La crisis del coronavirus está paralizando la actividad en España, incluida la política. Sin embargo, tanto en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) como en algunas territoriales, por ejemplo, Andalucía, viven al margen y se están anteponiendo los intereses o la ambición de Luis Rubiales, un hombre que llegó con la esperanza bajo el brazo de que el fútbol español dejara atrás la situación de clientelismo impuesto por Ángel María Villar. Sin embargo, el actual presidente de la Federación Española lo que ha impuesto es una especie de dictadura en la que sólo es válido su propio criterio.
Las autoridades políticas españolas han reaccionado con coherencia y cordura al suspender o aplazar las elecciones gallegas y vascas ante la crisis sanitaria que vive España. En el mundo del fútbol, que vive un año electoral tanto en las territoriales como en la española, también ha habido federaciones como Extremadura que han aplazado las elecciones previstas para el 4 de abril.
No obstante, ni en el caso de los comicios en Andalucía como en los de la propia RFEF se ha movido un dedo. Todo ello para mayor gloria del presidente Luis Rubiales que sabe que un aplazamiento le da más margen a Iker Casillas y eso es, precisamente, lo que quiere impedir, tanto desde el punto de vista de la presión de la federación sobre clubes u otros colectivos, como el arbitral, como desde el interés en que las federaciones territoriales estén presididas por personas afines a Rubiales.
En el día de ayer, Diario16 publicó en exclusiva la noticia de que hoy se iba a presentar una petición de aplazamiento realizada por César Vera, candidato no oficialista a la presidencia de la RFAF. Este medio ha tenido acceso al documento en el que se expone con claridad una serie de razones que están en sintonía con los argumentos presentados a nivel político para aplazar los comicios en Galicia y Euskadi:
«El Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, artículo 7, limita la libertad de movilidad de las personas debido a la pandemia del COVID-19, encontrándose en plena actividad el proceso electoral de las elecciones a la presidencia de la Real Federación Andaluza de Fútbol y dado que es imprescindible la movilidad para que el desarrollo de la convocatoria sea normal», se afirma en el documento que ha sido presentado ante la Comisión Electoral de la RFAF y remitido al consejero de Educación y Deportes de la Junta de Andalucía.
Como decimos, la resistencia de Rubiales a modificar el calendario electoral, pasando por encima incluso de decreto del gobierno sobre el estado de alarma, no tiene otra intención que mantenerse en el poder. Sabe que Iker Casillas es un duro contrincante, sobre todo porque tiene todo el apoyo de la Liga de Fútbol Profesional, es decir, de los clubes.
Para poder blindarse necesita, además, que se mantengan en las presidencias de las territoriales a hombres y mujeres afines, y en la actual RFAF hay personas que tienen muchos contactos políticos y ya han tenido el control de, por ejemplo, la mutualidad de la Federación andaluza.
Rubiales, por otro lado, ya consiguió que se adelantaran las elecciones a la RFEF en contra del criterio de un informe jurídico aprobado durante la Secretaría de Estado para el Deporte de María José Rienda. Sin embargo, tras la llegada de Irene Lozano, ese informe no se tuvo en cuenta para la autorización de ese adelanto electoral y, además, según confirman fuentes federativas a Diario16, se sustituyó al equipo jurídico que había redactado ese documento.
En el perfil oficial de Twitter de la RFAF se afirma, en referencia al coronavirus, que «Este partido lo ganamos todos». ¿Cómo se va a ganar la lucha contra el COVID-19 si se pretende que la gente se salte las indicaciones del Gobierno y tenga que acudir a votar el próximo día 4 de abril? Es incoherente e hipócrita. Por otro lado, en la RFEF se han abierto canales multimedia para que los futbolistas entrenen en su casa por el confinamiento. ¿No sería mejor que se aplazaran las elecciones tanto en Andalucía como en la RFEF por un motivo de salud? Evidentemente, para Rubiales, no es así, como tampoco lo es para los políticos andaluces que, tal vez, estén pagando el favor de que la final de la Copa del Rey se celebre en Sevilla durante las próximas 4 temporadas.
La decisión del aplazamiento o suspensión de estos comicios está en manos, en el caso de Andalucía, del comité electoral de la RFAF y, llegado el caso, de la Junta de Andalucía. En el caso de la RFEF, es Rubiales y, evidentemente, agotará el tiempo que haga falta.
