Cesar Strawberry de Def Con Dos by Kike Lucas.

Como te contábamos la semana pasada aquí, La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha condenado al cantante de Def con Dos, César Strawberry, a un año de cárcel por unos tuits, que según la sentencia “alimentan el discurso del odio, legitiman el terrorismo como fórmula de solución de los conflictos sociales y, lo que es más importante, obligan a la víctima al recuerdo de la lacerante vivencia de la amenaza, el secuestro o el asesinato de un familiar cercano”. También le condena a 6 años y 6 meses de inhabilitación absoluta.

Meses antes había sido absuelto por la Audiencia Nacional al considerar que: “Estas explicaciones y contextualizaciones que va dando el acusado se ven corroboradas por el dato de que en sus manifestaciones artísticas no existe una defensa de la violencia, si no es precisamente para, desde el sarcasmo y la ironía, provocar el efecto contrario”.

El fiscal del Supremo Álvaro Redondo expuso en su acusación que en este caso se ponían en peligro “los bienes jurídicos más preciados por los ciudadanos, la vida y la libertad, afectados ambos de modo directo y brutal por la actuación del terrorismo”.

A pesar de que la defensa ha reiterado que no había por el artista intención alguna de humillación ni de ensalzar de ninguna manera el terrorismo, el Supremo indica que la intención a ese respecto de Strawberry es irrelevante, ya que el artículo 578 del Código Penal no exige acreditar con qué finalidad se ejecutan los actos de enaltecimiento o humillación, y basta con asumir como propia la justificación de una forma violenta de resolver las diferencias políticas y la reiteración consciente de esos mensajes a través de Twitter.

Cabe destacar el voto particular discrepante de Perfecto Andrés Ibáñez para quien los comentarios vertidos por el cantante “no pasan de ser meros exabruptos sin mayor recorrido, que se agotan en sí mismos; desde luego francamente inaceptables, pero esto sólo”.

Desde que estalló la bomba de la noticia me puse en contacto con el protagonista y con su representante. Hemos mantenido muchas conversaciones durante estos días que me han permitido conocer a Strawberry pero, sobre todo, a César. Un proceso fundamental para poder comprender lo que ha sucedido, qué representa esta sentencia y lo que ha desencadenado.

Strawberry, el personaje

El cantante de Def Con Dos es un provocador. Remueve las aguas estancadas de un sistema que prefiere dejarlas quietas. Es “un pintas”: un atuendo de esos que algunos consideran “antisistema”, plagado de tatuajes, barbas, y, en definitiva nada convencional. Responde al perfil del perfecto inadaptado, respondón, “maleducado”, políticamente incorrecto y rebelde. A fuerza de decibelios se ha hecho oír y retumban en el imaginario colectivo de una época frases como “la culpa de todo la tiene Yoko Ono” o “huele a bobo en la piel de toro”. Podría decirse que encarna lo que el sistema considera un “hijoputa con pintas”. Charlatán, impulsivo, extravertido, brutal: el perfil de “la bestia”. Pero sobre todo, lo que más le preocupa “al sistema” no es Strawberry, el personaje, sino lo que hay detrás, César Montaña. Precisamente es a quien condenan.

César, la persona

César Montaña es licenciado en Bellas Artes. Pasa los cincuenta. Madrileño y criado en un entorno donde la cultura era el menú del día. Inteligente, sensible y con un brillo en los ojos que destapa a alguien tremendamente empático. Informado hasta el detalle de lo que se cuece, mucho más allá de los titulares de los periódicos, sabe bien cómo están repartidas las cartas en el mundo. Reflexivo, introvertido, reservado y observador. El lado oculto: una persona comprometida, de profundos pensamientos, muy consciente del papel que juegan la ética y la estética.

Durante estos días se han publicado innumerables entrevistas a Strawberry. Yo he querido hablar con César. Y esto es lo que me ha contado.

– Qué es para ti la “libertad de expresión”

«Nosotros mismos debemos   ser capaces de controlar la vulnerabilidad ante la ofensa y saber que las palabras no son hechos. Sólo las dictaduras confunden las palabras           con los hechos»

Necesariamente hay que establecer un sistema educativo que nos forme en unos valores basados en saber escuchar lo que no nos gusta y poder decir lo que queremos sin estar pendientes constantemente de la ofensa que pueda producirle a cualquier tipo de sensibilidad o colectivo. Nosotros mismos debemos ser capaces de controlar la vulnerabilidad ante la ofensa y saber que las palabras no son hechos. Es algo que el Juez Pedraz comentó en algunas de sus cinco archivos de la causa de Zapata: que sólo las dictaduras confunden las palabras con los hechos. Las personas, yo añado, tenemos que ser capaces de discernir en nuestra manera de comunicarnos; existe el derecho a la palabra, que debe garantizar el ejercicio de la inteligencia, aunque se digan o escuchen cosas de mal gusto, que hasta puedan considerarse salvajadas. Hay que saber muy bien que la palabra en sí no puede convertirse en un delito. Sólo considero lícito restringir la libertad de expresión en caso de amenazas fehacientes a la seguridad e integridad física de las personas. Pero no de manera amplia y en ningún caso preventiva. 

– Los ya famosos tuits, ¿son la mayor burrada que ha dicho Strawberry?

Lo que se publica en esa cuenta de twitter, que es de un personaje de un grupo que lleva unos 25 años con una actividad musical muy concreta, con un imaginario muy concreto, con unos recursos verbales muy concretos, utilizando siempre la ironía, el sarcasmo y la provocación, no deja de ser una provocación más, una invitación a la reflexión de manera abrupta. Nadie que leyera estos tuits, conociendo a Strawberry y a DCD (Def Con Dos), puede interpretar otra cosa, otra intención que no sea la ironía, el sarcasmo que engloba toda mi obra. He escrito canciones, artículos, libros, he participado en debates y César Strawberry es un provocador y un comunicador ácido; en ese caso, los tuits solamente han tenido relevancia para la Fiscalía. Es curioso que ninguna víctima de terrorismo haya manifestado sentirse ofendida; más bien todo lo contrario, algunos de los que aparecen en los tuits han declarado a mi favor.

«Jamás se me pasaría por la cabeza el escarnio. Empatizo totalmente con el dolor de cualquier persona que haya  sufrido torturas»

Se pretende criminalizar mi mensaje porque se entiende que tengo capacidad de influencia social. Concretamente, el que hacía referencia a Ortega Lara solamente tenía 30 RT (retuits). Pasó desapercibido salvo para quienes estaban al acecho. Nunca pude pensar que de ese tuit nadie pudiera pensar otra cosa que no fuera una broma política: un político que se presenta como candidato de un partido de ultraderecha, con el cual no estoy de acuerdo e ironizo. Jamás se me pasaría por la cabeza el escarnio. Empatizo totalmente con el dolor de este señor como con cualquier persona que haya sufrido la tortura. Estamos hablando de cosas diferentes.

– ¿Cesar Montaña habría escrito eso?

No, porque César Montaña no existe públicamente. Es una persona sobre la que se sostiene un personaje público. Cuando veo que sale mi nombre en los medios de comunicación, me quedo helado. Strawberry es el que se da a conocer; Montaña tiene su propio mundo.

Sin embargo “César Montaña” es el nombre que aparece en la sentencia, es al que condenan.

Efectivamente. Lo que quedó demostrado en el juicio de la Audiencia Nacional (Sala primera), que desembocó en una absolución fue que estos tuits quedaban dentro de la obra del personaje de Strawberry. En ese contexto es perfectamente comprensible y atañe al ámbito de la libertad creativa. Pese a que escandalice a la gente no son lo más zafio ni lo más burdo que se escribe en la red social ni en muchos medios de la caverna. Se busca, reitero, ilustrar lo que ocurre en la arena política.

– Las Redes sociales: ¿más social o más red (tela de araña tendida para cazar)?

Internet tiene ambos aspectos, se supone que al cincuenta por ciento. Quizá ahora más red al 70%, porque poco a poco se convierte en trampa de langosta. Sin embargo es cierto que mi caso y esta condena escandalosa solamente se pueden entender como un acto de represión por las autoridades sobre Internet que propicia una vía de comunicación irreflexiva. Históricamente, a partir de Gutemberg la expansión de las ideas ha gozado y tenido el problema –a partes iguales- de la reflexión. Hasta hace poco, era un laborioso proceso desde que surgía la idea, hasta que finalmente se plasma y se difunde. Históricamente llevaba un tiempo y cabía reflexionar varias veces y una obra podía cambiar mucho desde su gestación hasta las manos del consumidor. Se podía pulir el mensaje. En la actualidad muchos mensajes se consumen crudos. Desde la fase creativa de la gestación de la idea hasta su publicación pasan segundos. Esto genera mensajes irreflexivos, viscerales, que no tienen tiempo para una segunda “pensada”; son inmediatos y se plantean como respuestas casi casuales. Están sujetos a mil circunstancias que pueden distorsionar la intencionalidad real, como por ejemplo, el corrector (¡cuántos problemas genera el teclado predictivo!)… (risas)

La reflexión hay que buscarla de manera intencionada y no siempre sucede; antes era necesaria porque los tiempos te obligaban. Ahora no. Esto hace que la comunicación fluya, pero que sea de menor calidad.  Se banaliza la comunicación.

– Entiendo que estamos hablando de una una banalización mas amplia: en política, respecto a los derechos, la conciencia colectiva…

«El sistema fomenta la ansiedad mientras al mismo tiempo se beneficia de intentar calmarla por medio del consumo constante. Es un sistema perverso que se retroalimenta»

El único vínculo existente en la sociedad de hoy -entre sus individuos- es el mercado de la ansiedad: el sistema fomenta la ansiedad mientras al mismo tiempo se beneficia de intentar calmarla por medio del consumo constante. Es un sistema perverso que se retroalimenta.

La ansiedad, a través de la inmediatez del intercambio de la información, algo revolucionario antropológicamente que supone un cambio extraordinario, teniendo en cuenta que la adaptación a la hipercomunicación nos ha cogido por sorpresa, tiene que tener consecuencias en todos los ámbitos de la vida. Una de ellas es la absoluta banalización, como ya te comentaba. Antes había que llevar a cabo una liturgia, un proceso, lento, elaborado… ahora todo es inmediato, se acelera de manera vertiginosa. No nos cuesta nada comunicarnos; todo es fácil y rápido y esto genera dependencias, un bucle… Esperas la respuesta inmediata y todo entra en una espiral exponencial. Hemos creado una vida falsa, la vida virtual donde todo es una deformación, una distorsión absoluta pero que, sin embargo, a nivel de satisfacciones, nos da la dosis necesaria con extrema facilidad. Esto está afectando con consecuencias claras al ser humano actual.

Uno puede estar solo, anhelando conversar, y con cuatro mensajes banales, con cuatro emoticonos (por cierto, el súmmum de la banalización, que no es otra cosa que sean las empresas las que nos digan las emociones que podemos transmitir, como si no hubiera más), nos damos por satisfechos. Todo forma parte del bucle de la ansiedad. Se cubren picos que previamente han sido generados intencionadamente.

Hay lugares donde no llega la señal de internet y viven perfectamente…  ahí lo dejo. (silencio)

«…en España tenemos ese gran problema político. La trascendencia de la información se desvanece como un soufflé y no deja huella en la conciencia política de la gente»

Todo es efímero, la información no deja huella en nuestra mente. Esto repercute en la concepción de la política y en los resultados: no existe memoria. Los picos de ansiedad se resuelven a través de la sobreinformación, y lo que se genera es un bombardeo que gotea mientras hacemos otras cosas. Realmente no se informa, son bálsamos, pildoritas para la ansiedad. Cuesta mucho que la información permanezca; de lo contrario, no se puede entender que un partido como el Popular, con un comportamiento presuntamente corrupto hasta la médula, que ha sido considerado incluso por algún juez como «asociación mafiosa», no ha perdido peso en las urnas. Esto solamente lo puedo entender desde el esquema que aquí planteo: el concepto de información que banaliza la gravedad de todo lo que ocurre, un sistema viciado de consumo para calmar la ansiedad; la información, en definitiva, se ha convertido en un artículo más de consumo. Otra información nueva llega y cubre ese hueco y la anterior queda en el olvido. Capa sobre capa se van superponiendo y vamos mordiendo lo más superficial. Por eso en España tenemos ese gran problema político. La trascendencia de la información se desvanece como un soufflé y no deja huella en la conciencia política de la gente.

BrutalPlanet - 0212 - Malos tiempos para la libertad de expresión

– ¿Un país sin memoria es un país condenado a equivocarse eternamente?    

«Es imposible reparar de manera adecuada  el ingente dolor que se ha acumulado en la sociedad española durante demasiado tiempo

Estoy de acuerdo con Rafael Sánchez Ferlosio que en una entrevista decía que el victimismo como concepto y como militancia (del terrorismo, de la guerra civil, de lo que sea), la víctima como estatus, si bien hay que contemplar el pesar de todos y tratar de ampararlo lo mejor que se pueda a nivel social, es imposible reparar de manera adecuada el ingente dolor que se ha acumulado en la sociedad española durante demasiado tiempo. Hay tantas víctimas en España que es materialmente imposible reparar el daño sufrido con equidad y justicia. Lo que hay que intentar no es volver atrás, sino mirar el presente para hacer justicia en el día a día y sentar unas bases que pongan freno a los generadores del dolor. Si hay un bar que se llama «casa Pepe» que ensalza la figura de Franco, a cuyo dueño le homenajean con una calle en su honor, y al mismo tiempo condenas a Strawberry por cuatro tuits a la cárcel, se está demostrando que hemos generado una sociedad injusta y parcial. No estamos en consonancia con el espíritu de los auténticos valores en que se sustenta el concepto de la UE. La solución de toda esta injusticia no está en desenterrar lo enterrado de manera exclusiva, sino evitar que haya más represaliados políticos. Esto se hace a través de la aplicación de leyes justas.

Dentro de la UE, nuestra bandera a nivel de justicia social, de equilibrio, sería Alemania: allí está absolutamente prohibido que se ensalce a un dictador (un bar como «casa Pepe» en Dusseldorf sería impensable). Si queremos ser como ellos, que son referentes para toda Europa, tenemos que tomarlo en serio. No podemos tomar unas cosas y pasar de otras.

No se puede justificar bajo ningún concepto una figura como Franco. Podemos analizar que la Historia fue la que fue (para ello hay que hablar, investigar y conocer todo lo que aconteció), pero una vez que hemos asumido unas normas democráticas, no podemos aplaudir determinadas cosas ni olvidar lo que generaron figuras tan atroces como Stalin, Mussolini, Jomeini, Pol Pot… No podemos mantener al margen de un juicio coherente, en sintonía con el marco jurídico de la UE, a perfiles criminales como el de Franco o los ejemplos que acabo de citar. De lo contrario, el resultado es que no hemos entendido nada de tanto dolor. Y quiero pensar que tanta gente perdió su vida, sufrió, al menos, para que nunca vuelva a pasar. Que nos quede una lección aprendida a todos. Tenemos que hacer nuestros los valores de las democracias europeas más avanzadas y no de las naciones díscolas que ahora tratan de ponerlos en cuestión.

Valle-Inclán, a través de Max, en Luces De Bohemia decía que España es “una deformación grotesca de la civilización europea”. Resulta doloroso que esa afirmación no haya perdido un ápice de actualidad pese al tiempo transcurrido.

«No podemos hacer justicia sobre lo que no podemos cambiar, sino sobre lo que viene a partir de ahora»

La forma de combatir el fascismo cultural que padece España no es exacerbar la reivindicación de volver el pasado. No podemos hacer justicia sobre lo que no podemos cambiar, sino sobre lo que viene a partir de ahora; debemos respetar al dedillo la legislación europea. Es lo único que garantiza la convivencia en una democracia sana, una democracia que quiera ser percibida como tal. La única reparación que se puede hacer a cualquier víctima, subrayo cualquiera, once eme, eta, grapo, guerra civil, GAL, dictadura… no es volver atrás sino intentar establecer un sistema democrático real en el que jamás se pueda repetir lo que ha ocurrido. 

– Para eso hacen falta ciudadanos. Pero ahora, ¿no te parece que hemos dejado de ser ciudadanos para ser consumidores?

El problema que tenemos es que en la cultura que se ha generado, desde los años 70 hasta hoy, en realidad se da a entender que la única manera de acceder al estatus de ciudadanía es poseyendo ciertos atributos de consumo que te otorgan ese estatus. En este sentido la juventud me preocupa muchísimo: lo que se busca por parte del sistema, quitando por ejemplo la asignatura de filosofía de los programas educativos es crear consumidores y mano de obra barata.

Ahora hay muchísima gente que solamente vive pendiente de consumir. La estupidez es tal, que la cultura se fundamenta sobre el consumo. No lo impone nadie, lo elegimos «libremente» y vamos de cabeza. Nos hemos criado en este paradigma desde el colegio donde se educa a los niños como consumidores, no como ciudadanos críticos que han de pensar por sí mismos y tener capacidad de acción y reacción, sino todo lo contrario: según lo que tengas, en esta sociedad, eres y serás.

«Es necesario un esfuerzo en educación para cambiar el paradigma»

Cuando un niño se siente mal porque no tiene lo que tiene el otro, estás generando un clasismo desde la más tierna infancia. Precisamente ahí radica el cambio necesario: en educar a los más pequeños haciéndoles ver que se pueden tener muchas cosas que no se compran en las tiendas, que se ha de cultivar el criterio, los valores, el autoconocimiento y la paz mental. Lejos de generar mecanismos que ayuden a pensar, a resolver estos posibles conflictos que genera el sistema, la manera de atajarlo es entrar en la rueda.

De este modo, vemos cómo el móvil y el coche son dos referentes de consumo; el tuning es el referente espantoso: tener un coche con luces supone ser la hostia. Esta escala de valores, de relevancia social referida a artículos de consumo, (que por otro lado es el gran drama de los ricos) llega a un punto en el que lo único que les queda es aspirar a ser presidentes de un gobierno, como Trump. A concursar en la “liga Premium”. Tener, tener, tener y tener. Eso es lo único que ansía esta nueva ciudadanía.

En el Golfo Pérsico han llegado a tener cajeros expendedores de oro…. ahora los móviles son de diamantes. Es un nivel de banalidad increíble, una profunda carencia de objetivos en la vida. ¿A qué pueden aspirar con estos valores? Debe ser muy duro ser muy rico, porque creo que deben descubrir lo superfluo que es todo lo que les rodea. Mientras no lo descubres, en las capas más bajas, sorprende la imagen de personas pobres intentando igualmente mostrar opulencia, con marcas, y con clichés…

Hago hincapié porque me parece básico: es necesario un esfuerzo en educación para cambiar el paradigma. El consumo es el motor de esta sociedad y romper con ello es casi imposible. Todo esto no es nuevo, es el concepto de Bismark, mantener un sistema de consumo que satisfaga de alguna manera las carencias que requieren un ejercicio mucho más abstracto y colectivo.

– Todo está basado en el engaño: te van dando cosas y entras en la rueda del hámster… O en un gran teatro…

La realidad virtual es otra de las facetas: el Matrix perfecto. Tu vida puede tener mil carencias, pero el nivel de satisfacción que puede darte un videojuego, ese vivir una vida paralela (como en las redes sociales), puede darte una satisfacción que la vida real no consigue. Un chaval con acceso a estas cosas puede que no encuentre nada en la vida real que le satisfaga más que un videojuego. Y eso es un peligro, porque genera ansiedad, frustración… y vuelta a empezar.

– ¿Para cuándo llegará la rebelión? ¿Crees realmente que la sociedad, el pueblo va a dar un golpe en la mesa?

Vivimos en una sociedad que intenta evadirse: alcohol, drogas, dopaje brutal. Otra manera de calmar la ansiedad de una sociedad que no funciona. Cuando solamente estamos pendientes de las endorfinas lo que realmente se busca es olvidar la vida en sí. Y es precisamente esta forma de vivir lo que me parece algo que deberíamos superar. Se trata de que respondamos a la pregunta de si hay vida antes de la muerte…

– Ansiedad y depresión. Cortoplacismo. Vuelta a empezar. ¿Todo se repite o algo está cambiando?

He nacido en un momento de la historia en el que España siempre fue a más, desde finales de los setenta hasta hace una década. Todo fue creciendo exponencialmente hasta que hace diez años llega el parón y no sabemos cómo interpretarlo. Es ahora cuando viene el momento de la reflexión necesaria (reflexión, eso que ya cuesta tan caro porque la banalización ha cercenado la capacidad de análisis… Como ves todo se va enlazando).

«… el ansia de consumo es tan grande que se pasa página rápidamente. Nos comen el coco con lo que nos hacen creer que es urgente para que nos la cuelen con lo que es importante«

Hay que entender cómo hemos llegado hasta aquí y cómo tenemos que salir. Es fácil generar expectativas. Por eso creo que somos tan tolerantes como país con la injusticia y con la corrupción: el ansia de consumo es tan grande que se pasa página rápidamente. Nos comen el coco con lo que nos hacen creer que es urgente para que nos la cuelen con lo que es importante. Renuncias a la justicia social, a las luchas por valores profundos, para obtener lo que te sacia de manera inmediata.

Aquella proyección de vida de los años ochenta: naces, creces, te reproduces, te jubilas y mueres. Ahora el «te jubilas» se ha quitado de la ecuación, y queda como el anuncio de las cucarachas…. Como artista siempre renuncié a esto, porque vivo día a día. Pero el hecho de que desaparezca esta expectativa hace que mucha gente esté en shock. El esquema de vida ha cambiado de manera rotunda. Colegas míos con cincuenta años con vidas más convencionales no dan crédito a lo que sucede. No pueden asumir que en unos años no tendrán pensión a pesar de haber estado toda su vida contribuyendo; les han engañado con que todo va a repararse, pero no es cierto. Lo que conocíamos no va a volver a pasar. Tenemos de frente una nueva sociedad y debemos asumir cuanto antes que aquello que conocíamos no va a volver. El desarrollo tecnológico ha cambiado todo el sistema productivo. Las nuevas tecnologías requieren poca mano de obra humana, y esto de manera absoluta hace cambiar todo el sistema.

Hay que abrir los ojos. Se está construyendo una sociedad diferente. Es una nueva revolución.

Al sistema le sobra mucha gente. Por eso ahora se ponen sobre la mesa medidas como la Renta Básica Universal: un concepto que nos asegura un nivel de consumo garantizando que sigamos en la rueda. Si sales de ella, si sales de Mátrix, quizás quieras replantear el juego y eso al sistema no le interesa. 

– ¿La justicia está pegando palos para que los que habéis abierto los ojos de una generación os quedéis calladitos?. DCD lleva 25 años insistiendo. ¿Ahora viene el bozal?

«Se ha establecido un trato discriminatorio en función de la repercusión social que una persona pueda tener. Esto es injusto…»

La sentencia es ejemplarizante. Argumentan que, al tener ocho mil seguidores mis mensajes podían generar influencia y opinión. Se ha establecido un trato discriminatorio en función de la repercusión social que una persona pueda tener. Esto es injusto: la justicia debe juzgar unos hechos y a las personas, de la misma manera, justicia igual para todos. Es una vergüenza que el más alto tribunal pueda decir lo que se dice en esa sentencia buscando ejemplarizar.

El voto particular pone sobre la mesa algo sorprendente: viene a decir que si me dan demasiada importancia quizás se genere el efecto contrario. Y yo también comparto esa conclusión: el que me condena y el que pide que se mantenga la absolución hace referencia a conceptos sociales, olvidando la equidad que debe tener la justicia, olvidando que se está juzgando a una persona con nombres y apellidos. Esto es lo más importante de mi proceso.

– ¿Han conseguido que te calles?

«Han conseguido que tenga que plantearme un montón de cosas que me han hecho vencer los miedos»

Han conseguido que me enfrente a un proceso de pesadilla: un proceso mental, personal, que dura casi dos años en el cual he tenido que plantar cara a una serie de miedos e inseguridades que jamás en mi vida tuve que resolver. Al final han conseguido que tenga que plantearme un montón de cosas que me han hecho vencer los miedos que vengo arrastrando durante cincuenta años. Me he reforzado. Me han acojonado mucho tiempo, no te lo voy a negar, pero he apretado el culo, y aunque el miedo está ahí, ha sido un reto para superarlo y no paralizarse. Me siento continuamente observado y vigilado, y la sentencia y todo el proceso lo corrobora. Pero estoy encontrando un equilibrio entre no claudicar ante el miedo al tiempo que afino un poco más, esquivando trampas que me han puesto por delante para intentar llevarme a la cárcel.

He ganado mucho en creatividad. Todo esto tiene muchas vertientes: he visto quiénes están conmigo emocionalmente, a quién le importas y a quién no. Es fascinante. Jamás pensé que pudiera sentirme víctima de una persecución ideológica que yo leía en los cómics que me apasionan. Por otro lado, jamás creía que podría empatizar tan bien con gente que haya sido juzgada injustamente. Y además, gracias a esta sentencia, mucha gente se ha dado cuenta de que la Justicia puede no ser justa. El sistema, creo, no lo ha meditado bien.

Hay gente con situaciones muchísimo peores que las mías, como presos preventivos sin pruebas rotundas que llevan demasiado tiempo en prisión esperando a ser juzgados… y yo ahora entiendo muchísimo mejor lo que sienten. Este no es el final, desde luego.

Ahora me siento con más fuerza porque mi sentencia ha dado lugar a que el sistema se quite la máscara de forma descarada: ahora se ven las cosas de una manera muchísimo más clara. Se ha generado además alarma social y ciudadana. 

Cuando leo en ABC un artículo aireando el pasado del fiscal, cuando HASTA Ok diario comenta que esto es una barbaridad…. me replanteo que hay miedo en el ambiente y que indistintamente de ideologías estamos alarmados por la puesta en peligro de la libertad en su sentido más amplio. Y esto ya trasciende a las “izquierdas y derechas”, esto es otra cosa mucho más complicada.

«Tengo solidaridad por parte de gente que no tiene nada que ver conmigo, ni con mis inclinaciones artísticas,         pero han demostrado empatía desde otros puntos de vista»

Pero no me han frenado. En absoluto. Ahora mismo estoy inmerso en mi trabajo y no he permitido que todo esto me afectase. Formo parte de un equipo y no podía hacer que se vieran afectados. O al menos, he hecho todo lo posible para que les afectase lo más mínimo. Es inevitable que nos hayan descolocado. Pero no damos marcha atrás, solamente hemos cogido impulso. Desde el año pasado estamos trabajando en un nuevo proyecto que saldrá el próximo 24 de marzo. Ahora somos más DCD que nunca, y queremos demostrarle a nuestro público que lo último es dejar que el miedo te paralice. No vamos a ser los muñecos del futbolín que el sistema quiere para jugar. Quiere intentar dar la imagen de que lo controla todo, pero la respuesta social a mi sentencia demuestra que no todo está controlado: hay mucha gente que está ya preparada y que entiende lo que hay. Así que, aunque sea extraño, también hay cosas que celebrar. Tengo solidaridad por parte de gente que no tiene nada que ver conmigo, ni con mis inclinaciones artísticas, pero han demostrado empatía desde otros puntos de vista. Y eso, para mi, es casi tan grande como si hubiera ganado el juicio.

– ¿Se sabe ya el nombre del próximo disco? O lo vas a dar en exclusiva en twitter…. (risas)

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