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Rusia: Ni humillada ni derrotada

José Antonio Zorrilla
José Antonio Zorrilla
Diplomático jubilado. Fue Embajador de España para Georgia y Estados del Caucaso con residencia en Tbilisi. Dirigió también cine que inauguró con "El barranco de Víznar" un cortometraje que ganó el Diploma de Oro del Festival de Moscú cuando J.A. Bardem hizo lo propio con su largometraje El Puente. Siguió un clásico del cine español, El Arreglo. El año 2000 dirigió Los Justos, primer documental en favor de las víctimas del terrorismo de ETA. Militante de Basta Ya, ha escrito varios libros, el último de los cuales es "Historia fantástica de Europa", una crónica contrafactual de Europa, Imperio euroasiático que va desde la victoria de Roncesvalles hasta Marx y Engels, matrimonio al que se debe el sistema económico de tan vasta geografía.
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análisis

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Se queja el profesor Florentino Portero este 22 de Noviembre en El Debate de que Rusia parece estar humillada pero no derrotada y previene de que la derrota pueda venir de nuestras escuálidas filas occidentales, siempre preocupadas por el precio del petróleo y otras minucias y capaces apagar su ardor bélico al menor descuido.

Respeto al ponente, de larga trayectoria democrática en la misma trinchera que yo, pero discrepo de sus argumentos. Derrotar a Rusia o al menos debilitarla es el proyecto estratégico expreso de Washington. Pero el modo de conseguirlo no puede ser que Ucrania le haga una guerra por poderes. Los grandes activos de Rusia son: once husos horarios de espacio territorial, inmensos recursos naturales con los que provee a los dos grandes actores económicos occidentales en sus fronteras, Japon y Alemania y una base humana, específicamente científica, de excepcional capacidad. Sin contar, naturalmente, con una panoplia nuclear estratégica única en el mundo. Nada de eso puede verse afectado por esa OTAN travestida que es Ucrania- por muchos drones que emplee y muchos SAS que le ayuden. En cuanto a lo de humillada, sin duda lo es, y mucho, en nuestro pequeño mundo occidental. Pero no así en el Sur Global. Digamos, siguiendo a Borrell, que en el jardín (mil millones de habitantes) Rusia desentona. Pero en la jungla (seis mil millones) no. Véase el resultado del G20. No se ha podido hacer ni siquiera un comunicado oficial conjunto sobre la invasión de Rusia. El Consejero de Seguridad USA, Jake Sullivan, ya ha dicho que el G7 es el comité del mundo libre, y ha dejado al margen otros foros, por ejemplo y en principio a la ONU, consecuencia de la visión vertical de la seguridad que se maneja en Washington, y por ende, de la imposibilidad de alcanzar los objetivos previstos en su Carta fundacional, algo que Henry Kissinger había advertido ya si se trataba a Ucrania en clave bélica-como de costumbre sin conseguir ser escuchado.

En fin: Washington pensó que en cuanto jugasen sus sanciones Rusia se vendría abajo. Pero, a tono con lo obsoleto del propósito, entrar en Eurasia para debelarla, se les olvidó a los neocons que desde los tiempos del venerable imperialista británico Mackinder, habían venido a la luz la globalización y con ellas India y China. Digo «neocons» porque la Academia norteamericana tuvo claro desde el principio lo que iba a pasar. Y una vez mas, como en Vietnam, Irak, Libia y Afganistan, no se les escuchó. Estas dos presencias, India y China, hicieron que el propósito original de debilitar a Rusia y por ende a Eurasia, se invirtiese, y al echar a Rusia en brazos de China y China en brazos de Rusia se ha conseguido lo contrario: perder Eurasia al fortalecer la entente entre los dos grandes actores revisionistas del globo y como efecto colateral arruinar a sus aliados europeos a base de secar sus fuentes mas accesibles de energía. No termina aquí la desgracia sino que al forzar a Europa a acudir a espacios alternativos de materias primas hacen sufrir a sus aliados en un orden moral. Moral porque ignorar a Rusia por no respetar derechos humanos y hacernos comprar los combustibles a Venezuela y países del Golfo visibiliza el propósito de realismo político detrás del slogan buenista americano y hace evidente el seguidismo culpable de nuestros líderes. Ha tenido que ser el empresario japonés Masahiro Okafugi, quien en el Financial Times, propiedad del Nikkei, haya dicho que el Rey está desnudo. Ni Japon puede vivir sin el petróleo ruso, ni el fundamentar las cadenas de valor en criterios geopolíticos (friendshoring) es razonable. Este doble ataque se complementa con el comentario del Ministro de Asuntos Exteriores de India, Sr. Subrahmanyam Jaishankar, al negarse a condenar la invasión rusa de Ucrania bajo el argumento de que invadir es instrumento normal de gobierno de Occidente. A lo que añadió un reproche abierto. «Europa tiene que abandonar su visión (mindset) de que lo que a ellos les importa debe de importarle al mundo y que lo que le importa al mundo a ella no le importa».

Europa sin embargo sigue pisando el acelerador de sanciones y reproches. Y hasta los hay que como el Sr. Portero, previenen de desánimos que todavía no se han producido y advierten de sus hipotéticas y futuras consecuencias. Pero el problema no es el desfallecimiento de ardor patriótico occidental sino la sordera permanente de su líder, Washington.

Por ejemplo, no haber escuchado a Hans Dietrich Genscher en Enero de 1990 en Tutzing, cuando afirmó que la seguridad de Occidente dependería de no ampliar sus fronteras al Este, o las solicitudes de Francia y Alemania cuando recién caída la URSS propusieron un sistema de seguridad inclusivo que iba desde Bretaña hasta Kirgistan, indeseable para Bush padre. O las de no haber obedecido a George F. Kennan cuando profetizó que extender la OTAN llevaría a Rusia  a hacer algo malo y que serían los defensores de extenderla quienes vendrían a decirnos que ellos habían tenido razón cuando la realidad era la contraria (¡lo profetizó ya en 1997!). En fin, una sordera atronadora que la Sra. Fiona Hill, ex encargada de Rusia y Eurasia en el Consejo de Seguridad USA resumió así: «finalmente no se escucharon nuestras advertencias».  Y esta desgracia no solo no ha terminado sino que ya veremos como termina porque ese esperpento estratégico que son Polonia y los bálticos, con un PIB que no llega al de Italia, parecen ser los nuevos paladines del atlantismo. Pues con ellos puede llegar muy bien el fin de lo que hasta ahora ha sido la UE e incluso de la estabilidad de Europa Occidental. Todo dependerá de si Alemania, visto ya el triste final de su Ostpolitik, grandísimo éxito político y moral del país de la moral, se pliega a su destino de eterna derrotada y se junta a ese frente del odio, que no del temor, como aseguran. Detrás de ese proyecto polaco-ucraniano, no se engañen, hay propósitos de cambios de fronteras, algo como para dar escalofríos a los mas curtidos de los realistas, porque eso puede abrir el melón del irredentismo en esa parte del mundo, algo que nadie desea, créanme. Pero como avance de lo que se nos viene encima, Polonia ya ha pedido reparaciones de guerra a Alemania, a lo que yo he visto responder en algún chat germano que podría hacerse siempre que Polonia devolviese Breslau. Esto es lo que está en juego Florentino, volver a 1939, y no otros males con los que tu intentas asustarnos.

Aseguran algunos que los USA son los que ganan navegando en estas sirtes. No voy a entrar en detalles. Pero con una economía en recesión con inflación y una caída del Standard and Poor del 25% en Octubre y hoy del 15% me permito discrepar. Esa riada de millones perdidos no los compensan ni los contratos de armamento ni el petróleo del fracking. Lo de Ucrania es otro episodio mas de lo que la doctrina americana llama «hegemonía liberal» y al que le debemos las invasiones y crueldades ya citadas. Es sabido que cuando los imperios caen lo hacen con ruido. Y los USA no supieron entender en los 90 que de la diarquía USA-URSS, con los USA como hegemones morales, se pasaba a otro mundo menos claramente hegemónico tanto en lo político como en lo moral. Y eso me lleva a recordar a mi Virgilio del colegio. Júpiter instruye a Eneas, fundador mítico de Roma, sobre cuál es el arte del buen gobierno. «Respeta a los amigos, destruye a tus enemigos», le dice, máxima que ha aguantado el paso de los siglos y que en latín reza «parcere subjectis, debelare superbos «. Bueno, pues Washington, eso mismo pero al revés. Rusia, vendiendo rublos para que no suba demasiado su cotización. Europa, en la ruina económica y moral. Y si nadie lo remedia, incluso institucional, dirigida hacia el abismo por Polonia el país cuyas estrategias le hicieron desaparecer tres veces.

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2 COMENTARIOS

  1. Viendo el “curriculum” del “profesor” creo que esto es un cobro, a dicho diplomático, por servicios a la corona de Putin. Puede que Rusia sea grande, con grandes hombres, como EUA, pero cuando caen sota el mando de subnormales y peligrosos personajes como Putin y Trump, ese gran país pierde el Norte. Y, quiero recordar que al Estado Español existen trumps y putins. Algunos bajo denominación de vox, pp o ciudadanos. Individuos y partidos creados para dinamitar la democracia, poca o mucha que tenemos.

  2. remigio III, es ridículo y absurdo que escribas «Rusia» para nombrar a Rusia, y «Estado Español» para nombrar España.

    Rusia es Rusia, y España es España. Si lo que pretendes significar es la pluralidad étnica de España deberías escribir también «El estado ruso» en lugar de Rusia, ya que Rusia es étnicamente mucho más plural que España.

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