Sánchez sí quiere el pacto con Unidas Podemos

La vicepresidenta Carmen Calvo y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, son las responsables del equipo negociador del PSOE para intentar cerrar en estas últimas horas un pacto de gobierno con Unidas Podemos que, en primer lugar, evite la convocatoria de unas nuevas elecciones y, en segundo término, que ese acuerdo sirva para, a través de la estabilidad del Ejecutivo, continuar con las políticas basadas en la justicia social que tuvieron que frenarse tras la no aprobación de los Presupuestos Generales del Estado y la consiguiente convocatoria electoral. Hay que recordar que ambas fueron las ministras premiadas por Diario16 el pasado mes de abril precisamente por su experiencia y gestión al frente de sus respectivos ministerios.

El hecho de que Pedro Sánchez haya elegido a las dos ministras con un perfil más político y con experiencia real de gestión es una muestra clara de que hay una intención clara para que se cierre un acuerdo antes de la sesión parlamentaria convocada para mañana a las 13.30 horas donde se realizará la segunda votación en la que sólo necesitaría mayoría simple para ser investido presidente.

Las pretensiones de Unidas Podemos, que tienen en principio la intención de acoger competencias para poder aplicar su programa social, pueden ser lo suficiente válidas en lo referente a la gestión de diferentes tipos de impuestos, en la transición ecológica o en políticas laborales, por citar algunas, pero, desde luego, lo que no puede pretender el partido de Iglesias es desmantelar la labor que en lo referente a la igualdad está implementando Carmen Calvo y todo su equipo.

¿Es necesario un gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos? Sí. ¿Es fundamental que el acuerdo se cierre en las próximas horas? Sí. ¿Tiene que haber ministros de Unidas Podemos en el Ejecutivo? Sí. ¿Tiene que aceptar el gobierno todas las propuestas de los de Iglesias? No.

Hay que partir de la base de que un Ejecutivo tiene que ser un ente único, no puede haber bandos porque, al fin y al cabo, es el responsable de llevar a efecto las leyes generadas por el Legislativo. Por tanto, no se puede partir de la base de que haya ministros socialistas por un lado y ministros de Unidas Podemos por el otro y que cada cual haga sus políticas de espaldas a su socio de coalición. Así no funcionan las cosas porque parece que los de Iglesias quieren acaparar una serie de competencias para desarrollar su propio programa electoral sin contar con el resto del Consejo de Ministros.  Todo ello, evidentemente, compartiendo con los de Iglesias que es fundamental para el pueblo la implementación de muchas de las medidas que ponen como ejemplo para ocupar determinadas carteras.

Pongamos un ejemplo. Supongamos que se pretende aplicar una medida por parte de un ministro o ministra de Unidas Podemos y un ministro o ministra del PSOE le indica que no hay presupuesto para ello. ¿Qué ocurrirá entonces? ¿Se romperá el Gobierno? Sería de locos y lo que necesita este país es, precisamente, un Ejecutivo de coalición que genere la suficiente estabilidad para poder aplicar un programa de medidas urgentes basadas en la recuperación de lo que el Partido Popular arrebató a la ciudadanía con la excusa de la crisis.

Por todas estas razones, la presencia de Calvo y Montero demuestran que, por más que le pese a Iván Redondo, Pedro Sánchez quiere cerrar el pacto con Unidas Podemos para poder iniciar una etapa política que puede ser histórica: sería la primera vez en la historia de España que un gobierno tendría como prioridad las necesidades reales del pueblo y no las de las élites.