Polonia 1 (3) – (5) 1 Portugal
Es inexplicable que Portugal nos esté dando el espectáculo que nos ha ofrecido tanto en octavos como en cuartos de final. Tras una primera fase en la que los lusos eran una máquina de disparar a portería, en estos dos partidos eliminatorios han sido todo lo contrario. Da la sensación de que cuando se enfrentan a selecciones con orden táctico y que saben a lo que juegan la luz de sus estrellas se apaga.
El partido contra Polonia podría resumirse en que estuvo marcado por el miedo a perder. Y eso que el inicio presagiaba que podía ser una historia muy diferente a la que vivimos en el partido contra Croacia porque el gol de Lewandowski obligaba a Portugal a lanzarse al ataque. El dominio del partido lo tuvo Portugal pero sin generar peligro a Fabianski. Cristiano Ronaldo estaba desaparecido y en la selección lusa emergió la figura de Renatho Sanches, la joven promesa por la que el Bayern de Munich ha pagado 40 millones de euros, y en una jugada maravillosa combinando con Nani marcó un gran gol para empatar el partido.
La segunda parte fue dominada totalmente por Portugal, pero sin generar peligro. Polonia estaba agazapada esperando salir a la contra, pero no generó más que una jugada de peligro que paró Rui Patricio con una buena parada. En esto que apareció Cristiano Ronaldo para fallar tres ocasiones que no son normales en él, sobre todo una en la que no consiguió contactar con la pelota tras un gran pase de Moutinho que le había dejado delante de Fabianski. No hubo más historia en esta segunda parte y el partido terminó en empate.
La prórroga no tuvo historia. El miedo a perder se impuso a intentar ganar y, por tanto, nos fuimos a la tanda de penaltis. Todos los jugadores metieron el suyo hasta que Rui Patricio paró el lanzamiento de Blaszczykowski. Quaresma tenía el pase a las semifinales y no erró.
Esperemos que en la semifinal de Lyon nos dé un mejor espectáculo.
