Siete años es la pena para un hombre acusado de maltrato y quien tenía una orden de alejamiento por romper dicha orden, irrumpir por la fuerza en casa de su ex pareja, violarla y volver dos días después para vejarla y maltratarla de nuevo.

La Audiencia de Bizkaia ha condenado a siete años de prisión a un hombre por haber violado en dos ocasiones a su expareja y por haber quebrantado la orden de alejamiento de la mujer. Contra el hombre ya se habían interpuesto cinco condenas previas por delitos relacionados con la violencia de género.

A los dos días la volvió a violar vaginal y analmente

Además de la pena privativa de libertad, el condenado deberá recibir formación sobre violencia machista, y tendrá que recibir tratamiento psiquiátrico y hacer terapia de deshabituación del alcohol. También se le impone una medida de libertad vigilada durante ocho años y la prohibición de acercarse o comunicarse con la víctima.

Los hechos

La resolución ha considerado probado que el acusado, en prisión provisional, acudió a casa de su ex pareja a pesar de que tenía una orden judicial que le impedía acercase a ella. Allí, le amenazó de muerte y le violó vaginalmente, mientras ella le suplicaba que le dejara.

Dos días más tarde, el condenado acudió de nuevo al domicilio de su ex pareja para reprocharle que había sido arrestado después de que ella le denunciara. Le volvió a violar vaginal y analmente, al tiempo que le insultaba y le forzaba ejerciendo violencia, por lo que causó diversas lesiones a la víctima, quien consiguió finalmente escapar y pedir ayuda.

Maltrato familiar

Antes de esos episodios, el hombre había sido condenado en cinco ocasiones por maltrato familiar, coacciones en el ámbito de la violencia de género y quebrantamiento de condena, entre otros delitos. El acusado ha asumido los hechos y la condena por agresión sexual y por el delito de quebrantamiento, y el tribunal ha referido los agravantes de reincidencia y parentesco, y la atenuante de adicción al alcohol.

La sentencia constata que el hombre presentaba un trastorno por el consumo de alcohol de grado moderado y le aconseja tratamiento psiquiátrico, al tiempo que constata que ha recibido un curso de educación sexual dentro de la prisión.

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