La ejecutiva del PSOE acaba de respaldar el texto donde se fijan los puntos para el acuerdo con ERC como requisito que facilitará la abstención de los catalanes de cara a la investidura.

Ayer fue el Consejo Nacional de ERC quien lo aprobó. Luz verde para que los  independentistas de la organización que lidera desde prisión Oriol Junqueras faciliten la investidura del primer gobierno de coalición en la democracia reciente española.

Las reacciones han sido inmediatas. Desde la derecha y la extrema derecha han saltado todas las alarmas, anuncios de cataclismo y de ruptura de España. Algunos incluso hacen llamamiento a la rebelión. Desde Cataluña también ha habido críticas contra ERC, acusándoles de traidores, de pactar con el enemigo, con los carceleros y cómplices de la represión.

Y es que, desde posiciones como la de la formación que lidera Puigdemont desde el exilio, se considera que este pacto se ha hecho sin contar con todo el independentismo. ERC ha optado por hablar en nombre de todos, sin escuchar a sus socios del Govern. En este sentido, las bases de los partidos, sus simpatizantes y detractores están viviendo una auténtica batalla a través de las redes sociales. Los reproches, y las acusaciones suben de tono en un momento en el que el independentismo está ganando la batalla en Europa, paradójicamente.

En un día en el que se espera conocer lo que la Junta Central Electoral tiene que decir al respecto de la inhabilitación del President Quim Torra, así como de la situación de Oriol Junqueras tras la sentencia del 19 de diciembre del TJUE, se esperaba la opinión del President en el exilio, Carles Puigdemont.

A través de un hilo en Twitter, el President ha explicado en nueve puntos su opinión sobre el acuerdo que han alcanzado ERC y PSOE:

«1.- Todo mi respeto al acuerdo al que han llegado ERC y PSOE. Espero que se nos respete también a los que tenemos reservas. No somos menos maduros ni menos dialogares debido a que pensemos que los acuerdos con nuestros represores deben poder ser planificados y trabajados conjuntamente.

2.- Hasta ahora, las etapas decisivas del proceso de independencia habían sido compartidas y decididas en un consenso muy amplio.

Esto, de momento, ha dejado de ser así.

Los teóricos de la desunión tienen una nueva oportunidad de demostrar que «cuanto más divididos, mejor».

3.- Continúo pensando lo contrario, y que lo que nos conviene es tener un espacio compartido donde todos los actores, también los críticos, pongamos orden y tomemos las decisiones estratégicas que nos lleven a culminar lo que decidimos emprender en octubre de 2017.

4.- Ser críticos con la estrategia de partido por el hecho de que se privilegie la estrategia de país es tan respetable como defenderla. No te convierte en señalador de traidores. Lo digo con conocimiento de causa:

6.- sé lo que es que te acusen de traidor o de venderte por 155 monedas de plata nada más por plantear unas elecciones a cambio de frenar el 155. No éramos inmaduros entonces y no lo somos ahora.

7.- Dicho esto, JxCat no ha interferido en las negociaciones entre ERC y PSOE, a la espera de estar informados. Ningún lo ha hecho hasta después de que el acuerdo se cerrase. Creo que merecíamos más respeto y lealtad, si se buscaba que participásemos de los acuerdos. Pero el hecho es que ahora estamos aquí.

8.- Y debemos continuar haciendo política desde el respeto mutuo. Fijar de manera compartida las condiciones de una mesa de negociación habría sido un primer paso en este sentido.

9.- Se puede revertir este error y aceptar la creación de una mesa entre las fuerzas independentistas donde se decida el contenido y los acuerdos de la mesa de negociación con el Estado. Que es por donde habíamos tenido que empezar.

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