Faltan tres meses para que Andrea Orcel se enfrente al Santander en los tribunales por su polémica no contratación. Hay que recordar que la entidad presidida por Ana Patricia Botín publicó un Hecho Relevante en la CNMV anunciando la contratación como consejero delegado del banquero italiano y que, apenas 4 meses después, se comunicó que Orcel no se iba a incorporar, lo que podría suponer una presunta transgresión de las leyes de mercado por comunicar un hecho a los inversores que, posteriormente, no se cumplió. Sin embargo, la CNMV aún no ha hecho nada al respecto…, como, peligrosamente, viene siendo cada vez más habitual cuando el Santander está de por medio.

A medida que se acerca la fecha del juicio se van conociendo más aspectos de lo que realmente ocurrió con el «Messi de la banca» y que en nada se parece a lo que afirmó el Santander para justificar un escándalo de este calibre.

Según ha publicado La Información, Andrea Orcel, aunque no podía trabajar por la cláusula de con competencia con UBS, comenzó a ser partícipe en la estructura financiera del Santander, hasta tal punto de que ya tenía diseñado una parte importante del plan estratégico para la entidad presidida por Ana Patricia Botín. Dentro de ese plan se incluía una estrategia ambiciosa de venta de activos no rentables.

Orcel estuvo en varias ocasiones en la Ciudad Financiera del Santander e, incluso, le fue presentado a su equipo de trabajo, estuvo presente en diferentes reuniones y, según La Información, fue incluido en el grupo de WhatsApp de los directivos clave del banco.

¿A alguien al que no se le tiene confianza, como afirmó el Santander, se le permite, incluso, participar en reuniones o diseñar un plan estratégico? Evidentemente, hay otras razones que el Santander no ha explicado ni explicará.

El caso es que el Caso Orcel es un ejemplo más de la endogamia y el nepotismo que tanto funciona en el Santander. Las grabaciones de Andrea Orcel a Ana Patricia Botín lo dejaron meridianamente claro.

La frase de la presidenta del Santander «yo tengo empresas en España donde te puedo poner de CEO mañana o de presidente, que son empresas cotizadas inmobiliarias, o sea, […], o sea, tengo muchas opciones» resulta muy preocupante para los españoles, pero mucho más para los empresarios de compañías cotizadas que creen controlar sus entidades. Sin embargo, resulta que no son ellos los que las manejan sino que, al parecer, es Ana Patricia Botín la que las gobierna a su antojo poniendo y quitando consejeros delegados y presidentes a su libre albedrío sin tener en cuenta la opinión de sus accionistas.

Tan desafortunada frase deja en muy mal lugar a la presidenta del Santander puesto que demuestra con ella su arrogancia, muy lejos de la «angelical» imagen que pretende proyectar con las campañas de marketing, como el publirreportaje en los glaciares de Groenlandia, para mitigar su riesgo reputacional.

Todo parece indicar que Ana Patricia Botín pretendía colocar a Orcel en Metrovacesa (49% en manos del Santander) o Merlin Properties (22%) de las que además, Rodrigo Echenique Gordillo ha sido presidente, al igual que lo ha sido de Vallehermoso y consejero de LAR.

Pero en el sector inmobiliario y de la obra pública existen otras empresas indirectamente relacionadas con el Santander y los Botín entre ellas OHL de Juan Miguel Villar Mir con el que el Santander ha hecho infinidad de negocios como la Operación Canalejas y, máxime, cuando Villar Mir ha sido consejero del banco hasta este año 2019. Qué decir de la ACS de Florentino Pérez al que Emilio Botín le vendió Dragados y de la que Ignacio Benjumea Cabeza de Vaca (actual vocal del consejo de administración y exsecretario general y del consejo del Santander) ha sido consejero. El Santander también es titular del 14% de la Compañía Española de Viviendas en Alquiler (CEVASA).

Al parecer, en otra conversación posterior, Ana Patricia Botín ratificó el ofrecimiento a Orcel: «ser presidente de una compañía de real estate que yo lo manejo, que me permitiría pagarte algo, otra es estar en algún consejo». Estas palabras demostrarían que, además de la inmobiliaria cotizada, también se le ofreció a Orcel trabajo en un fondo de inversión al que el Santander daría negocio, en una empresa de servicios, o un puesto indirecto a través de una firma legal de asesoramiento. ¿Estuvo también sobre la mesa colocar a Orcel como socio del despacho jurídico Uría y Menéndez, donde ya están trabajando Manuel Echenique Sanjurjo, hijo de Rodrigo Echenique, y Marta Ríos Estrella, la mujer de Javier Botín?

La realidad es que Andrea Orcel y su trabajo iban a dejar en muy mal lugar la estrategia actual del Santander que ha llevado a la devaluación de más de un 50% de su valor en bolsa desde que Ana Patricia Botín es presidenta, tiempo en los que ha necesitado acudir al mercado para ampliar capital por un valor de 19.600 millones de euros. La pérdida de poder ejecutivo en el Santander es la verdadera razón de que, después de haber anunciado a bombo y platillo la contratación de Orcel, 4 meses después se comunicara que no se le contrataba a pesar de que existieran documentos y hechos que demostrarían que sí que hubo esa relación contractual y unos compromisos que el Santander no cumplió.

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