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Tots som Cremona

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Las personas que suscriben este artículo pertenecen a la comisión de comunicación de la Plataforma Cremona, nacida en febrero de 2014 al hacerse pública la decisión de la Conselleria d'Educació de la Comunitat Valenciana, encabezada por Mª José Catalá, de iniciar la supresión de líneas en el CEIP Ciutat de Cremona. Este hecho unió a toda una comunidad educativa con un mismo objetivo: defender la educación pública y los derechos fundamentales de los niños y niñas valencianos. A fecha de hoy, la Plataforma Cremona sigue vigilando el progreso de las obras del nuevo edificio del CEIP Ciutat de Cremona, esperando que el colegio de ladrillo sea una realidad y poder así finalizar esta larga y triste historia con un final feliz porque no pararemos hasta conseguirlo, porque la unión nos hizo fuertes y hemos logrado que se haga justicia después de 15 años.
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análisis

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Esta es una historia interminable de injusticias que de momento parece no tener fin. Aun así sus protagonistas, niños y niñas, madres, padres y familiares del colegio CEIP Ciutat de Cremona de Alaquàs (Valencia), esperan con ansia que, por fin, esta historia llegue a buen puerto y que sus vivencias sirvan de ejemplo para que no se vuelva a repetir esta larga historia que a día de hoy y después de casi 15 años, sigue sin encontrar un feliz final.

Una historia repleta de mentiras y engaños que comienza en esta localidad de 35.000 habitantes cuando la Conselleria de Educació en el año 2003 toma la decisión de ampliar el colegio CEIP Sánchis Almiñano por la creciente natalidad en la zona a principios de este siglo. Por aquel entonces, convencen a las familias de que mientras se realiza la ampliación, los niños y niñas serán trasladados a aulas prefabricadas, es decir contenedores inmundos, durante el

 estricto tiempo necesario que dure la construcción de las nuevas instalaciones. A día de hoy, noviembre de 2020, siguen en pie los mismos contenedores que se instalaron el primer día y se fueron ampliando hasta llegar a ser un colegio íntegro de feos contenedores, viejos, estropeados, sucios. La ampliación nunca se realizó. Lo que inicialmente iba a ser la ampliación de un centro, pasó a ser la intención de crear un centro nuevo independiente, el CEIP Ciutat de Cremona, un centro sin instalaciones, un conglomerado de aulas provisionales desprovistas de lo mínimo exigible para poder llevar a cabo una actividad que debería ser más que sagrada: la educación.

Tras años de engaños y mentiras, el gobierno del Partido Popular valenciano encabezado por la consellera Mª José Catalá, tuvo a bien empezar una cruzada personal con la comunidad educativa del Cremona con el fin de ahorrarse la construcción de un colegio y hacerlo desaparecer sin tener en cuenta a las familias, sus situaciones y sus opiniones. El CEIP Ciutat de Cremona era necesario en la localidad y su calidad educativa excelente, pero lo más fácil y conveniente, políticamente hablando, era cerrarlo a través de estrategias que lo hicieran desaparecer lentamente, sin hacer ruido.

Ante esta injusticia, la comunidad educativa del Ciutat de Cremona alzó la voz y se posicionó en contra de estas decisiones políticas a través de movilizaciones, manifiestos, actividades culturales y manifestaciones a lo largo de cinco largos años en los que incluso llegaron a encerrarse durante 100 días en esos contenedores que tristemente todavía caracterizan a este centro. Fueron 100 días y 100 noches de protesta continua en la que niños, niñas, familiares y profesorado durmieron y lucharon juntos para hacer oír su voz, para que el mundo conociera su injusta situación y la vergüenza de la misma.

Las situaciones esperpénticas se sucedían una tras otra: hermanos separados asistiendo a diferentes centros con los inconvenientes que de ello se deriva para las familias, situaciones de peligro en las épocas de lluvias y vendavales en las que el agua rebosaba hasta por los enchufes de las “aulas”, la insistencia de la conselleria en cerrar líneas del centro a pesar de ser el centro con mayor demanda de la localidad, empresas de aulas prefabricadas ganando dinero a costa de la seguridad y el bienestar y la educación de los niños y niñas del Cremona.

Con todo, la comunidad educativa del CEIP Ciutat de Cremona siguió en su empeño por acabar con estas injusticias llegando incluso a personarse a través de los representantes de la Plataforma Cremona en el parlamento europeo para entrevistarse con diferentes europarlamentarios y concienciar así al sector político internacional de lo que estaba pasando con la educación en la Comunidad Valenciana. Los manifiestos, las actividades culturales, las asambleas, las reuniones, las manifestaciones siguieron estando presentes en la vida de esta comunidad educativa hasta que lograron que su voz se escuchara.

Las reivindicaciones se escucharon por la gran presión ejercida. Se volvieron a realizar más promesas por parte de diferentes partidos políticos. Por fin se veía luz, la posibilidad de la construcción del Ciutat de Cremona era una realidad.

Los años han seguido pasando y ya son casi 3 desde que, por fin,  empezó la construcción del Ciutat de Cremona. Sin embargo, a pesar de tenerlo tan cerca, todavía no es una realidad. Las paralizaciones de las obras y los retrasos han sido inexplicablemente constantes, por lo que a fecha de hoy nos encontramos con un colegio a media construcción. Niños y niñas de infantil han iniciado el presente curso en las nuevas instalaciones mientras los niños de primaria siguen en los ya muy desvencijados barracones después de más de 10 años.

Ya son 5 las promociones de niños y niñas que iniciaron y acabaron su etapa educativa de primaria en contenedores. Esperamos que después de tanto incumplimiento, finalmente el compromiso se haga realidad y el próximo mes de diciembre todos los niños y niñas del Cremona puedan recibir su educación en unas condiciones justas que no son más que un gimnasio, una biblioteca, unas aulas en las que no haga frío o calor extremo, un centro en el que no se vuelen los tejados cuando hace viento y en el que no haya que realizar evacuaciones urgentes ante las lluvias. Está cerca, pero todavía no es una realidad.

Y esta es la historia. Larga, triste, interminable. Una historia de injusticias que ha durado más de una década en la que muchos niños y niñas han sido víctimas de la mala gestión, la interesada gestión, de políticos sin escrúpulos. Muchos de estos niños y niñas son ya adultos o casi adultos que han tenido que luchar por sus derechos desde la infancia y que, a pesar de todo, valoran positivamente una experiencia que les ha hecho crecer como personas y, a través de la cual, han integrado valores fundamentales como el respeto, la honestidad, la lucha por los derechos, y tanto otros de los que carecen nuestros representantes políticos y sus decisiones de las que han sido inocentes víctimas. Y todo ello, siempre, con una sonrisa.

Es imposible describir tantas y tantas situaciones vividas, tantos sentimientos y tanta rabia de impotencia. Toda una comunidad educativa que luchó unida por la educación pública valenciana, por los derechos de los niños y niñas. Gracias a todos ellos niños, niñas, madres, padres, profesores, profesoras, tíos, abuelas, la escuela con la que soñamos se hará pronto realidad. Tots som Cremona.

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