Un estudio de la consultora digital Runroom revela que las teleconsultas médicas aumentaron un 153% durante la pandemia. Esto supone un menor gasto para las arcas del estado, ya que se estima que cada teleconsulta permite un ahorro de 15 euros. El prefijo tele, del latín lejos, nos tiene acostumbrados a traernos al comedor de nuestras casas todo aquello que la distancia nos niega. Primero fueron las llamadas de teléfono de amigos y familiares que estaban en la otra punta de España o del mundo; después fueron los programas de televisión que nos traían información y entretenimiento en imágenes desde todos los rincones del planeta; y el último salto de la tecnología nos trae a casa, mediante las televisitas, la consulta del médico. Este tipo de recurso aumentó en un 153% su uso durante la pandemia.
Múltiples beneficios
Mediante el uso de las videollamadas, los e-mail y las aplicaciones para teléfonos móviles y computadoras la teleconsulta posibilita el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de todo tipo de patologías de una forma más eficiente y personalizada. Así como la posibilidad del acceso a la historia clínica, la transmisión de imágenes médicas y la medición de signos vitales. Este tipo de soporte sanitario ha ayudado a descongestionar hospitales y centros de atención primaria, ya que el “70% de las visitas que antes se hacían de manera presencial se realizaron virtualmente durante la crisis”, según los datos reflejados por Runroom.
Pérdida de tiempo
El estudio revela que los beneficios para el paciente son muchos. La comodidad de ser atendido desde casa o incluso desde el lugar de trabajo evita pérdidas de tiempo. Hasta 2 horas de media se contabilizan si el paciente tiene que visitarse de manera presencial. El impacto de la teleconsulta es todavía mayor en zonas rurales o poblaciones aisladas. Lugares en los que las personas deben recorrer grandes distancias para ser atendidos.
Las personas mayores
La población de más edad es la que sufre y se beneficia a la vez del desarrollo tecnológico. Por un lado, está la brecha digital que provoca que muchas personas mayores queden fuera de la tele atención por no disponer o no saber hacer uso de las nuevas tecnologías; por otro, está la oportunidad de los médicos para manejar mejor a los pacientes con afecciones crónicas o de edad avanzada, “que muchas veces dependen de familiares o personas de su entorno para poder acudir a sus visitas”, según revela el estudio.
Un maletín para ecografías
En Cataluña, el Servei Català de la Salut ha empezado a implantar una herramienta de videoconsulta que espera que se expanda a todos los centros de atención primaria del territorio. Y adelantos parecidos se dan en el resto de capitales españolas. Pero la brecha digital se da también en el ámbito internacional dejando más desatendidos a los países más pobres o a los lugares en los que el despliegue tecnológico no ha llegado aún. Aunque también podemos encontrar casos como el de Túnez donde la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) suministra en la región de Kolda, al sur del Senegal, “un maletín equipado con ultrasonido que permite a las mujeres embarazadas programar una ecografía sin desplazarse cientos de kilómetros” y recibir a distancia el diagnóstico de un ginecólogo.
