17 de julio de 2017

Latitud: 40.637032 Longitud: -3.234527 Altitud: 685 metros 

Salida del Sol: 6:57 Puesta del Sol: 21.40

Probabilidad de lluvia: 0% Humedad: 21%

Viento: SE 2km/h Sensación térmica: 29º

 

Hoy ha sido lunes. Lo recuerdo porque probablemente muchos de los que leéis estas líneas ya estaréis en esas merecidas vacaciones y habréis empezado a perder la noción del tiempo. Los que tienen la suerte de tener vacaciones porque tienen un empleo. Los que no están de vacaciones y tienen la misma suerte de estar trabajando, seguramente sepan que es lunes, y que les quedan unos días por delante de tarea e insoportable calor. Y otros, muchos, que quizás no sepan qué día es hoy porque día tras día se repite lo mismo, sin empleo, sin perspectivas.

 

Estamos en 2017. Lo digo porque viendo las noticias bien parece que estuviéramos en tiempos pretéritos. La corrupción es el pan nuestro de cada día (el pan que nos quitan, vaya), el asunto catalán viene siendo la guindilla de nuestra sopa desde hace muchos muchos años, que va tomando cada vez más temperatura gracias a la absoluta incapacidad de nuestros dirigentes; la necesidad de unir a la izquierda es esa pieza del rompecabezas que no terminamos de encontrar… y todo nos lo “venden” como máxima actualidad. Pero siempre es lo mismo. Mientras se recortan derechos y garantías, nos entretienen con fatalidades, supuestas catástrofes y fines del mundo. Es la manera de engañarnos para que traguemos con lo que haga falta. Desde que ha habido listos que han querido engañar, y desde que ha habido tontos que nos dejamos tomar el pelo, así funciona esto.

 

Y por concretar, lamento ser tan negativa y catastrofista. Pero a día de hoy, ochenta y un años ya desde nuestra Guerra Civil, y aquí las cosas siguen sin ponerse en su lugar. Decía hoy Victor Arrogante que, si celebrásemos un minuto de silencio por cada víctima del franquismo, tendríamos que estar 80 días, con sus días y sus noches, en silencio. Párese a pensar y recapacite.

 

Ayer era yo quien comentaba precisamente el hecho de que abrir fosas para hacer justicia ha supuesto que los demonios resuciten. Por si no te has enterado, te lo resumo: Ascensión Mendieta, esa entrañable anciana que ha luchado para recuperar los restos de su padre, Timoteo, que fue fusilado hace 78 años por ser “rojo”, y que consiguió (gracias a una jueza argentina, ojo) que se exhumaran los huesos, se hicieran las identificaciones pertinentes y se le diera digna sepultura, recibió un escrito del Ayuntamiento de Guadalajara (donde estaba la fosa común en la que su padre estaba enterrado junto a otros 49 asesinados más). En esta misiva le dicen que deberá pagar más de 2000 euros en concepto de tasa por la exhumación del cadáver. Y por si fuera poco, también decide el Ayuntamiento que los restos de las otras 49 personas asesinadas han de volver a la fosa común. Qué, ¿cómo se te queda el cuerpo?

 

Y con este hedor, con estos personajes al frente de las instituciones, todavía tienen la desfachatez de venir a imponernos a todos la imagen de Miguel Angel Blanco, como si fuera la única víctima a la que rendir homenajes de Estado. Como si no hubiera más asesinados en nuestra historia. Como si no fueran merecedores todos de un digno entierro, de una digna memoria, de un recuerdo por parte de todos. Porque han sido más de cien mil las personas asesinadas durante el franquismo. De desaparecidos. De bebés robados. De aberraciones que, para más inri, estos que nos gobiernan no han condenado y que, por si fuera poco, se resisten a condenar.

 

Si, mañana será 18 de julio. 81 años después. Y los muertos en las cunetas siguen ahí. Y a este país le quieren llamar “demócrata”. Sin justicia social no hay democracia. Sin memoria no hay justicia. Sin respeto no habrá convivencia pacífica. No habrá nada. Y nada es lo que hoy tenemos, por mucho que se empeñen en ponerse “civilizados” esos que cuelgan pancartas. Me duelen los muertos. Los suyos y los míos. Porque efectivamente, hay muertos suyos y muertos míos. Yo lloro por quienes dieron su vida por defender lo mismo que yo defiendo. Y me aprieto los labios de rabia al ver que los que “nos ganaron” dando un golpe de Estado, hoy estarían orgullosos al ver que dejaron un buen legado. Porque los que nos gobiernan siguen protegiéndoles. Encubriéndoles. Justificándoles. A los verdugos.

 

81 años en los que pareciera que solamente se ha querido dejar el tiempo pasar para que el polvo haga cada vez más difícil encontrar en camino. Para que las fotos se borren. Para que se mueran los mayores y ya casi nadie pueda contar lo que realmente sucedió. Y eso no es propio de una sociedad civilizada.

 

Perdón, que me voy del tema. El tema, por supuesto es Venezuela. La oposición dice que ha conseguido juntar 7 millones de votos (el 98,4% de los votantes) en contra de Maduro. Por su parte, desde el gobierno se denuncia que las votaciones fueron irregulares, desde el punto en que se utilizaron cajas de cartón, hasta los censos incompletos. Ha habido dos muertos y bronca en Barcelona porque el Ayuntamiento no ha autorizado que se realizase votación en un centro cívico a ciudadanos venezolanos.

 

Ahora vendrá, como no puede ser de otro modo, el follón que se va a generar por la legitimidad y reconocimiento de esta votación. Y acusarán a Maduro de agarrarse al sillón y no querer soltarlo, mientras desde el chavismo acusarán a la oposición de estar dando un golpe de estado (por mucha urna que quieran utilizar). Lo iremos viendo. Curiosamente, mientras aquí se aplauden esas urnas, que se saltan todos los procesos legales de Venezuela, con todas las trampas habidas y por haber (aparentemente), se rechaza el proceso de consulta en Cataluña. Así funcionan algunos en este país. Ya saben: uso lo que me interesa y contra quien me interesa, pero lo de la coherencia me lo dejé olvidado por el camino. Así que la derecha está dando palmas por ese ejercicio democrático que está haciendo la oposición, mientras condenan los pasos hacia una consulta en Cataluña. La democracia es tan relativa…. Y tan débil que algunos se la saltan a la torera.

 

Como Carmen Calvo, la Secretaria de Igualdad del PSOE. Que el pasado fin de semana acudió al Congreso de las Juventudes Socialistas y aprovechó su intervención para echarles la bronca. ¿Por qué? Pues porque han votado libremente y han decidido que la organización está a favor de regular la Gestación Subrogada. Del mismo modo que presentaron su resolución en el Congreso del Partido hace un mes, ahora, de forma oficial, el Congreso de las Juventudes asume este posicionamiento de manera democrática. Y eso, al PSOE no le ha gustado nada de nada. Por eso Calvo les ha ido a dar una lección de lo que es socialismo, y la lucha de clases… Se ha encontrado con una lección de democracia, de mano de los allí presentes y sobre todo, del nuevo Secretario General, Omar Anguita. Éste le ha dicho que lo que decida la organización él va a defenderlo porque es su deber. Y sanseacabó.

 

A este respecto, una reflexión: me consta que las Juventudes Socialistas han estado los últimos meses estudiando y analizando la cuestión de la Gestación Subrogada. Sé que han contado con especialistas para abordar el asunto en profundidad y con rigor. Y sé que han tomado esta decisión debatiéndola y sabiendo perfectamente de qué va el asunto. Han hecho precisamente lo que el PSOE no ha querido hacer. Y me llama la atención que el Partido Socialista no abra los ojos, y después se pregunte por qué la juventud, en términos generales, no les apoya. Básicamente porque la juventud de izquierdas de este país va muy por delante del PSOE en muchas cosas: libertades, sexualidad, maternidad y paternidad responsables, republicanismo… Y cuanto más se empeñen en echarle la bronca, más lejos van a estar los jóvenes de ellos. Los abucheos a Calvo eran muestra de ello.

 

Pero viendo los resultados de las primarias regionales, a la vista está que no hay relevo para el Partido Socialista. Los barones siguen ahí. Y muy probablemente porque no hubiera nadie a la altura política para sustituirlos. De nuevo, la falta de formación en el partido, la ausencia absoluta de generosidad y el interés por vivir conservando vaya usted a saber qué, va a terminar matando al partido socialista.

 

Quizás para intentar evitarlo hoy se han reunido Pedro y Pablo. Porque como no se una la izquierda, la derecha nos vuelve a comer. Una y otra vez. Iglesias ha conseguido aglutinar a un buen conjunto de referentes de la izquierda. Ahora le toca a Sánchez convertirse de verdad y comprometerse. Fuera trampas y fuera zancadillas. Sinceramente espero que hayan encontrado por fin la palabra “cooperación” y entierren la de la “competencia”.

 

La receta del día, consuma viñetas.

 

Mañana, más.

 

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