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Sylvia Plath, un grito desesperado atrapado en una campana de cristal

Más de medio siglo después de su suicidio a los 30 años, la obra de la autora estadounidense cobra nuevos bríos en pleno auge del movimiento ‘Me Too’

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análisis

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No es casualidad que la poeta, novelista y escritora de relatos Sylvia Plath (Boston, 1932 – Londres, 1963) esté hoy, en 2019, más de medio siglo después de su trágica muerte, más de plena actualidad que nunca. Muchos son los motivos que la vuelven a traer a los lugares más destacados de los anaqueles de las librerías. Su legado, tan rico y variado como peculiar en una autora de vida fugaz, original en suma y personalísima, se agranda por momentos.

Literatura Random House ha lanzado de una tacada tres nuevas propuestas, a cual más atractiva. Su única novela, la mítica La campana de cristal, regresa con una nueva traducción a cargo de Eugenia Vázquez Nacarino y con prólogo de Aixa de la Cruz. Esta obra tiene el aura de lo excepcional en todos los sentidos. Por su condición de icono feminista, por su poder de sugestión incuestionable, por su mensaje, por su implicación personal, por su complicada elaboración… Hay que recordar que Plath la publicó originariamente en 1963, el mismo año de su muerte prematura el 11 de febrero cuando contaba 30 años.

Resuenan una y otra vez esas palabras enigmáticas y proféticas recogidas en este libro con evidentes tics autobiográficos. “Respiré profundamente y escuché el antiguo estribillo de mi corazón. Yo soy, yo soy, yo soy”. Plath la publicó bajo el pseudónimo de Victoria Lucas, consciente de que muchos verían en ella aspectos de la vida de su autora. También pecó de exceso de celo y de desconfianza al creer que esta novela lastraría su trayectoria poética. Se equivocaba completamente.

Como recuerda Aixa de la Cruz en el prólogo de esta nueva edición, la escritora norteamericana escribió esta novela al mismo tiempo que componía los versos de su gran recopilación poética más emblemática, Ariel, publicada póstumamente en 1965.

Las condiciones personales en las que escribió esta obra maestra fueron lamentables. Sylvia estaba recién separada de su marido, el famoso poeta británico Ted Hughes, un mujeriego empedernido que se había fugado con una de sus amantes dejando a la escritora sola a cargo de sus dos hijos en unas condiciones económicas cercanas a la pobreza, como recuerda Aixa de la Cruz. No fue más que la gota que colmó el vaso de una escalada incesante de la titánica lucha desigual que Plath debió afrontar desde el momento que Hughes se cruzó en su vida.

El ninguneo por parte de una sociedad machista, en la que el matrimonio impone por gracia divina esa desigualdad estructural pese a la valía intelectual por igual de ambos, la desmoronó definitivamente

La poeta pensó ingenuamente que la sociedad y el mundo literario en concreto les trataría en igualdad de condiciones. Nada más alejado de la realidad, ya que el matrimonio con el poeta la dejó a ella en un segundo plano alejado del foco mediático. El ninguneo por parte de una sociedad machista en la que el matrimonio impone por gracia divina esa desigualdad estructural pese a la valía intelectual por igual de ambos la desmoronó definitivamente.

La asfixiante campana de cristal

En La campana de cristal, una joven que vive en el Nueva York de los cincuenta cree tenerlo todo en su mano y vive a priori una existencia plena de oportunidades y proyectos. Pero poco a poco, esa campana de cristal la va asfixiando sin remisión. Esa enigmática campana no es otra cosa que el freno que la sociedad machista y patriarcal impone sin desmayo a las aspiraciones personales de las mujeres por el solo hecho de serlo.

Por todo ello, en tiempos del #Cuéntalo y el #MeToo, La campana de cristal en concreto y toda la obra de Plath en general son revisitadas con una nueva perspectiva más feminista aún si cabe que en su inicial lectura.

Además de la nueva edición de su única novela, Literatura Random House también publica una selección poética a cargo de Luna Miguel. Su angustia mental y sus anhelos están muy presentes en sus versos, así como la omnipresente presencia de la muerte.

Por último, para redondear una oferta editorial inmejorable, también se publica ahora por primera vez el cuento Mary Ventura y el noveno reino, escrito cuando Sylvia tenía solo 20 años. Esta edición cuenta con las ilustraciones impactantes y simbólicas de Mònica Bonet y el epílogo de Mariana Enríquez. Pese a su aparente sencillez casi juvenil, el relato se encamina a un desenlace onírico que evidencia la personalidad y los terrores que marcaron hasta el final la vida de una artista única, que dijo adiós definitivamente a todo cuando contaba sólo 30 años de edad mientras abría la espita del gas.

 

 

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1 COMENTARIO

  1. Valiente basura de artículo, manipulando la vida de esta escritora bajo los mandamientos de la moralina Woke. Menos mal que lo leí en el tren y no en tiempo útil.

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