Para personas que quieran entender, comprender la terrible persecución, acechanza, a las mujeres, por muchos violadores, acosadores, esta frase dejó muy claro, no que quieran ir borrachas a casa, eso nadie lo desea, menos lo pretende, (¿quién no ha llegado borracho a casa alguna vez?,) pero sucede; esta locución, rotunda, categórica, fulminante, definitoria, no es un simple lema.
Quien lo haya elegido sabía dónde se situaba y lo que quería impostar; poner con más osadía sobre el tablero de la conciencia, de la decencia, de la dignidad. Sabía, como estamos comprobando, que los que no llegan a admitir esta lacra, los que desde diferentes puntos de vista, hasta la justifican, iban a poner la lupa en lo de “borracha”, sólo en ello.
Y han caído; han acreditado con más nitidez, su extrema estulticia y, su falta de empatía hacia las mujeres.
Sí, hago mía la frase, quiero, “sola y borracha llegar a casa”.
Es un grito, un alarido desesperado y furioso contra los violadores y acosadores. Es otra forma, de las muchas que se han escrito, clamado, de exponer a la sociedad, al universo, a los jueces machistas, fascistas, poco empáticos, y menos preclaros un, basta ya, basta ya, basta ya, de ser trofeos de hombres siniestros, dañinos, peligrosos, delincuentes.
Este lema, con efectividad, ha puesto una vez más el dedo en la llaga del machismo, de los indecentes, de los descerebrados fachas, que siguen pensando que la mujer es un ser inferior, por lo tanto un objeto a usar, violentar y tirar. Felicito a quien, quienes, hayan ideado y puesto en escena el Lema: “Sola y borracha quiero llegar a casa».
Que estupidez es esa de «Sola y borracha quiero llegar a casa».
Las mujeres mientras la biología no nos cambie (sospecho que eso irá para tiempo) son y serán objeto de deseos de los hombres.
Los hombres deseamos a las mujeres en especial a la más hermosas, y el que lo niegue es un hipócrita y un mentiroso. Así nos ha hecho la naturaleza y nadie debe sentirse culpable por ello.
La cultura y la civilización es represión de los instintos y los hombres buenos los reprimirán pero los malvados no. Como malvados hay y habrá siempre las mujeres deberán cuidarse y protegerse si no quieren ser agredidas.
Esa es la verdad incómoda que por ser negada no dejará de ser verdad.