hemos estado repasando sus primeros encuentros con Federer en Wimbledon y está claro que quién diga que Nadal no es bueno en hierba es que no ha visto esos partidos.
Tiene muchas ganas. Porque es hierba, porque es Wimbledon, porque sería un GRAND SLAM más a añadir a las muescas de las cachas de su revólver de campeón absoluto.
Por todo lo anterior creemos Rafael Nadal va a ganar en Wimbledon. Lo creemos, y además deseamos creérnoslo.
Rafa, te deseamos lo mejor: inspiración, fuerza y BARAKA. Vas a hacerlo, vas a lograrlo, vas a escribir una vez más el futuro.
Tigre Tigre
