Banco Santander se ha visto obligado a anular una deuda indebida de 120.000 euros a una ciudadana de Castilla y León que aparecía como avalista de un crédito. Esta mujer no había consentido ni tenía conocimiento de este hecho. Además, el Santander la había incluido en ficheros de morosos por no hacer frente a un pago que no le correspondía.

En concreto, la ciudadana, residente en Medina del Campo, recibió el pasado mes de julio una carta del Santander en la que se le informaba de que tenía una deuda con el banco cántabro de 118.116,81 euros. En la misiva se la instaba a regularizar el pago en un plazo de 10 días si no quería ser incluida en los ficheros de morosos, algo que ocurrió a los pocos días cuando recibió otras cartas en las que se le informaba de que ya estaba en los registros de Badexcug y Asnef por no haber pagado una cantidad que no le correspondía.

La ciudadana desconocía la existencia de esta deuda y se puso en contacto con el Santander para averiguar el origen de la misma. Ahí fue donde la informaron de que figuraba como avalista de un crédito, aval que ella no había firmado. Por esta razón acudió a FACUA para que la asociación de consumidores ejerciera la defensa de sus derechos.

Tras la reclamación, el Santander se ha visto obligado a anular una deuda indebida porque, en realidad, el préstamo correspondía a un familiar, un hecho del que la ciudadana era ajena y que, por supuesto, no había avalado. Además, la entidad cántabra está obligada a ordenar la retirada del nombre de esta mujer de los ficheros de morosos porque la deuda por la que se le incluyó en dichos registros no existe.

4 COMENTARIOS

  1. Señora Botín, Cuando vas ha instar a la regularización en el pago de lo robado a los Propietarios del Banco Popular, eh, ya llevas una morosidad de 900 días.
    Te vamos a incluir en los registros de Badexcug y Asnef por no haber pagado una cantidad que nos corresponde.
    Tu, si no hubiera sido por su señor Padre, no tendría la fuerza que aparentas ni nada de nada.

  2. Mucho me temo que esa señora ha sido víctima de una maquiavélica conspiración del empleado de turno que para la realización de sus objetivos se vio en el deber y la obligación para con sus amos los «jefes», de falsificar la firma o similar en un documento público. Como me parece tan sorprendente, vamos a dejarlo en que alguien ha metido la pata hasta el fondo…pero tranquilos, que ese «buen empleado» si goza con el beneplácito de la …. botina, seguirá haciendo de las suyas sin ningún problema. Seguro que a los responsables no les invitaron a irse en el ere.

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