Pretenden un clima de disforia política

La disforia es un término que proviene de la palabra griega dysphoros. Fue acuñado en el siglo XIX. En ese estado los individuos no se sienten contentos. Tampoco son capaces de afrontar los problemas que se le presentan. Etimológicamente indica un “difícil llevar”. Sus características son, generalmente, emociones desagradables o molestas. Como, por ejemplo, la tristeza, la ansiedad, la irritabilidad o la inquietud.​ Este término es el opuesto etimológico de la euforia. Por ello, la disforia atiende sólo a un desarreglo de las emociones. Desde allí, se puede experimentar en respuesta a acontecimientos vitales ordinarios, como la enfermedad o el duelo. Además, en patología, es un rasgo de muchos trastornos psiquiátricos como los trastornos por ansiedad y los trastornos del estado de ánimo. En estos, la disforia se experimenta normalmente durante episodios depresivos.

La mayoría de los discursos partidarios que escuchamos actualmente no son ilusionantes. Son apocalípticos. Desalentadores. Convocan a una desmovilización general. No en vano. Te quieren inmóvil. En actitud sumisa.

La sociedad española está siendo forzada a ese estado de desánimo, justo cuando se ha puesto en marcha la mayor campaña mediática para convencerla de que con el modelo de Aznar y Rajoy estábamos mejor. En todos los grupos mediáticos se le inocula el veneno del desánimo con el único fin de que las personas de este país se entreguen desarmadas de sus convicciones y sin condiciones, a los objetivos de la rentabilidad de los grandes monopolios diseñados, e inicialmente construidos, por el franquismo tardío. Desde entonces hasta aquí.

El clima electoral con el que se inicia esta sucesión de citas con las urnas nos sugiere un panorama saturado de crispación, sospechas y “dopajes”. Financiaciones sospechadas. Elección de candidatos cuestionada en tribunales. Y mentiras, difamaciones y conspiraciones. Disparates mediáticos fuera de control.

Los candidatos del bloque del modelo de la derecha, privatizador y especulador, sólo anuncian retrocesos en las pequeñas victorias logradas en estos pocos meses. Para esta gente, las mujeres no deciden. Los jóvenes deben aceptar el trabajo esclavo o emigrar. Los mayores morir en soledad y desatención. La educación concertada o religiosa que es lo mismo en expansión. La sanidad privatizada. La niñez empobrecida. La libertad de expresión sometida a la ley mordaza. Ese modelo hace esfuerzos desde todos los frentes para regresar. Les preocupa que la ciudadanía se movilice. Que reclame por sus derechos. Que combata la corrupción.

La Junta Electoral Central, conformada por magistrados que están juzgando en el Tribunal Supremo a los políticos independentistas, no me da más que inquietudes. Lo veremos en su sentencia. Pero el desarrollo también se está siguiendo en el exterior. Europa observa.

Lo cierto, es que en España, 12,3 millones personas, es decir el 26,6% de la población, se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social. Son datos del Informe AROPE. Ese es el resultado concreto del modelo de la derecha en este país. Modelo del que los sectores del socialismo de la Tercera Vía aún defienden. En ese informe se dice expresamente:

“…la pobreza severa, que en este informe se mide en términos muy estrictos (30 % de la mediana de renta), se sitúa en el 6,9 % de la población, cifra que es superior a la registrada en el año 2014 y la segunda más alta desde que se mide el indicador. Además, la brecha de pobreza también ha aumentado y se sitúa en el 32,4 %, cifra que también es la segunda más alta desde que se mide el indicador y superior a la registrada en el año 2014. Se tiene, entonces, que, aunque haya algunos menos (0,6 % menos), la población pobre es mucho más pobre de lo que era, no sólo con respecto al año 2009, sino en el 2014, fecha del supuesto inicio de la recuperación.”

Se puede seguir creando ilusión en que otro modelo es posible. Lo es. Un modelo que recompense el esfuerzo y no la cuna. Que permita recuperar la dignidad. La democracia es inviable con indignidad. La brecha en la riqueza de esta sociedad se ensancha. Eso supone desamparo.

Thomas Edison afirmaba: “No me desanimo, porque cada intento fallido es un paso hacia adelante.”

Que no te roben la ilusión de una España mejor. De una Sociedad mejor.