La Comisión de Salud Pública, reunida este martes para estudiar la ampliación de la estrategia de vacunación, ha acordado la vacunación contra la covid-19 a niños de entre los 5 y 11 años, a partir del próximo día 15 de diciembre, según ha informado el Ministerio de Sanidad.
En concreto, se trata de una remesa dirigida especialmente a ellos, pues estas dosis contienen tan solo un tercio de la que se administra comúnmente a los adultos. Así, ahora solo quedaría por ver cómo y dónde se efectuaría la inyección. El diseño de esta campaña es de vital importancia porque de ello dependerá nuestra nueva respuesta al aumento de los contagios y de la incidencia acumulada en todo el territorio nacional, tal y como está sucediendo en otras potencias europeas, más preocupante si cabe por el contexto, atendiendo a la cercanía de las fiestas navideñas.
En España, la franja etaria más baja es la más afectada ahora mismo por esta enfermedad. El grupo que representan los menores de hasta 11 años sufre un impacto de la incidencia acumulada de 412,10 casos por cada 100.000 habitantes, muy por encima de otras franjas. Porque le sigue, muy de lejos, el grupo de personas de entre 40 y 49 años, con una incidencia de 299,36 casos; el de 60 a 69, con 253,65 casos; y el de 30 a 39, con 254,69 casos. Es precisamente este uno de los factores que llevan a expertos como el ex secretario general de Sanidad, José Martínez Olmo, a entender esta estrategia como una «buena noticia», informa La Sexta.
«Sabemos que esta población es la que más incidencia está teniendo por no tener cobertura inmunitaria. Ahora se le va a poder ofrecer a esta población una protección que funciona», ha expuesto Olmo, que ha destacado la necesidad de «trabajar en la información a los padres y madres para que sean conscientes de que este es un recurso que servirá para proteger a sus hijos». Pero ¿son los colegios un buen sitio para organizar el operativo? El experto no tiene dudas: «Si el acceso a la vacuna hubiera llegado en periodo plenamente escolar, uno de los mejores sitios son los colegios. Evitas tener que desplazar a los niños, solo al equipo de enfermería que presta este servicio».
Frente a esta posición, no son pocos los expertos que han puesto en duda la necesidad de vacunar a los más pequeños dado que el impacto del coronavirus en ellos es, por lo general, muy leve. En este sentido, también consideran que esas dosis serían más útiles en países con menos recursos y con grandes dificultades para acceder a las vacunas. Argumentan que, de lo contrario, no se conseguirá frenar la propagación de casos en dichos territorios y acabará por afectar de igual o peor forma al resto de países, por ejemplo, con el nacimiento de nuevas variantes, como ha sucedido en el caso de ómicron.
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, también ha querido poner en valor el ritmo de la campaña de vacunación en nuestro país. La ministra ha querido recordar que «España es país líder en vacunación, no solo en la Unión Europea, sino también en terreno internacional», señalando que para el Gobierno «es fundamental continuar avanzando a ritmo acelerado con la vacunación, especialmente con el ‘booster’ (una forma de referirse a la dosis de refuerzo)». Así, ha destacado que «ya tenemos en torno al 70% de personas mayores de 70 años con la vacuna de refuerzo y vamos a seguir con los mayores de 60 años, así como con el personal sanitario y sociosanitario».
«Hipocresía de la peor clase»
A raíz de este dilema, el propio presidente de Sudáfrica ha mostrado su indignación por la forma en la que han reaccionado los países tras la aparición de ómicron. Cyril Ramaphosa ha expuesto este mismo martes que tiene varios frentes abiertos contra los países con más recursos: el primero, a razón de lo que considera un acaparamiento de las vacunas. El segundo, por el cierre de fronteras de otras potencias a viajeros procedentes de Sudáfrica. Unas decisiones que Ramaphosa no ha dudado en tachar de «hipocresía de la peor clase».
