«Ultra-Liberales» y «Neo-Liberales»

VOX es un partido ultra en muchos aspectos, pero sobre todo es un partido ultra-liberal. Y es que se ha hablado de muchos aspectos de la política de este partido, pero se ha tocado muy tangencialmente su programa económico, un programa que entronca con lo que Martin Wolf, del Financial Times, ha bautizado como “Plutopopulismo”; un término sarcástico que sintetiza la idea de apelar al “pueblo” para acabar beneficiando a la plutocracia del 1 % más rico de la población. VOX, Trump o Bolsonaro serían excelsos representantes de este “Plutopopulismo” rampante.

El programa económico del partido de Abascal implica una revolución a favor de los ricos. Así, defienden únicamente dos tramos del IRPF, uno del 20 % para las rentas hasta 60.000 euros anuales y otro del 30 % a partir de esa cifra. Ello implicaría acabar con la progresividad fiscal, una rebaja brutal a los más ricos y que el directivo de una empresa pagase el mismo porcentaje que el operario más bajo de la misma. Al mismo tiempo defiende la supresión del impuesto de Patrimonio, algo que sólo se paga a partir de un millón de euros; sin duda la Casa de Alba debe estar brindando con champagne.

Además, Vox defiende una rebaja del impuesto de sociedades al 15 %, la liberalización total del suelo y que las pensiones tengan un carácter mixto, de capitalización y reparto, es decir la privatización de las mismas. Las consecuencias de todo esto, de todo este programa ultra-liberal, sería la desaparición de facto del Estado de Bienestar, es decir la desaparición de la sanidad y de la educación públicas. Y es que, como diversos expertos han señalado, como por ejemplo José Carlos Díez, simplemente la reforma del IRPF que propone este partido implicaría que el Estado dejaría de ingresar 35.000 millones de euros al año, que es casi todo el presupuesto que invierte España en Educación.

Para entendernos, la igualdad de oportunidades ante la vida y la enfermedad que implica tener una sanidad y una educación públicas desaparecían. Y los más perjudicados serían los miembros del “pueblo” a los que apela VOX. Los más beneficiados serían los plutócratas, el 1 % de los españoles más ricos. Y todo ello sin hablar del pensionazo brutal que pretenden. O de que la Deuda española se dispararía en los mercados internacionales y el país acabaría en quiebra.

Por otro lado tenemos a las posturas neoliberales típicas. En primer lugar podemos hablar del PP de Casado, cuyo programa económico también habla de rebajar los tramos superiores del IRPF, de un nuevo contrato “liberal”, y que ha sido diseñado por Daniel Lacalle, conocido fan de Esperanza Aguirre y reconocido seguidor de Thatcher y de sus brutales políticas neoliberales. Y en segundo término tenemos a Ciudadanos, ese partido que ejerce una extraña fascinación en parte del PSOE pero que sin embargo tiene como cerebro económico a un conocido liberal como es Garicano, defensor de la “mochila austriaca”, del contrato único y de otras medidas que reducirían hasta la nada la progresividad fiscal.

No es extraño pues que, con este panorama, economistas como Alejandro Inurrieta hayan señalado las coincidencias del pensamiento económico de las tres derechas españolas, de cómo las medidas que defienden entroncan con la Escuela de Chicago y con Milton Friedman, con el neoliberalismo más atroz, un neoliberalismo que ha demostrado además sobradamente su fracaso con la crisis que empezó en el 2008, y que se gestó gracias a sus políticas desregulatorias. Ultra-liberales y Neoliberales, las dos caras de la misma moneda, la del Partido Uno y Trino que amenaza con llevarse lo que queda del Estado de Bienestar por delante.